La Reina Isabel II realizó el jueves su primera visita pública desde marzo, una rara aparición conjunta con el Príncipe William desde que dio inicio la pandemia de coronavirus en el Reino Unido. En esta ocasión, la monarca británica visitó el Laboratorio de Ciencia y Tecnología de Defensa del Reino Unido para reunirse con científicos que brindan apoyo a la respuesta covid-19 del país y para inaugurar oficialmente su nuevo Centro de Análisis Energético. Sin embargo, lo que más sorprendió al público fue que la monarca no llevó cubrebocas, ni ningún otro tipo de protección.
La Reina llevaba un abrigo rosa de Stewart Parvin con un sombrero a juego de Rachel Trevor Morgan, pero nadie lució una mascarilla durante la salida, ni siquiera William, a quien se había visto anteriormente con cubrebocas.
Sin embargo, fuentes reales revelaron que se siguieron todas las pautas relevantes de covid-19 durante su salida de esta semana. Y además de practicar el distanciamiento social y permanecer principalmente al aire libre, todos los que estuvieron en contacto con la Reina y su nieto dieron negativo al virus.
Recordemos que este fue el primer compromiso oficial de la reina de 94 años fuera de los muros del palacio desde que la pandemia de coronavirus empezó a afectar al Reino Unido hace 7 meses. Si bien ha continuado trabajando durante este tiempo y permaneció visible a través de fotografías, videollamadas y mensajes, la Reina tuvo que ser resguardada principalmente en Windsor por ser parte de uno de los grupos vulnerables del virus.
El dúo real llegó al laboratorio cerca de Salisbury, en el sur de Inglaterra, a última hora de la mañana y fue recibido por el director ejecutivo, Gary Aitkenhead. Hicieron un recorrido privado por el Recinto Energético para ver exhibiciones de armamento y tácticas utilizadas en contrainteligencia.
La realeza luego vio una demostración de una investigación forense de explosivos y se reunió con el personal antiterrorista. También hablaron con los empleados involucrados en la identificación del agente nervioso Novichok que envenenó al exespía ruso Sergei Skripal y a su hija Yulia en marzo de 2018, así como a miembros del ejército desplegados para ayudar con la investigación. Antes de partir, la Reina inauguró formalmente el nuevo Centro de Análisis Energético y develó una placa.
Cuando empezaron los brotes de covid-19 a Inglaterra, la Reina se mudó del Palacio de Buckingham al Castillo de Windsor, donde ella y el Príncipe Felipe, de 99 años, se aislaron con una selecta "burbuja" de personal.
La monarca y su esposo pudieron viajar a Balmoral en agosto y se mudaron juntos a Sandringham en septiembre. Y, a principios de este mes, la Reina regresó sola al Castillo de Windsor, donde vive actualmente.
Aunque tuvo que dejar de asistir a sus eventos reales, la monarca continuó trabajando detrás de escena mientras los miembros más jóvenes de la familia han estado fuera de casa. Incluso asistió a la boda de su nieta, la Princesa Beatriz. Sin embargo, la visita de esta semana marca el hecho de que tiene la intención de reanudar sus funciones públicas siempre que sea posible durante la pandemia.
Antes de la cuarentena, la Reina Isabel ocasionalmente realizaba compromisos conjuntos con miembros de su familia. Su último encuentro con el príncipe William fue en junio de 2017 para reunirse con las víctimas del incendio de la Torre Grenfell y los miembros de los servicios de emergencia que combatieron el incendio.
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