Mientras la reina Isabel II representaba la imagen de la disciplina y la pureza, su hermana, la princesa Margarita, se convirtió en el símbolo de la rebeldía dentro de la familia real británica, y esta era la cantidad de cigarrillos que fumada todos los días.
Sus romances escandalosos, su pasión por las fiestas y su amor por el tabaco y el alcohol fueron parte de su identidad, algo por lo que, sin duda alguna, es recordada hasta el día de hoy.
La vida de la princesa Margarita
Si bien su vida estuvo marcada por el glamour, también lo estuvo por los excesos que, con el tiempo, cobraron factura, y la realidad es que estas adicciones se dieron de una manera en la que la mayoría no esperaba al ser parte de la realeza.
Su círculo social estaba compuesto por artistas, aristócratas y figuras del rock. Entre ellos, Mick Jagger, con quien se le vinculó sentimentalmente en más de una ocasión.
La aristócrata Elsa Bowker describió a Margarita como una mujer con una atracción muy particular por los hombres jóvenes, lo que la llevó a protagonizar diversas polémicas que la prensa tomaba en cada una de las ocasiones en las que podían hacerlo.
¿Cuántos cigarrillos fumaba la princesa Margarita al día?
La princesa Margarita no solo tenía un carácter fuerte y determinado, sino que también tenía hábitos que hoy serían considerados alarmantes.
Se dice que llegó a fumar tres cajetillas diarias, es decir, alrededor de 60 cigarrillos al día.
Desde temprana edad, el tabaco se convirtió en un ritual indispensable en su rutina, al punto de que difícilmente podía ser vista sin un cigarrillo en la mano.
Su adicción al tabaco no era un simple hábito, sino un estilo de vida, y es que fumar no solo era un placer, sino una especie de declaración de independencia dentro de una monarquía que esperaba de ella un comportamiento intachable.
Sin embargo, con el paso de los años, su dependencia se intensificó y afectó gravemente su salud.
El alcoholismo de la princesa Margarita
Margarita no solo era conocida por su amor al tabaco, sino también por su predilección por las noches interminables de fiesta y su afición al whisky.
Se cuenta que solía desayunar con un vaso de esta bebida, una costumbre que sorprendía a quienes la rodeaba.
La muerte de la princesa Margarita
El abuso del tabaco y el alcohol deterioraron su salud considerablemente, por lo que, en 1998, sufrió un derrame cerebral y, a pesar de las advertencias médicas, no abandonó por completo sus hábitos.
Poco después, enfrentó complicaciones pulmonares y nuevos episodios cerebrovasculares, que fueron debilitando su estado hasta su fallecimiento en 2002, a los 71 años.