Fue hace 22 años cuando Mario Campero se convirtió en padre por primera vez y cuenta que desde ese momento su mundo dio un giro por completo, describiendo la experiencia como uno de los momentos más felices que le han sucedido.
Tiempo después, la vida le regaló la oportunidad de volver a ser papá en dos ocasiones más, siendo cada una de estas aventuras distintas, pero igual de emocionantes.
Ahora, a sus 51 años, disfruta plenamente de la paternidad y se empeña día a día por pregonar con el ejemplo cada una de las enseñanzas que quiere dejar en el corazón de sus jóvenes herederos.
Entérate de su propia voz cómo fue que vivió el nacimiento de cada uno de sus hijos y cómo será que festejarán el esperado Día del Padre en familia.
Amor por igual
Mario, cuéntanos cómo fue tu primera experiencia como papá
Fue padrísimo porque no fue planeado y de repente íbamos a tener un bebé después de cinco años de casados; acercándose la fecha nos dijeron que tenía que ser un parto urgente, pero no nos decían porqué, resultó que era porque se estaba quedando sin líquido el bebé y cuando nace me dicen: ‘acabas de tener un angelito’, y fue de los momentos más felices que he tenido en mi vida, la primera vez que fui papá de Mayito.
¿Y las experiencias siguientes fueron igual de emocionantes?
De Nico, pues también sin planear, y de repente otra vez estábamos embarazados y fue una bendición, porque están seguiditos uno del otro, y nos preguntábamos: ‘¿pero cómo, si Mayito necesita más atenciones?’, pero fue padrísimo porque, además de que fue un niño hermoso desde que nació, él ha sido su mejor maestro, porque él fue enseñando a Mayito a las primeras cosas como gatear y como caminar, entonces siempre traíamos a nuestros “cuatitos” juntos todo el tiempo. Mayito creció con un hermano y con las peleas de hermanos y todo eso, no con cuidados especiales, y eso ayudó mucho a que se desarrollara… ¡Y bueno! Nico siempre ha sido un niño súper bueno.
Y por último Camile, el pilón, también no planeado y de repente ¡una niña! Fue la ilusión de papá, siempre hay un gusto por tener una niña porque chiquean más a papá, entonces fue padrísimo; es una niña súper linda, independiente y cariñosa.
¿Qué has aprendido de cada uno de tus hijos?
De Mario, el ser de buen corazón y el valorar las cosas simples y realmente importantes de la vida y disfrutarlas. De Nico, el ser buen amigo, ser responsable y al mismo tiempo tener tiempo para todo; y el amor por viajar. De Camile, también el ser responsable, el cuidar a la familia, ser cariñoso, ella es como la mamá de la casa.
¿Qué es lo que tú procuras dejarles de enseñanza?
Que disfruten la vida, que la vida tiene sus complicaciones pero hay que saber apreciarlas también, busca ser lo más feliz posible, disfrútalo, porque cuando alguien se va, va a doler muchísimo y lo vas a extrañar, entonces eso, que disfruten la vida y hagan las cosas correctas, no porque lo dice la sociedad, sino por iniciativa propia y no aferrarse a nada, no creer que sin algo no puedes disfrutar, valora las cosas sencillas, ensúciate un poco, ve al campo, cuida a los animales, cuida los árboles, eso les enseño y lo viven.
¿Qué actividades son las que más disfrutan hacer juntos?
Ir al rancho, con los árboles, los animales, verlos crecer, cuidarlos, después de ahí también otro punto de encuentro es Chapala, el agua, la naturaleza nos encanta; pero lo que más nos gusta es estar juntos, donde sea, disfrutamos lo que sea.
¿Cuál ha sido el mejor regalo que has recibido de tus hijos?
Cartas que me escriben que sé que son auténticas y que sé que ellos lo escribieron y no que se los dijo la miss, algo de: ‘papá eres esto, me siento protegido o tu me enseñas’. Mario una vez me escribió: ‘lo que te propones lo logras’.
¿Cómo suelen festejar el Día del Padre?
Regularmente con la familia grande nos juntamos todos días antes, para ese día tenerlo libre, y este año se está organizando toda la familia grande de irnos al rancho. No somos de ir a un restaurante.