El sábado 10 de mayo, solo dos días después de ser elegido Sumo Pontífice León XIV protagonizó un gesto que no estaba en la agenda oficial del Vaticano, y es que visitó la tumba del Papa Francisco.
En silencio, con un rosario en las manos y una rosa blanca en el pecho, caminó hacia la tumba del Papa Francisco en la Basílica de Santa María la Mayor, uno de los santuarios marianos más emblemáticos de Roma, pero ¿cuál fue el motivo?
¿Qué hizo el Papa León XIV en la tumba de Francisco?
Sin discursos ni cámaras en exceso, León XIV rindió homenaje al pontífice argentino fallecido el 21 de abril, reafirmando su voluntad de continuar el legado espiritual de quien, según sus propias palabras, le enseñó el valor de la sencillez, la misericordia y el compromiso con los últimos.
¿Por qué el Papa León XIV en la tumba de Francisco?
El acceso del Papa al templo se dio de forma discreta, a través de una entrada lateral. Adentro, sin embargo, la emoción fue imposible de contener. Los fieles, que habían comenzado a congregarse desde temprano, rompieron el silencio con aplausos espontáneos y gritos de “¡Viva el Papa!”.
La banda del Vaticano, sorprendida pero lista, interpretó el himno pontificio mientras León XIV caminaba lentamente entre la multitud hacia la tumba.
Según fuentes cercanas a la Santa Sede, la visita no formaba parte de ningún protocolo. No hubo comunicado previo, ni boletines oficiales.
Esto se dio por el simple deseo del mismo Papa, algo que dejó claro desde el inicio el estilo que marcará este nuevo pontificado, que es pastoral, cercano y profundamente humano.
El recorrido del Papa León
Antes de acercarse a la tumba de Francisco, el Papa visitó el santuario agustiniano de la Madre del Buen Consejo, en las afueras de Roma. El lugar no es solo una referencia devocional, pues se trata de un sitio sagrado para la Orden de San Agustín, a la cual pertenece León XIV.
Este doble recorrido del monasterio agustino al sepulcro de su predecesor, no fue algo que se haya hecho por casualidad, sino que refleja los planes que podrían definir su pontificado, que es la espiritualidad contemplativa, arraigada en la tradición de su orden religiosa, y una clara intención de caminar en continuidad con las reformas de Francisco.