Experiencia de una mexicana confinada en Alemania

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Pamela es una universitaria que se encuentra estudiando en Alemania, quien nos platica su experiencia de confinamiento en un país nuevo con estricta normatividad.

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Pamela es una universitaria que se encuentra estudiando en Alemania y se enfrentó al confinamiento en ese país

Pamela Garduño es originaria de Toluca, Estado de México, tiene 20 años y actualmente radica en Alemania; lugar donde se encuentra estudiando la carrera de negocios internacionales. “Lo que más disfruto es viajar, conocer y aprender cosas nuevas”. Su experiencia de confinamiento ha sido poco peculiar, ya que desde que inició la pandemia Pame se encontraba lejos de casa y este hecho la tomó por sorpresa como al resto del mundo.

“Empecé a escuchar acerca del coronavirus desde el mes de diciembre y en febrero tomé mi vuelo hacia Alemania, nunca pensé que la situación fuera tan delicada. Al llegar a un nuevo país definitivamente comienza una etapa de adaptación y con esta situación fue doblemente difícil”.

Ella tuvo que alinearse a las nuevas reglas de un país desconocido y de una manera distinta, ya que en Alemania las normas de confinamiento fueron muy estrictas desde sus inicios al estar prohibida la convivencia social y al no tener la oportunidad de salir. De ser muy necesario hacerlo se tenía que presentar una testificación firmada con la hora exacta de salida del domicilio especificando la actividad a realizar.


“Sólo podía salir para hacer despensa y algunas personas para visitar familiares que necesitaban ayuda, es decir, si tenías a tu papá enfermo y no se podía mover, esa era una justificación para poder salir de casa, o para acudir al hospital”. Esta testificación era válida sólo por una hora y se contaba con un kilómetro de radio para realizar las actividades. “A veces esto era un poco problemático porque para ir al supermercado teníamos que hacer fila, solo teníamos permitida una hora y el tiempo de espera era demasiado, todo el tiempo tenía que salir con cubre bocas y desinfectante”.


Uno de los retos más importantes para Pame ha sido el idioma, ya que a pesar de que entiende un poco el alemán hay expresiones que le han costado entender, lo cual la han mantenido inquieta porque de no seguir las reglas tal y como deben ser puede ser sancionada con multas que van de los 20 a los 400 euros. “Trato de seguir las noticias y preguntarle a la gente que conozco para orientarme un poco más”, comentó.

Si hablamos acerca de su sistema educativo, las clases son en línea y tienen una duración aproximada de tres horas, los estudiantes toman de tres a cuatro clases al día, lo cual significa un horario de estudio extendido. “Se ha tornado un poco tedioso, termino cansada, agotada y con dolor de cabeza, este sistema de estudio es muy diferente al que estaba acostumbrada”.

Sin embargo, a pesar de todas las barreras y retos Pame está muy contenta de estar en otro país, aprendiendo de otra cultura, conociendo personas interesantes, haciendo nuevos amigos y formándose profesionalmente. “Puedo decir que tuve un confinamiento muy distinto pero feliz”.

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