Después de que el cónclave terminara con la elección de Robert Prevost como el sucesor del Papa Francisco, sabíamos que la misa inaugural de su pontificado tardaría al menos unos días más para reunir a todos los invitados necesarios.
Y es que, entre los asistentes, no cabe duda de que la Reina Letizia era una de las más esperadas, ya que sabíamos que iba a lucirse con un look pulido y elegante, pero no esperábamos de que también fuera a crear conversación en redes sociales.
El look de la Reina Letizia en la misa inaugural del papa León XIV
Para esta ocasión histórica, la Reina Letizia eligió un vestido midi blanco de manga larga, con escote asimétrico y un drapeado delicado en el hombro. Firmado por Redondo Brand, el diseño resaltaba por su confección impecable y su ajuste favorecedor.
La esposa del Rey Felipe completó el conjunto con una mantilla blanca de encaje de Lina Sevilla, usada como velo, en un gesto tradicional y simbólico. Pero lo que más llamó la atención fue su elección de calzado.
Y es que, en lugar de llevar zapatos blancos, como lo hicieron otras royals como Charlene de Mónaco o Matilde de Bélgica, la reina optó por unos stilettos en tono nude. Aunque sutil, este detalle rompió con la estética nívea tradicional del privilegio du blanc y generó cierta controversia entre los seguidores del protocolo vaticano.
Aunque el tono nude no rompe formalmente con las reglas, sí representa una interpretación más contemporánea del código ceremonial. Y si algo ha demostrado Letizia durante su reinado, es su habilidad para reinterpretar la tradición con estilo propio.
El significado del vestido blanco de la Reina Letizia
Vestir de blanco frente al Papa no es un simple capricho estético. En el caso de la Reina Letizia, se trata de una prerrogativa oficial que tiene desde la proclamación de Felipe VI en 2014.
Y es que, quizá muchos no lo sepan, pero solo las reinas consortes de monarcas católicos pueden ejercer este privilegio, una distinción que simboliza pureza, solemnidad y respeto en actos litúrgicos de alto nivel.
Letizia no solo vistió de blanco, sino que entendió la fuerza simbólica de esta tonalidad. El blanco, lejos de ser aburrido, realza la estructura de una prenda, su textura y caída. En este caso, permitió que el diseño en crepé del vestido y el drapeado cobraran protagonismo sin necesidad de ornamentos excesivos.
Además, la Reina prescindió de la tradicional peineta, que suele acompañar la mantilla en estos contextos. Una decisión que, lejos de ser un desliz, fue interpretada por los especialistas como una adaptación sobria y actual del protocolo clásico.
¿Por qué la Reina Letizia eligió un vestido blanco?
Más allá del protocolo, el blanco fue una elección profundamente simbólica. Es un color que evoca pureza, transparencia, calma y bondad, valores íntimamente ligados a un acto tan solemne como el inicio del pontificado.
Vestirse de blanco en un entorno tan cargado de significado es, en sí mismo, una declaración: una forma de acompañar espiritualmente un momento de renovación para la Iglesia.
La Reina Letizia ha sabido utilizar la moda como un canal de expresión, y esta vez no fue la excepción. Su look reforzó un mensaje de respeto diplomático, pero también de modernidad, recordándonos que la tradición puede evolucionar sin perder su esencia.
¿Qué te pareció su look?