Naian González Norvind es una actriz mexicana que, gracias a su versatilidad y talento, ha logrado destacar en la industria y construir una sólida carrera a lo largo de 13 años.
Hija de la también actriz Nailea Norvind, hermana de Tessa Ía y media hermana de Camila Sodi, Naian ha sabido forjar un camino propio en la actuación, distanciándose de la sombra de su familia y creando una identidad artística propia, principalmente en la pantalla grande.
En películas como Todo el mundo tiene a alguien menos yo, Mr. Pig, Leona, Nuevo orden, Sexo, pudor y lágrimas 2 o Good Savage, y series como Crónica de castas, Ámsterdam, Pena ajena e Invasión, Naian ha plasmado su propio sello.
Sin embargo, uno de los proyectos más significativos en su carrera es la película Corina, que está próxima a estrenarse y donde ella asume un rol protagónico que la desafía tanto emocional como actoralmente.
“He visto la película tres veces, y cada vez que lo hago, descubro algo nuevo. Tú crees que es un filme que trata sobre la agorafobia, pero en realidad habla de la lealtad familiar y de la integridad artística. Para mí eso es raro y precioso... También aborda la valentía, la importancia de realizar las cosas de manera distinta, atreverse a hacer lo que más nos da miedo, pero también de la liberación que uno puede encontrar del otro lado de las decisiones importantes”, nos dice.
Vencer los miedos
Corina cuenta la historia de una chica que sufre ataques de agorafobia y que no sale de su casa desde que murió su padre. Eventualmente lo hace para trabajar en una editorial que se encuentra a un par de calles de su hogar, pero, después de cometer un grave error, deberá vencer sus miedos y emprender un viaje en búsqueda de una misteriosa escritora, para salvar así su trabajo y el de sus compañeros.
“Fue un personaje difícil de interpretar, pues el espectro de opciones para hacerlo era amplio. Después, con la directora Úrsula Barba Hopfner, tuvimos que encontrar los matices y el arco dramático para que la agorafobia sí se sintiera real, pero controlando hasta dónde llevarla y cómo expresarla... La preparación consistió en muchos ensayos con el resto del equipo y también en ver algunas películas que usamos como referencia para entender ese tipo de circunstancia”, explica Naian.
Y agrega: “Cuando estábamos en la búsqueda del tono correcto para contar esta historia, la directora me compartió filmes como The secret life of Walter Mitty, la cinta francesa Amélie, y también me dio una de Tarkovski. Entonces era todo muy distinto, pero al final funcionó muy bien. Porque no queríamos hacer una película densa. Es un trabajo que explora la fragilidad humana, pero, de hecho, se puede considerar un dramedy”, aclara.
Y sobre el hecho de trabajar de la mano de una mujer directora, Naian asegura que esto no siempre aporta una visión distinta al resultado final.
“Hace unos años, Úrzula tuvo episodios de agorafobia, aunque no es agorafóbica como tal, por eso quiso contar la historia. Y es increíble cuando la propia directora y escritora de la película lo ha experimentado en carne y hueso, pues sabe muy bien hacia dónde llevarte... De hecho, he trabajado con muchísimas directoras, tanto en teatro como en cine, y es lo mismo. Creo que el talento, la dedicación y el tacto no son una cuestión de género, lo tienen hombres y mujeres. Pero la verdad es que trabajar con mujeres ha sido, en la mayoría de los casos, una experiencia bien bonita”, dice.
Con paso firme
Naian estudió Literatura, en Francia, y después se especializó en Shakespeare y Teatro Jacobino, en Inglaterra. Sin embargo, no tenía claro si seguir los pasos de su madre y hermanas.
“Al principio yo no quería ser actriz. Me di a desear con la actuación más tiempo que mis hermanas, porque siempre me interesó, y me sigue interesando, mucho más la literatura.
De ahí que también organice eventos itinerantes de poesía que curo y realizo cada ciertos meses (el último, Poetry Bar, se llevó a cabo el 16 de agosto, en la Casa García Márquez de la Ciudad de México)... Pero poco a poco me fueron jalando las cámaras. Empecé a audicionar en Estados Unidos cuando tenía 16 años y tuve una respuesta muy alentadora por parte los directores de casting y de los productores. Entonces eso me impulsó a seguir explorando esta parte”, recuerda Naian, quien ha participado en importantes producciones de televisión como Gotham, Blue Bloods o Chicago Med.
“Afortunadamente me independicé muy joven y fue gracias a eso, a las primeras oportunidades que se me empezaron a dar en la industria, que decidí seguir actuando. Sobre todo, creo que lo que me ha distinguido de mi familia es que yo sí me fui. Estuve en Nueva York seis años y sigo trabajando allá en teatro, cine y tele. Eso me dio una visión distinta y definió mi camino, por así decirlo. Creo que el teatro también era algo que no me esperaba, pero que se empezó a dar en La Gran Manzana y que también ha contribuido muchísimo a todo lo demás que he hecho en la carrera. Siento que la actuación se nutre de otras disciplinas, pero también se nutre del pasado y de lo que vamos viviendo. Por ejemplo, hay proyectos que me encantaría volver a hacer con lo que sé hoy”.
De ahí que Naian esté dispuesta a seguir explorando. “Estoy con ganas de trabajar mucho y de que me reten. A mí siempre me ha servido la mano dura. No me molestan los maestros o los directores exigentes, siempre y cuando la exigencia venga desde un buen lugar o porque tienen algo muy claro en mente, o te están invitando a ti a trascender. A veces hay bastante ego para lograr un objetivo común y que salga algo increíble, pero yo busco que me empujen y empujarme a mí misma a explorar tal vez habilidades que aún no sé que tengo... Deseo también explorar con géneros, con películas de terror, con más comedias románticas, incluso me echaría un thriller. Busco conocer otros mundos y, por qué no, desarrollar mis propios proyectos”, afirma.
Devoción férrea
Además de dos guiones que está desarrollando de manera personal, Naian nos cuenta que cerrará el año llena de proyectos.
“Hice dos películas este año. Una con la directora Lorena Villarreal, que filmamos en Baja California y en donde estamos Natalia Plasencia, Paulina García y la actriz chilena Geraldine Sinat. Es la historia de dos primas y yo siento que va a ser algo muy sui ge- neris que va a llamar la atención... Luego estuve en la nueva película de Rodrigo García Barcha (hijo del escritor Gabriel García Márquez), y estoy muy emocionada porque fue un proyecto verdaderamente mágico”, comenta.
Y aunque se ha enfocado en el cine, Naian no descarta, incluso, participar en alguna telenovela.
“Hay gente súper talentosa trabajando en ese género, tanto actores como directores. Siento que a veces terminas pasando por ahí y también está bien, depende de lo que estés buscando en ese momento. No voy a decir que nunca lo haría, aunque estoy contenta con el rumbo que ha tomado mi carrera... Si se diera en las circunstancias adecuadas y hubiera algo me interesara, claro que sí, ¿Por qué no”, asegura.
Por último, nos habló de la relación que mantiene con su mamá y sus hermanas actualmente.
“Tenemos una dinámica muy linda. Hay mucho apoyo dentro de la familia, pues nos une la devoción férrea por lo que hacemos y por el arte. Depende de cada familia, pero en nuestro caso no ha sido complicado, pues somos mujeres y estamos unidas por el amor a una profesión que se hereda y se comparte”, finalizó.