Te sientes como si estuvieras en callejón sin salida. Una tragedia acaba de suceder. Nada parece estar bien. Y aun así, tienes que ser fuerte para tu familia, para tus hijos, para tu trabajo, para tu tarea. Has hecho un gran esfuerzo, día con día, de estar bien, pero una parte de ti se pregunta si tal vez sea momento de acudir a terapia.
Al momento de que algo malo nos pasó o que algo feo sentimos, nuestro primer instinto es esconderlo o superarlo. Pero eso solo hace que el dolor se manifiesta de otra manera. ¿Cómo podemos sanar? ¿Cómo podemos terminar con el ciclo del caos? Si quieres cuidar tu salud mental, pon atención a estas señales que te indicarán si la terapia es el primer paso.
Tienes problemas para dormir
Los estudios demuestran que dormir demasiado, o no dormir lo suficiente, es una señal clásica de que algo más puede estar sucediendo. El sueño y la salud mental están muy relacionados. Cuando no duermes lo suficiente, es posible que comiences a tener más pensamientos negativos o a volverte más emocional.
Además, los problemas para dormir son más comunes en personas con depresión, ansiedad, TDAH y trastorno bipolar.
Te sientes abrumado
Sentirte abrumado puede afectar tu forma de pensar y actuar, lo que repercute en tu estado de salud mental. Puede resultar difícil navegar por los aspectos más básicos de la vida, ya que es posible que estés experimentando emociones intensas y extremas que te dificultan tomar decisiones racionales. Incluso es posible que te sientas cada vez más incapaz de realizar las funciones diarias básicas.
Las personas que se sienten abrumadas emocionalmente pueden estar extremadamente estresadas y expresar angustia emocional, estar pasando por problemas de pareja o laborales, o haber experimentado un trauma grave.
Evitas situaciones sociales
Si recientemente has comenzado a alejarte de situaciones sociales y amigos o a aislarte, es posible que estés lidiando con algo más que simplemente tristeza o depresión. Un cambio de comportamiento en lo que respecta a cuán sociable eres puede ser una señal reveladora de que puede ser el momento de pensar en recibir terapia, especialmente si descubres que estás evitando cosas que alguna vez disfrutaste o te encantó hacer.
Tienes sentimientos de desesperanza
¿Estás pensando constantemente: necesito ver a un terapeuta? ¿Te sientes desesperado la mayoría de los días? Sentirse desesperanzado puede crear una espiral de pensamientos negativos. Puede hacer que ver la luz al final del túnel sea increíblemente difícil.
Los sentimientos de desesperanza pueden ser un signo de depresión, un trastorno del estado de ánimo grave, pero común, que puede afectar la forma en que piensas, sientes y actúas. La depresión afecta aproximadamente a 1 de cada 6 adultos en algún momento de su vida.
No puedes controlar tus emociones
La inestabilidad emocional es una señal de que tu salud mental podría estar empeorando. Puede parecer que es cada vez más difícil responder a tus emociones. La causa puede estar relacionada con una condición de salud mental o con un evento situacional en tu vida. La buena noticia es que la terapia puede ayudar a ambos.
Cabe mencionar que la incapacidad para controlar las emociones suele ser un síntoma de trastornos del estado de ánimo y de ansiedad.
Tienes pensamientos intrusivos
¿Tus pensamientos se han vuelto intrusivos? ¿Están empezando a apoderarse de tus días? Si estás consumido por pensamientos plagados de ansiedad, es posible que desees considerar una terapia que te ayude a romper con estos patrones de pensamiento. Aprender a aceptar o desafiar tus pensamientos y a gestionarlos para poder vivir una vida sana y productiva son subproductos del terapeuta adecuado y de una terapia eficaz.
Ya nada te importa
No preocuparte por tu vida es una señal de que tu salud mental está sufriendo. Sentirte irritable todo el tiempo, o como si simplemente no tuvieras la energía o el cuidado suficiente para hacer cosas básicas como ducharte regularmente, levantarte de la cama o presentarte al trabajo o a la escuela: todas estas son señales de que es hora de buscar ayuda.
La falta de atención es común en personas que padecen depresión clínica, también conocida como trastorno depresivo mayor.
No comes como antes
Si de repente comienzas a comer más o menos de lo que es normal para ti, es posible que estés experimentando lo que se conoce como alimentación emocional. Las personas que tienen problemas de salud mental suelen ver un cambio en sus hábitos alimentarios. Esto puede volverse problemático cuando avanza hacia un trastorno alimentario, que es una variedad de trastornos alimentarios como la bulimia, la anorexia o el trastorno por atracón.
La terapia puede ayudar con la alimentación emocional, que es común en personas que experimentan problemas de salud mental.
Tienes problemas en la escuela o el trabajo
Cuando un problema de salud mental genera dificultades para ser productivo en la escuela o el trabajo, inmediatamente vas a sentirte aún más abrumado. El estrés adicional que surge de saber que no estás haciendo lo mejor que puedes o no estás a la altura de las expectativas puede culminar rápidamente en problemas mayores.
Tener problemas para concentrarse en el trabajo o la escuela puede deberse a una serie de afecciones de salud mental, como ansiedad, depresión, trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y más.
Trauma
Los traumas pasados pueden interferir con la forma en que te relacionas con las personas o con cualquier otra cosa en tu vida. El trauma puede ser difícil de superar por sí solo, pero con terapia es posible.
Si has experimentado recientemente un trauma o está lidiando con un viejo trauma que está saliendo a la superficie, es posible que desees probar la terapia cognitivo-conductual (TCC) centrada en el trauma. Se ha descubierto que la TCC es muy eficaz para ayudar a las personas a superar patrones de pensamiento negativos relacionados con su trauma para que puedan superarlo.
Duelo
El duelo puede ser complicado porque no hay un cronograma ni una forma única de afrontarlo. Pero también es increíblemente difícil de navegar por tu cuenta. No existe una regla estricta sobre cuánto tiempo debería tomarle a alguien pasar por el proceso de duelo. Pero si su duelo se ha prolongado y ahora está afectando tu vida diaria, es posible que desees considerar la terapia del duelo.
Es importante recordar que el duelo no siempre es el resultado de una muerte. Es común lamentar la pérdida de un trabajo, una relación, una mudanza importante y más.
¿Has acudido a terapia?