Maritere Herrera y Juan Rodolfo Paulin son una hermosa familia mexiquense; quienes nos compartieron sus mayores fortalezas y virtudes que los vuelven únicos y especiales.
Maritere es una mamá joven, creativa, soñadora y feliz, quien además de experimentar la maternidad es profesionista y especialista en una de las áreas más apasionantes y creativas, el diseño gráfico.
Ella tiene a sus dos mejores aliados, Ana Paula de siete años y Alonso de tres, dos hermosos niños que disfrutan de la compañía y las actividades en familia.
Hoy más que nunca y ante la pandemia, han podido realizar las actividades que más disfrutan hacer, como ver juntos sus películas y programas de televisión, jugar, cocinar y hasta contribuir en familia con las actividades cotidianas del hogar. “Tanto a Juan como a mí nos encanta verlos sonreír”.
“Disfrutamos ser testigos de su crecimiento y de la madurez que vamos teniendo como familia, cada uno en el rol que nos corresponde y saber que nuestros hijos van tomando su propia individualidad”. Juan Rodolfo es un papá muy consentidor y abogado de profesión.
Actualmente trabaja en una consultoría jurídica y en proyectos de gestión y auditoría en factores humanos. “Cada día tratamos de equilibrar el trabajo y la familia, y así tener el tiempo suficiente para nuestros hijos, ya que todo es importante. Entiendo que puede resultar difícil cuando tenemos pequeños en casa, pues buscan todo el día nuestra atención, la clave está en trabajar en tiempos y determinar horarios para convivir con ellos”. Para Maritere y Juan Rodolfo la familia lo es todo, es el motor que impulsa su día a día, un complemento físico y emocional. Ellos consideran que lo más importante es la unión, el entendimiento y la comunicación, las cuales las consideran como características base para lograr una buena familia en la actualidad, o al menos es algo que a ellos les ha funcionado y que recomiendan practicarlo. “Sabemos que cada familia es distinta, con características únicas; sin embargo estos son valores universales que se deben practicar, sobre todo la unión, ya que vuelve a la familia más fuerte e inquebrantable”.
“Considerarse un excelente papá o una mamá perfecta es algo subjetivo, más bien nosotros nos consideramos padres en formación, hemos cometido errores como todos, pero también aciertos, siempre tratamos de dar nuestra mejor versión y tratamos de practicar la famosa frase, “Sean los padres que siempre quisieron tener”.
Al preguntarle a Maritere acerca del papel que ha tenido dentro de la educación de sus hijos ella nos comentó que ha sido esencial basar su educación en una figura guía y de acompañamiento en su formación, buscar estar con ellos y enseñarles el respeto hacia los demás, tratarlos siempre con mucho amor y respeto, pero sobre todo guiarlos para que sean libres en su toma de desiciones pero con responsabilidad.
“Actualmente las familias han cambiado muchísimo tanto en sus conceptos como en sus formas, nos ha tocado vivir una transformación en donde las mujeres ya no quieren tener hijos, algo que es totalmente respetable, así como la inclusión de familias homosexuales en nuestra sociedad; lo importante en todas estas formas es que exista como base el amor y el respeto”.
Definitivamente algo que vuelve única a esta familia es su identidad, sus gustos, su libertad e individualidad además de un legado muy importante, el amor.