Lo que inició como un juego cuando era niño es, hoy en día, la carrera a la que se dedica Rodrigo Torres.
Una gran influencia para él fue su hermano Salvador Torres con quien solía crear producciones de programas de televisión, novelas o películas por simple diversión, pasatiempo que pronto se convertiría en su labor diaria.
Fue en León, Guanajuato donde creció tanto en lo personal como en lo profesional, pues en la ciudad zapatera estudió Comunicación e inició su trayectoria.
Antes de comenzar a estudiar su licenciatura tomó un periodo de tiempo sabático en su vida para encontrarse a sí mismo, una etapa en la que se le presentó la oportunidad de ingresar a las filas de empresas como Multimedios Televisión, Promomedios León, Televisa Bajío, TV Azteca Bajío y MVS Radio.
En esos lugares adquirió experiencia mientras se desempeñaba como asistente de producción, conductor, periodista de espectáculos o coach de actuación, actividades que disfrutaba hacer.
“Hay que perderle el miedo al fracaso y al error porque justo de ahí viene el aprendizaje y el crecimiento”, compartió Rodrigo quien acepta que todos los logros que obtuvo durante ese tiempo fueron determinantes para identificar su vocación.
Rorro, como lo conocen de cariño, lleva tatuada la frase Deja que la vida te sorprenda ya que considera que su vida en general ha sido una sorpresa tras otra, como lo fue su mudanza a la Ciudad de México.
Ahí estudio varios seminarios de actuación en CasAzul, después de ahí participó en proyectos como Rosario Tijeras 2, El Señor de los Cielos, Netas Divinas, en varios comerciales y en producciones teatrales como Marido en Renta y Tempestad.
“Me gusta emprender un viaje para recargar energías y quiero seguir estudiando, seguir apostando por mi formación”, finalizó Rodrigo quien en recientes fechas regresó de Madrid donde estudió otro seminario.
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“Mi espíritu siempre ha sido muy aventurero, me arriesgue a tocar puertas y a obtener proyectos por mi criterio, disposición, ganas”.
LO QUE LO HACE DIFERENTE
La generación a la que pertenece ya que considera le toca reinventar la manera de comunicar, además de que reconoce su propio camino.