La Princesa Beatriz, quien se encuentra en la dulce espera de su primer hijo con su ahora esposo, Edoardo Mapelli Mozzi, ha hablado conmovedoramente sobre su experiencia con la dislexia, y dice que si su hijo nace con la "suerte" de ser diagnosticado con ella, lo verá como un "regalo".
La nieta de la Reina Isabel, de 33 años, cuyo primer hijo nacerá a finales de este año, fue diagnosticada con esta dificultad de aprendizaje, que puede afectar la lectura, la escritura y la ortografía, cuando tenía 7 años.
Pero si bien tuvo apoyo desde una edad temprana, Beatriz reveló que "nadie me hizo sentir como si fuera menos por eso" cuando fue diagnosticada.
Hablando con una revista internacional, se refirió a este diagnóstico como un "regalo" porque siente que le ha ofrecido diferentes habilidades en la vida, diciendo: "Creo que tener dislexia y reflexionar sobre dónde estoy ahora en mi trayectoria profesional, y también como una persona mayor mirando hacia atrás, definitivamente me ha permitido ver las cosas de una manera nueva y encontrar soluciones".
Sus palabras hacen referencia al título del libro de Ron Davis de 1994, "El regalo de la dislexia", que se convirtió en un éxito de ventas inmediato y se convirtió en una biblia para las personas con dislexia y los padres de niños con esta misma condición.
La Princesa además reveló que su esposo, a quien llaman de cariño Edo, también tiene la afección: "Mi esposo también es disléxico, pero yo lo veo como un regalo".
La hija del Duque y la Duquesa de York dijo que "si algún niño, cualquier hijo extra, o futuros bebés que estén en camino, tienen la suerte de ser diagnosticados con dislexia, me sentiré increíblemente agradecida de tener herramientas como la organización benéfica Helen Arkell Dyslexia Charity (de la que es patrocinadora) que podré aprovechar, para darles ese apoyo adicional".
Sobre la dislexia en su vida, Beatriz ahora la considera un verdadero regalo de vida: "Siempre lo describo como poder pensar en un círculo. Sí, mi ortografía es espantosa y desearía poder hacer algo al respecto, pero afortunadamente el corrector autográfico me ha solucionado eso".
Beatriz agregó: "Creo que la vida se trata de momentos, son los desafíos los que te hacen. Por supuesto, nunca quisiera que hubiera situaciones difíciles. Pero siento que si podemos adoptar algunas de las herramientas que tenemos, entonces me siento muy, muy afortunada de poder tener esta conversación".
Beatriz también describió su papel como madrastra del hijo de Edo, Wolfie, de 5 años, y lo llamó su 'hijo extra', pero admitió que educarlo en casa durante la cuarentena había sido todo un desafío: "Educación en el hogar, ¡ese definitivamente no era mi fuerte! No voy a mentir. Lamentablemente, no puedo culpar a la dislexia. Pero me sentí muy afortunado de haber tenido la oportunidad de trabajar con mi hijo extra (Wolfie) durante el transcurso del cierre de la escuela. Fue una gran curva de aprendizaje para todos nosotros".
La esposa de Edo también habló abiertamente sobre su pasión por aumentar la comprensión de la dislexia y desestigmatizar cualquier asociación negativa con ella, admitiendo que le costaba entender por qué las palabras parecían tan "confusas" antes de su diagnóstico, y con el fin de cambiar la narrativa, quiso compartir su propia historia.
“Tuve mucha suerte de que cuando me dijeron por primera vez que tenía dislexia, ninguna persona a mi alrededor me hizo sentir que era menos que eso. Siempre se trató de avanzar, siempre se trató de lo que podía hacer. Nunca sobre lo que no puedes '', explicó. "Eso es algo que es muy, muy importante para mí. Encuentro muy inspirador todos los días hablar de ello. Porque si puedes cambiar una pequeña idea en la cabeza de alguien, entonces has hecho una gran cosa".
Beatriz siempre ha sido muy abierta sobre su condición, y debido a que es hereditaria, es muy posible que su hijo nazca con ella, pero afortunadamente están listos y preparados para que en ningún momento les afecte.
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