La guapa reina Rania de Jordania ha generado una fascinación mundial, demostrando que más allá de su imagen atractiva, está una mujer que brilla por su inteligencia y compromiso con la sociedad.
Rania Al-Yassin nació en Kuwait, Kuwait el 31 de agosto de 1970, siendo hija de padres palestinos de Tulkarem, una familia que huyó de las tropas israelíes en los 60. Su padre es médico y ella es la segunda de tres hermanos.
La joven asistió a las escuelas primaria y secundaria New English School en Kuwait, donde recibió una educación occidental, obteniendo el título en Gestión Empresarial en la American University en El Cairo, Egipto. Después de su graduación en 1991, trabajó en Citigroup. Con la ocupación iraquí de Kuwait y la Guerra del Golfo, Rania y su familia se trasladaron a Ammán, donde la reina comenzó a trabajar en la multinacional Apple.
LA REINA MÁS JOVEN
Su historia de amor nació de un flechazo, pues la guapa empresaria coincidió en una cena con el entonces príncipe Abdalá II, hijo de Hussein de Jordania en 1992. Ambos confesaron que fue amor a primera vista, que ya en el primer baile él quedó cautivado por su brillante conversación, su sentido del humor y su afición por los deportes. Unos meses más tarde, la pareja anunció su compromiso matrimonial.
Seis meses después se casaron, el 10 de junio de 1993. En aquel momento, Abdalá II no era el príncipe heredero, sino su tío: el príncipe Hasan. Sin embargo, el rey Hussein –a punto de morir- le nombró su primogénito y príncipe heredero. Aunque su esposo se convirtió en rey el 7 de febrero de 1999, Rania no se convirtió en reina inmediatamente, fue proclamada reina por su esposo el 22 de marzo del mismo año. Sin esa proclamación, habría ostentado el título de princesa consorte, al igual que su suegra, la princesa Muna Al-Hussein. Por lo que de un momento a otro, Rania se convirtió en reina a los 28 años de edad, la más joven del mundo.
La pareja real tiene cuatro hijos: Hussein, Imán, Salma y Hashem.
ACTIVISTA SOCIAL
Desde su llegada al trono, Rania se negó a quedarse de brazos cruzados, implicándose en mil y una causas y, sobre todo, defendiendo los derechos de los que más lo necesitan, pues es embajadora de UNICEF desde el 2007, presidenta Mundial Honoraria de las Naciones Unidas para la Educación de las Niñas y apoya entre otros la Jordan Cancer Society. Además, su participación en grandes eventos como el Foro Económico Mundial que demuestra una implicación por asuntos políticos y económicos globales, que van más allá de su propia condición. Es defensora de los derechos de los osos polares. Recibió de su esposo el rango honorario de coronel de las Fuerzas Armadas de Jordania el 9 de junio de 2004.
Rania de Jordania es una gran activista, pues defiende la abolición de los crímenes de honor y lucha por la educación de los niños. En su página web se puede leer Educación=Oportunidad. "La oportunidad de escapar de la pobreza, la oportunidad de vivir saludablemente, la oportunidad de tener esperanza. La educación es una cuerda de salvamento".
Contra los estereotipos sobre Oriente, Rania nunca lleva velo, salvo cuando visita la mezquita: “En Occidente, la gente cree que el velo es un símbolo de opresión. No es verdad, siempre que la mujer lo vista por convicción”, ha dicho y pide que a las mujeres árabes se les juzgue por lo que tienen dentro de la cabeza y no sobre ella.
Rania y su marido estaban en París el día del atentado a la sede de la revista Charlie Hebdó y no dudaron en acudir a la manifestación. En su cuenta de Instagram y Twitter, también se unió a los jordanos que protestaban contra la ejecución de un periodista nipón en manos del ISIS.
Sin embargo, tras la primavera árabe, Rania ha decidido mantenerse más discreta. Después de que pidieran el fin de la monarquía en Jordania, la reina ya no se deja ver tanto por la Milla de Oro de Milán y ya no se ve en público vistiendo modelos de Prada. No obstante, las amenazas yihadistas no han logrado callarla: “Históricamente, los extremistas se basan en la complacencia de los moderados. Piensan que no vamos a hacer nada para frenarlos. Y no es así”, declaró.
SU GRAN ATRACTIVO
Rania se enfrentó a responsabilidades desde muy joven y su trayectoria no ha tenido hasta ahora casi ningún fallo. Sumado a ello e inevitablemente destacable, es considerada una de las mujeres más atractivas y mejor vestidas del mundo, por lo que la reina suele ser el objeto de análisis y comparaciones (a veces odiosas) con otras monarcas. En 2005 fue nombrada la tercera mujer más bella del mundo por la revista Harper's Bazaar.
Para nadie es una sorpresa que la belleza jordana es amante de los arreglos estéticos, pues se realizó su primera operación cuando terminó sus estudios, una rinoplastía. Desde entonces, su rostro ha tenido múltiples cambios, pues sus pómulos parecen más llenos, por lo que todo deja pensar que ha tenido inyecciones de ácido hialurónico, de ahí que a sus 50 años de edad luzca simplemente impecable, aunque algunos la critican porque han cambiado demasiado sus facciones.
Su buen gusto y pasión por los bolsos también han favorecido su conversión en icono y ejemplo a seguir para todas las fans de moda. Su estilo es camaleónico, ya que puede pasar de un vestido recargado con joyas a unas sencillas alpargatas con pantalones blancos, por lo que nunca deja de sorprender y suele ser para bien.
Rania ha realizado muchas apariciones públicas, incluyendo una entrevista para la televisión en el programa de Oprah Winfrey el 17 de mayo de 2006, donde habló sobre las ideas equivocadas sobre el Islam y el rol de la mujer en esa religión.
En mayo de 2000, fue nombrada miembro honorario de la clase del 2000 de la Academia Deerfield, la escuela en la que estudió su esposo. También se encuentra en la lista de las 100 mujeres más poderosas del mundo según Forbes.
Entre sus amigos más famosos se encuentran Bono del grupo U2 y Carla Bruni, la cantante, modelo y esposa del ex presidente francés.
Además, es llamada la reina de las redes sociales, ya que es una gran fan de éstas y ¡tiene más de cuatro millones de seguidores en twitter y 6.2 millones de seguidores en Instagram!
Hace algunos meses, la reina aprovechó los cumpleaños de sus hijas para mostrarse en público, en unas fotos en las que todas lucen vestidas de color blanco, el favorito de la monarca, dejando ver que luce mejor que nunca.