Rebeca Quintero y Francisco Mijares hablan del milagro de ser abuelos

PERSONAJES

Ellos son una pareja a la que la bendición de ser abuelos, el amor y la fe en Dios los ha llevado a superar muchas adversidades y a continuar felices.

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Francisco Mijares y Rebeca Quintero revelan cómo el amor a sus nietos los ha ayudado en las adversidades (Foto: Marifer Rached)

Rebeca y Francisco cumplieron 44 años de matrimonio y formaron una familia con cinco hijos Francisco, Fernando, Ana Rebeca, Alejandro y Roberto, quienes les han dado 11 nietos: Francisco de 16 años, Gonzalo de 12, Bernardo de 10, María Fernanda 6, Humberto 8, Ana Rebeca 5, María Cristina 8, Rodrigo 6, Juan Pablo 3, Roberto 5 y Marcelo, con 15 días de nacido.

Durante este tiempo, la pareja ha tenido hermosos momentos, pero también muchas pruebas de fe, ya que a Francisco le dan detectado seis tipos de cáncer en diferentes ocasiones, de las cuales ha salido adelante gracias a su férrea confianza en Dios y al amor por sus nietos.

Francisco Mijares

Francisco Mijares siempre deseó convertirse en abuelo.

Francisco de Jesús Mijares Solares, mejor conocido por sus amigos como Pancho, afirma que su niñez fue muy feliz junto a sus papás María de los Ángeles y Manuel. Viene de una familia grande con nueve hermanos y desde temprana edad se involucró en el negocio familiar. En 1979 conoció a Rebeca, con quien se casó y formó una familia.

Asegura que su experiencia como papá fue muy bonita, pues era muy importante para ellos tener familia, por lo que agradecen a Dios el haberles mandado unos hijos buenos.

Sin embargo, el año 2003 marcó su vida, ya que a sus 47 años de edad le diagnosticaron un cáncer de colon muy agresivo. Ante la noticia, Francisco viajó a Houston para corroborar el diagnóstico, dónde solo le aseguraban entre cuatro a seis meses de vida: "Esa noticia fue muy dura, ya que te digan la palabra cáncer y aparte te den un fecha fue devastador, pero es ahí donde comienza la lucha, Dios es quien tiene la última palabra en cualquier circunstancia, más en una enfermedad como ésta. Todos vamos a morir, pero solo Dios es quien decide cuándo y cómo, y estoy convencido de que será cuando Él diga", comparte.

A lo largo de los años de lucha, su fe en Dios es lo que lo ha llevado a vencer los diferentes tipos de cáncer que ha padecido, primero el de colon, que venció luego de tres años; después apareció en el hígado, por lo que le quitaron el 80 por ciento de ese órgano; más adelante tuvo cáncer en el pulmón y le extirparon el alvéolo mayor derecho; luego lo aquejó un cáncer de tiroides y le retiraron dicha glándula, y en todo este tiempo tuvo que padecer las quimioterapias, radiaciones, además de ocho invasivas cirugías, pero su confianza en Dios nunca ha flaqueado.

Pasaron los años y en una revisión de rutina en 2021, a Francisco le apareció un cáncer de hígado diferente al que había padecido antes. Le realizaron quimioterapias, radiaciones y confiando en Dios lo logró controlar. 

Diez meses después, le apareció un nuevo nódulo en la cadera, que es ya el sexto tipo de cáncer y en esta ocasión le están aplicando inmunoterapia para reforzar el cuerpo y que éste se defienda. Comenta que afortunadamente ahora existe una pastilla exacta para tratar esas células y tiene ya ocho meses en tratamiento con resultados muy favorables.

Francisco y Rebeca con sus nietos más pequeños.

"Lo primero que hice al enterarme que tenía cáncer fue rogarle a Dios para que me ayudara a superar esta dura enfermedad y me puse en sus manos, pero además, le pedí que me permitiera conocer a uno de mis nietos, porque yo tenía la ilusión muy grande de ser abuelo, siempre lo quise, lo soñé, lo desee. Gracias a Dios que me escuchó y hoy tengo la fortuna de disfrutar de 10 nietos y la felicidad de haber recibido al onceavo de ellos hace menos de un mes", revela.

Por ello, Francisco considera que su misión es ayudar con su testimonio a las personas que empiezan con esta dura enfermedad, para que sepan que hay que luchar de la mano de Dios: "Lo primero que pasa por tu mente cuando te dan esta terrible noticia es que vas a morir y empiezas a contar los días, pero el cáncer es una lucha en la que es muy importante tener fe y que te agarres de la mano de Dios", indica.

A lo largo de 21 años de lucha contra esta enfermedad, Pancho se ha convertido en un testimonio viviente para muchas personas, pues ha platicado y compartido su fe a todos los que se ponen en contacto con él.

"La fe siempre te da la oportunidad de ver milagros, yo los he visto no solo en mí, sino en otras personas. En los hospitales siempre se han sorprendido al ver cómo se han revertido mis problemas. Yo creo que se debe a la actitud, a la fe y a las ganas de salir adelante, en no sentirse derrotado. Piensa que estás peleando en un ring cada instante y que si te tiras al suelo pierdes; si te quedas parado sin hacer nada, pues te golpean; pero si tienes a Dios como sparring y te quedas peleando, pues vas a tener más rounds, unos los vas a ganar y otros los vas a perder, pero nunca te dejes caer, ¡pelea por tu vida! Mucha gente me ha comentado que le reclama a Dios, que dice ¿por qué yo?, y yo les digo que no pierdan el tiempo en reclamos, que confíen en Él, que éste es su aprendizaje de vida. Cuando la gente me escucha y le sirve de algo mi testimonio, me dice: Pancho, qué Dios te lo pague, entonces yo le respondo: ¡con que no me cobre lo que le debo, con eso soy feliz!".

Enseñanza de vida

Junto a sus nietos.

Para Francisco, "los nietos son parte de mi medicina, porque un abrazo o un beso suyo son energía pura que me anima, me levanta y me transfiere una felicidad impresionante. Ellos son lo mejor de mi vida, aunque no tengo ninguno radicando en Torreón, parte de mi rutina es asistir a mis tratamientos y visitarlos para recargar las pilas y disfrutarlos al máximo", comparte.

"Como abuelos es muy importante visitarlos o que nos visiten, convivir, disfrutarlos y ser partícipes de sus vidas y, al mismo tiempo, lograr que todos juntos nos reunamos y pasemos tiempo. La fase de padre es muy distinta a la de ser abuelos, pues los nietos son un motor en nuestras vidas y la alegría para luchar", asegura.

Como legado a sus nietos, a Pancho le interesa fomentarles la fe en Dios, pues considera que es lo más importante en la vida, ya que teniendo fe se sale adelante: "Lo que más me gustaría es que como familia mis hijos se mantengan unidos, porque la familia es lo único que tenemos", dice.

Finalmente, Francisco asegura: "Mi meta es salir adelante, seguir ayudando y guiando a mis hijos, a mis nietos y a la gente que pueda escuchar mi testimonio. Me siento comprometido con Dios y tengo la misión de llevar esperanza y fe a quien la necesite".

Rebeca Quintero

Rebeca Quintero se siente feliz de convivir con sus nietos.

Rebeca Quintero Pámanes es una mujer amorosa que disfruta de la vida familiar y que ha ofrecido su apoyo incondicional en todos los aspectos, tanto a su amado esposo Francisco como a sus hijos. Sus papás María Teresa y Heriberto formaron un hogar grande de 14 hijos, por lo que ella quería tener una familia igual de numerosa.

"Me siento feliz de acompañar a Francisco durante todos estos años, de haber pasado por ese proceso de salud que le ha tocado vivir y que ha sido como si me hubiera sucedido a mí. Juntos hemos salido adelante, sin sentir tanto el dolor que esta enfermedad pudiera haber causado", platica.

En cuanto a la etapa de ser abuela asegura que le encanta, ya que estar con los nietos y apoyarlos en lo que puede es lo que más disfruta, además le gusta cocinarles pasta, que es de sus platillos favoritos, así como un postre familiar que se llama Liquicoa.

"Visitarlos o que quieran venir a visitarnos es siempre la alegría, me encanta que me hacen reír mucho, son el motor de nuestras vidas y el alimento del corazón. Ser abuelos es la más maravillosa bendición que Dios nos ha dado la oportunidad de disfrutar juntos", concluye Rebeca.

Fotos: Marifer Rached

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