Lo que muchos consideran un trágico desenlace para River Phoenix fue tan solo uno de tantos hechos fatales en la vida de este joven talento, pues desde pequeño sufrió carencias y conoció un mundo triste y sombrío.
Nació en una cabaña destartalada en Madras, Oregón, su nombre era River Jude Bottom, una combinación de la novela Siddharta y el tema Hey Jude.
Fue el primogénito de cinco hijos de John Bottom y Arlyn Sharon, una pareja de hippies que se conocieron pidiendo aventón. Cuando tenía tres años sus padres se convirtieron en misioneros de la secta religiosa Hijos de Dios e iniciaron una ruta nómada por todo el continente americano durante la cual la familia fue creciendo.
Sus condiciones de vida eran de pobreza extrema, ni siquiera iba a la escuela, desde muy temprana edad, fue forzado a trabajar junto a sus hermanos Rain, Liberty, Summer y Joaquin para llevar dinero al culto, ya que de otra manera no les daban de comer.
Después de varios años, los padres de River comenzaron a tener conflictos en la secta al darse cuenta que la organización captaba ingresos y discípulos a través de la prostitución infantil, fue en 1978 cuando renuncian y deciden regresar a Estados Unidos, además cambiarse el apellido a Phoenix, en referencia al ave fénix que resurge de las cenizas.
La situación económica no mejoró, River se vio obligado a explotar su talento en la música y tocar en las calles acompañado de su hermana Rain, al mismo tiempo su mamá consigue trabajo en la cadena NBC e introduce a los cinco hermanos al mundo artístico.
A los 10 años comenzó a hacer anuncios, dos años después hace su primera aparición en la serie Siete Novias para Siete Hermanos, a los 14 da el salto a la pantalla grande con Exploradores, aquí compartió créditos con Ethan Hawke y Amanda Peterson.
Su atractivo, timidez y fragilidad le daban el aspecto ideal para interpretar el joven rebelde hijo de familias disfuncionales, papeles que le valieron sus más grandes éxitos como Cuenta Conmigo, al lado de Will Wheaton, Kiefer Sutherland y Corey Feldman.
Durante el rodaje de esta película probó su primera cerveza y marihuana acompañado de Corey, para cuando se estrenó la película, a los 15 años, ya había perdido la virginidad por segunda vez, pues la primera ocasión fue dentro de su secta a los 4 años.
Phoenix vivía una realidad muy diferente a los jóvenes de su edad, miraba el mundo con una seriedad excesiva, trabajaba para mantener a su familia, declaró poco tiempo antes de morir que esperaba filmar una película más para pagar la universidad de su hermana más pequeña.
Era un alma atormentada, estrictamente vegetariano y activista a favor del medio ambiente.
Desde pequeño, cuando recorría las calles de Venezuela y al conocer los métodos de pescar de los marineros locales, River decidió no volver a probar carne animal, convicción que mantuvo hasta el día de su muerte y transmitió a sus hermanos.
Tal era su repulsión a los animales como alimento, que en una ocasión salió llorando de un restaurante porque su novia Martha Plimpton ordenó cangrejo para cenar.
La fama lo sobrepasó, muchos lo consideraron el James Dean de la Generación X, pero a él le incomodaba, solo disfrutaba componer música, cantar y tocar la guitarra con su banda Aleka’s Attic.
Ser disléxico y las muchas dificultades para leer los guiones no le impidieron impregnar de fuerza cada una de sus actuaciones, así era la vida un joven lleno de contradicciones y que por desgracia no supo manejar la fama.
Era víctima de los excesos, desde los 15 años cargaba con una cajetilla de cigarros, a sus 18 logró una nominación al Óscar por su papel en la película Un Lugar en Ninguna Parte, pero ya era adicto a la heroína.
Fuentes relataron cómo Phoenix se tomó tan en serio su papel de drogadicto en Mi Idaho Privado que decidió probarlas para lograr una mejor interpretación, además de adoptar las rutinas diarias de amigos como John Frusciante, fumar crack, cocaína y más tarde heroína para empezar de nuevo.
Las drogas le tenían preparado un destino fatal, el actor murió a los 23 años luego de ir a The Viper Room como invitado para acompañar con su guitarra a Johnny Depp, dueño de la discoteca, y Flea, bajista de Red Hot Chilli Peppers, hecho que no ocurrió, pues al no tener espacio en el escenario se retiró a su mesa y bebió una copa que le ofreció un desconocido, se trataba de una speedball, mezcla de cocaína y heroína líquida.
Minutos más tarde los narcóticos hicieron efecto, vomitó y se desmayó, ninguno de los presentes reaccionó, se cree que de haber llamado a la ambulancia al instante, el actor seguiría con vida.
Fue Joaquin, quien para tratar de reanimarlo lo llevó a la calle pero comenzó a convulsionarse, su hermana Rain trató de reanimarlo dándole respiración boca a boca, mientras su novia Samantha Mathis se golpeaba la cabeza contra la pared.
Al fin, su hermano llamó al 911 y pudo ser trasladado al hospital Cedars Sinai donde fue declarado muerto a la 1:51 de la mañana del 31 de octubre de 1993. La autopsia determinó que el actor sufrió una sobredosis por consumir ocho veces la cantidad de cocaína y heroína que puede soportar una persona, además de haber ingerido morfina, efedrina, marihuana y Valium.
En una entrevista, la que fue su novia declaró que River ayudó a muchos amigos a salir de las drogas, pero cuando él necesitó ayuda no la recibió, al contrario.
Fue el dramático final de un talento que siempre buscó alejarse de los estereotipos, ahora es recordado por una muerte absurda a causa de sus excesos.
Hoy su legado permanece vivo en su familia y en millones de seguidores que admiran su pasión por la música y actuación.