Las campanas de la Basílica de San Pedro comenzaron a repicar con fuerza. Miles de personas reunidas en la plaza estallaron en aplausos, gritos de júbilo y lágrimas a las 18:43 horas, cuando el mundo entero fue testigo de un momento histórico, que fue la presencia de humo blanco que salió de la chimenea de la Capilla Sixtina confirmó lo que todos esperaban, y es que ya hay un nuevo Papa, pero ¿quién es¿
Después de una larga selección, los 133 cardenales reunidos en el cónclave llegaron a un acuerdo.
La elección del nuevo Papa
El elegido obtuvo los 89 votos necesarios, justo los dos tercios que marca la tradición. Con esto concluye uno de los procesos más misteriosos de la Iglesia católica, y comienza una nueva era espiritual.
En esta ocasión, la rapidez sorprendió a todo el mundo, sin embrago, por el momento no se han dado a conocer los detalles.
¿Quién es el nuevo Papa?
Aunque el nombre aún no ha sido pronunciado oficialmente al cierre de esta edición, el protocolo ya está en marcha. La expectación en la Plaza de San Pedro crece minuto a minuto.
En breve, el cardenal protodiácono, saldrá al balcón central de la basílica para pronunciar la célebre frase en latín:
“Annuntio vobis gaudium magnum: habemus Papam!”, que lo convertirá oficialmente en el pontífice.
¿Qué pasa después del humo blanco del Papa?
Después de que se da a conocer que ya hay papa, se presenta y más tarde, se anuncia el nombre civil del elegido y el nombre papal que ha decidido tomar.
Tradicionalmente, el anuncio se hace entre 40 y 60 minutos después de la fumata blanca, tiempo durante el cual se preparan los ornamentos papales y el nuevo pontífice se toma un momento de oración en la llamada “Sala de las Lágrimas”
¿Quién anunciará el nuevo Papa?
Salvo que sea él mismo quien haya sido elegido Papa, algo que sería muy raro, el anuncio estará a cargo de Dominique François Joseph Mamberti, cardenal francés nacido en Marrakech en 1952.
Con una larga trayectoria diplomática y formación en Derecho Canónico, Mamberti es conocido por su precisión, aunque también por su fuerte acento que, en latín, puede hacer que el anuncio no sea entendido de inmediato.