Paulina Goto se acerca a la maternidad en ‘Madre solo hay dos’

PERSONAJES

La actriz nos hablo de su papel en la nueva serie de Netflix que protagoniza junto a Ludwika Paleta.

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No hay más que adaptarnos, aprender a trabajar de esta manera, aceptar las cosas como son y la vida como es”, afirma.

Hay una serie de conceptos y enseñanzas que imperaron a lo largo del 2020 y que este año parece que nos acompañarán también. En una época tan cambiante, el soltar, el fluir y el adaptarnos se han vuelto palabras mucho más comunes en nuestro vocabulario diario, en cómo vemos las situaciones, en los consejos que damos y hasta en cómo visualizamos un futuro que es tan variable que se vuelve mucho más complicado al tratar de predecir o planear. 

Para Paulina Goto el 2020 no solo fue un año lleno de cambios por la pandemia y el confinamiento, fue el año en el que perdió a su papá, el de su incursión a Netflix y también fue el año en el que descubrió lo que es tener una verdadera relación sana, junto a su novio Rodrigo Saval. “Cien por ciento aprendí a soltar”, nos cuenta en entrevista por Zoom (pandemia obliga) con esa nobleza y amabilidad que la caracteriza. “¡Es que no queda de otra! No hay más que cuidarnos, adaptarnos, aprender a trabajar de esta manera, aceptar las cosas como son y la vida como es. 


Las  cosas pasan por algo y los momentos difíciles son una oportunidad para replantear y crecer”. A sus 29 años, en este nuevo proyecto en la plataforma de streaming, Madre solo hay dos, en el que comparte el papel protagónico con Ludwika Paleta, Pau tuvo la oportunidad de acercarse a la maternidad, misma que nos confiesa que le encantó y despertó un instinto en ella.

 La historia trata sobre dos mujeres, completamente opuestas, que dan a luz a niñas el mismo día y el hospital las intercambia por error. Tras cuatro meses, ambas mujeres deberán iniciar el camino para reencontrarse y familiarizarse con sus propias hijas, obteniendo incontables aprendizajes y nuevas maneras de ver la vida. 


La actriz platica, además, que en esta época de confinamiento, en la que millones de madres se encuentran en casa alternando cien mil responsabilidades con la de cuidar a sus hijos en el homeschooling, habrá una gran cantidad de ellas que se sientan identificadas con la historia en la que vemos a las protagonistas tratar de dejar de ser superwoman para criar a sus bebés sin sentirse abrumadas por la presión de la perfección o las expectativas, que en ocasiones son propias. 

Ambas gradualmente aprenden a renunciar a su necesidad de control dejando ir los momentos difíciles y las tareas no cumplidas al final de cada día. Y, hablando del cambio y la maternidad, otro tema que se muestra de forma indirecta en la serie es la ausencia de la participación masculina en la crianza y actividades del día a día de los niños. “Las dos partes deben involucrarse con los hijos y eso cada vez ha ido cambiando más afortunadamente. 

Además, en el personaje de Ludwika, vemos a una mamá que se preocupa por ellos y está presente, aunado a que debe cumplir con un trabajo demandante. 

Y justo es lo que vi en ella como persona: una súper mamá que, además, es muy buena en su trabajo y lo disfruta. Vi que sí se puede, es algo que inspira y es increíble que la gente pueda ver eso tanto en esta serie como en otro tipo de contenidos”, dice. ¿Se pueden hacer ambas cosas? “Sí y más”, agrega.



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  • Aracely Garza