Además de lo significativo que es el momento, el lado dulce de una boda es el pastel, mismo que se convierte en un llamativo elemento de la celebración tanto por su sabor, decoración y diseño.
La chef y repostera Rosi Ramírez hace realidad ese deseo de crear el wedding cake ideal para esa ocasión tan especial de cualquier pareja.
En este proceso ella es testigo de la unión y el amor que se tienen, pues trabaja junto con los novios en la elección de cada componente.
“Me pongo de acuerdo con ellos sobre qué es lo que quieren, vemos algunas fotos de inspiración y concretamos el modelo, es algo muy bonito porque se ve el apoyo de la pareja”, compartió.
Por lo general son en formas redondas, con pan sabor vainilla y algún otro piso de chocolate, algún relleno neutro como el de chabacano y decorado en color blanco con flores, pero las tendencias para este año son distintas.
La inclinación por los pasteles naked se mantiene pero, en palabras de Rosi, viene la preferencia por lo minimalista que se caracteriza por ser sencillos y muy elegantes.
“No son tan cargados, son más limpios, además viene mucho el color dorado y con blanco es una excelente combinación”, añadió.
Al tratarse de un postre que se reparte con mucha gente, la elección de sabores sigue siendo conservadora aunque existen algunos nuevos y populares como el matcha y el chai.
Todo esto lo hace posible a través de The Cakery Cake Design, proyecto que inició en 2017 para ofrecer pasteles únicos, personalizados exclusivamente para cada persona, hechos con ingredientes de buena calidad y, sobre todo, con mucho amor y pasión.
A la par que iniciaba en el emprendimiento, estelarizó el programa de cocina para televisión llamado La hora del postre donde comparte recetas y tips con la audiencia, dinámica que continúa en su canal de YouTube Chef Rosi Ramírez.
Parte de ese conocimiento lo obtuvo de trabajar en una reconocida pastelería de la ciudad y en una de Nueva York donde se desempeñaba como cake decorator, una experiencia que la motivó para ser lo que es hoy en día.
Pero fueron su mamá y su abuelita los personajes que la impulsaron desde que era pequeña para dedicarse a esta profesión.
“Les encanta cocinar y, cuando estaba chiquita, siempre estaba con ellas en la cocina, me pedían que hiciera el postre y me gustaba esa sensación cuando el momento estelar es el pastel, todos se reúnen y cantan”, recordó.
Ahora uno de los procesos que más disfruta es la decoración de cada una de sus creaciones, pues logra explotar su creatividad y hacer felices a los clientes cuando ven el resultado final.