Este fin de semana, la familia real honró al Príncipe Felipe con sus respectivos servicios funerarios. La procesión y ceremonia del sábado tuvo lugar en la Capilla de San Jorge, en los terrenos del Castillo de Windsor. Como era de esperarse, la Reina Isabel asistió, recordando a su marido durante 73 años.
Sin embargo, la monarca agregó su propio tributo especial en forma de carta manuscrita. Dejó una nota en el ataúd de su difunto esposo, que permaneció ahí durante los servicios. Si bien los observadores no pudieron ver la totalidad del contenido de la carta, sí conocemos un dulce detalle. La monarca firmó la nota "Lilibet", su apodo de la infancia. Según People, se cree que el Príncipe Felipe era la última persona que la llamaba de esta forma.
El cariñoso apodo se remonta a los primeros años de la Reina, cuando era demasiado joven para poder pronunciar su propio nombre, llamándose a sí misma "Lilibet" en su lugar. Como tal, el dulce apodo ha estado con ella toda su vida, e incluso el Príncipe Felipe pensó en referirse a ella por su nombre de infancia. De hecho, Su Majestad solía firmar sus cartas con su apodo. En una carta enviada a su abuela, la Reina María, ella escribió: "Querida abuela. Muchas gracias por la hermosa casa de muñecas. Me encanta, y he desempacado el comedor y el pasillo. Con cariño de Lilibet".
Mientras tanto, la monarca es llamada 'Mami' por su hijo mayor, el Príncipe Carlos, quien se refirió a ella como tal durante su discurso por su 92 cumpleaños, lo que la hizo reaccionar de manera divertida al poner los ojos en blanco y reír junto con la audiencia. Todavía tiene más apodos cuando se trata de sus nietos y bisnietos, ya que los Príncipes William y Harry la llaman 'Granny' y sus bisnietos: 'Gan Gan', o al los hijos de William.
Aunque el apodo fue usado cariñosamente por sus padres y su esposo, nadie más en la familia real llama a la monarca "Lilibet", por lo que el apodo morirá pronto, así como el título de cortesía de Duquesa de Edimburgo que tenía por ser la esposa de Felipe.
Aunque muchos miembros de la familia real asistieron a la ceremonia del sábado, la Reina Isabel tuvo que sentarse sola debido a las precauciones de covid-19. La pandemia impactó la estructura del día, ya que solo se permitió el ingreso de 30 invitados a la capilla. El palacio también desanimó a las multitudes de dolientes, pidiéndoles que vieran el evento televisado desde casa. Todos los invitados en persona usaron cubrebocas y se sentaron a 6 pies de distancia de las personas en otros hogares.
La pérdida del Príncipe Felipe seguramente afectará a la Reina, que ha tenido al Duque de Edimburgo a su lado desde 1947. Sin embargo, la monarca seguirá cumpliendo con sus deberes reales. Un ex asistente de alto nivel en el palacio le dijo a People: "Su familia se unirá y estará a su lado, pero ella continuará. Entiende que tiene un trabajo que hacer, y Felipe no hubiera querido que ella se rindiera. Lo consideró cuando él se retiró de la vida pública".
¿Ya conocías su título?