La imagen de la princesa Diana no ha podido ser borrada de la historia de la corona británica y en el día en que falleció la reina Isabel II su nombre sale a relucir de nueva cuenta, pues muchos se preguntan cómo fue realmente su relación y si de verdad hubo tensión después de que separó de su hijo, el entonces príncipe Carlos.
A pesar de que los miembros de la familia real han estado envueltos en más de una polémica, la monarca más longeva en la historia de la monarquía británica fue quien mejor manejó su imagen y se salvó de una que otra controversia, sin embargo de la que no pudo escapar fue Lady Di.
Mucho se ha dicho de la tensión en su relación y cómo se transformó del amor al odio en poco tiempo, incluso fue sumamente criticada por tomar una postura poco compasiva cuando falleció en 1997, a cinco años de su divorcio con el entonces príncipe Carlos.
Pero para conocer más a detalle de la relación de ambas royals se necesita algo más que eso. Pocos lo saben, pero en realidad se conocieron antes de que comenzara a salir con su hijo, pues Lady Di era cercana los príncipes Andrés y Eduardo, cuando era pequeña.
Es decir, que contrario a lo que muchos piensan, era vista con buenos ojos por la reina Isabel, cuando se dio el anuncio de su compromiso la revista Time dijo que la reina estaba "radiante".
La llamada "princesa del pueblo" se esforzó mucho para encajar en la familia real, sin embargo pronto se dio cuenta que esto no iba a ser posible y vino una decepción sobre otra.
“Diana trabajó muy, muy duro para congraciarse con la reina y ser la princesa que ella deseaba para su hijo, y lo hizo con mucho éxito”, declaró London Arianne Chernock, profesora asociada de historia en la Universidad de Boston a Reader’s Digest.
Lady Di no disfrutó nada de esto y tristemente la relación se agrietó desde que comenzaron los preparativos para su boda, pues hubo falta de comunicación con la reina.
Diana señaló que lo único que recibió de su suegra después de casarse fueron deberes reales, algo a lo que nunca se acostumbró a llevar con tanta seriedad, pues su personalidad era más fresca, y aunque al pueblo le agradaba la nueva royal esto no era bien visto por la familia real.
Se dice que la monarca se vio opacada por el brillo de Lady Di y esto no podían permitirlo, por lo quela tensión incrementó.
“Diana describió su experiencia como profundamente solitaria y deseó que, especialmente las mujeres de la familia real hubieran sido más accesibles, más disponibles para ella”, declaró Chernock.
La relación terminó agrietándose lo suficiente como para que en el momento de su divorcio nadie cuestionara las decisiones del entonces príncipe Carlos.
Cuando la princesa Diana falleció a causa de un trágico accidente en París, la reina y su hijo emprendieron una huida al castillo de Balmoral y solo salió hasta el funeral cuando ofreció un mensaje que fue transmitido por televisión.