El olor a biblioteca, los libros de la escuela y los lugares que a través de las páginas visitaba Lourdes Peláez en su niñez, la convirtieron en una apasionada amante las obras literarias.
Nació en Guadalajara, pero su infancia la vivió en Los Ángeles, California, donde cuenta que a los doce años ya había leído más de cien libros.
Sus estudios incluyen diplomados de escritura y guionismo dentro y fuera de México; ya que además de escritora, es artista gráfica.
Sobre sus nuevos proyectos y el proceso creativo que la llevó a realizar su primer obra llamada El insignificante espacio donde se esconde el ser, esta guapísima tapatía, quien además es mamá de cuatro hijos, nos habla en entrevista exclusiva.
Por: Michelle Freyría / Fotos: Jesús Villanueva / Producción: Alfonso Carriquiry / Makeup: Fernando Zepeda / Peinado: Sandy Saucedo / Moda: Ugga Concept Store / Locación: JW Marriott
Letras que inspiran
¿Cuál fue tu primer acercamiento con el arte?
El arte fue mi primer pasión. Mi mamá dice que de niña lo que más hacia era pintar y dibujar, hasta que después entraron los libros. Pero a los quince ahorré dinero y me fui a comprar óleos, pinceles y lienzos, sin haber tomado ninguna clase y así empecé.
¿Cómo fue el proceso creativo de El insignificante espacio donde se esconde el ser, tu primer libro?
Este libro, mi primero, creo que será el más significativo. Nunca imaginé que iba a ser así, imaginé que iba a ser una novela que llevaba años desarrollándose en mi mente. Pero la vida así nos sorprende, me puso un alto, me despojó de tanto en lo que yo de cierta manera dependía o me apoyaba y, a pesar de estar rodeada de gente que me quería, mi familia, mis hijos, sabía que esto no era mi vida.
Me alejé de todos, sólo los más cercanos tenían acceso a mí, fue un proceso de autodescubrimiento en el cual lo único que quería era escribir, sacar todo eso que llevaba años acumulándose dentro de mí, ideas, sueños, sentimientos, recuerdos y, a través de la escritura, se hizo una inmensa catarsis. Me encontré ahí, me desnudé ahí, me confronté, me perdoné, me entendí, me sané, me amé y me reconstruí.
¿Tienes algún proceso para escribir o inspirarte?
La inspiración es un regalo, llega de pronto. Entonces no puedo depender de la inspiración para escribir, pero sí puedo hacer cosas para ser más receptiva a la inspiración. Esas cosas son la meditación y la música.
Mi proceso es como cualquier trabajo, porque así lo veo yo, es mi trabajo. Tengo horarios y los respeto; el escritor tiene que ser muy disciplinado porque es su propio jefe y muy fácil podemos hacer otras cosas como salidas, vacaciones y así nunca vas a avanzar. Eso es lo que me ha servido, tengo un lugar de trabajo, un horario y no me salgo de ahí, y solo así pude avanzar. En un año publiqué dos libros y estoy en desarrollo de otros dos grandes proyectos.
También en algún momento fuiste crítica de libros, ¿cómo decides qué recomendar a tus lectores?
La segunda pregunta que más me hacen los que me siguen en mis redes es la de ‘¿cuál libro me recomiendas?’ y uno se apasiona en los temas que le gustan. Yo leo de todo, pero sé que para los que están empezando lo más importante es disfrutarlo, no importa la historia y si es básica, si te mueve tus emociones, lo vas a leer. Entonces por lo general en eso me basaba, libros que no fueran complicados, que fueran fluidos, no lentos, para que disfrutaran de leer, en vez de verlo como algo aburrido.
¿Qué autores admiras?
Oscar Wilde, Virginia Woolf, Dostoyevsky, Fitzgerald, que se son clásicos e intensos. Hay muchos modernos y actuales que me devoro, pero nadie escribe como en su época lo hicieron ellos.
¿Qué artistas admiras?
Admiro la belleza de Botticelli, la perfección de Miguel Ángel, la mente de Leonardo da Vinci https://www.chicmagazine.com.mx/sociedad/da-vinci-il-genio-llego-a-guadalajara , la intensidad de Van Gogh, la astucia y capacidad de volver de Picasso, la rebeldía de Bansky, la sutileza y elegancia de Agnes Martin.
¿Cómo definirías tu estilo?
Abstracto, de dos años para acá mi pintura dio un giro, los colores, las texturas, las formas, los materiales.
¿Cuál es tu misión cómo escritora?
Creo firmemente que tengo una misión, pero no sólo como escritora, esa es sólo una parte de mí. Me siento tan bendecida y afortunada de cómo Dios me ha abierto tantos caminos, pero todos conectados a la vez.
Mi misión es comunicar, expresar que todos podemos soñar, no importa la edad, no importan nuestras equivocaciones, nuestras raíces, nuestro medio, lo que importa es lo que tienes dentro, y si dentro de ti hay pasión, aunque sea una chispita chiquita, pero está encendida, aún puede hacer combustión.
¿Cómo se dio la interacción con tus seguidores?
La interacción de mis seguidores, se dio por mi Instagram personal, que es curioso porque es privado. Tengo dos cuentas, la pública que es donde publicaba mi obra, y la privada que es donde publico lo más personal. Había veces en que publicaba algo más personal en la pública e inmediatamente recibía más solicitudes, pero cuando creció más, fue con el lanzamiento de El insignificante espacio donde se esconde el ser. En la segunda semana llegó a ser en Amazon el libro número veinte más vendido en la categoría de Autoayuda, y ahí fue cuando la gente me empezó a buscar, querían seguir mi cuenta privada porque ahí escribo más y cuento mis reflexiones, como las que hacía en el libro. Empezaron a escribirme desde Colombia, Venezuela, Francia, España, Italia y me contaban el impacto que había tenido cierto escrito en ellos, ya sea un duelo de un padre, un problema de salud, la maternidad, el corazón roto. Eran mensajes preciosos, y para mí no hay mayor satisfacción que saber que algo que escribí le dio una caricia a ese corazón que tanto lo necesitaba. Me encanta tener contacto con ellos, saber de ellos y descubrí que eso es mi fuego, mi pasión, poder llegar a los demás.
Recientemente fue tu cumpleaños, ¿cómo te sientes actualmente?
Hoy me siento en paz. Me siento ilusionada de lo que se viene, la vida me puso en calma, porque así tengo momentos de silencio, discernimiento, decisiones, para prepararme y tener mucha fuerza porque lo mejor apenas empieza.
¿Cómo es el apoyo de tu familia en este desarrollo creativo?
Es chistoso pero cierto que siempre hay un rebelde en la familia, la oveja negra, y me tocó ser esa con mis papás y hermanos, pero también me tocó ser esa con mis hijos. Para mis papás creo que no es fácil tener una hija que no se deja controlar y que además quiere cosas que no encajan en cierta sociedad; para mis hijos creo fue más sencillo, porque no tenían responsabilidad alguna sobre mí, pero hoy saben quién soy, saben que no me voy por lo fácil, me voy por donde me dice el corazón, hoy saben que no me rindo, que me entrego y soy leal hasta el final o hasta el momento en que por lo sano es parar. Apoyan mis sueños, aunque quisieran que fueran otros, quisieran que fuera más fácil, pero tengo a mi papá de ejemplo, el más grande soñador, que dejó todo atrás, y mi mamá y mis hermanos nos fuimos tras de él. Mi mamá siempre lo apoyó hasta que su sueño se realizó.
Además de tu amor por el arte y la literatura, ¿qué otras actividades desempeñas en tu vida diaria?
Dos cosas están agarrando fuerza, hoy en día el modelaje que busca mujeres de mi edad, porque a mi edad no es el cuerpo o el físico, es lo que también viene detrás, tu trayectoria, carrera, personalidad, tu contenido y ese es un reto que se me vuelve a presentar. Y estoy en desarrollo de dos guiones, cada uno muy diferente, pero con mucho potencial para presentar próximamente en Estados Unidos.