El 2024 no ha sido un buen año para la monarquía noruega, una que aunque ha gozado de una histórica y amplia aceptación entre sus súbditos, ha tenido una vertiginosa caída cuyo último golpe es el reciente arresto de Marius Borg Høiby, hijastro del heredero al trono, Haakon Magnus.
Marius, de 27 años (el primer hombre en la foto, de derecha a izquierda) enfrenta un cargo de violación a su ex novia, del que se ha declarado no culpable.
Al estar detenido, una segunda acusación de violación fue recibida por la policía de Oslo de una mujer cuya identidad no se ha compartido con el público.
Los cargos de los que sí admite culpabilidad son de lesiones corporales y daños criminales al apartamento de la primera, así como amenazas. Aceptó además haber estado bajo la influencia de alcohol y cocaína.
Desde el noviazgo de Haakon Magnus con Mette-Marit, princesa consorte tras su boda en 2001, los noruegos no vieron con buena cara a su futuro rey por relacionarse con una madre soltera.
En aquel entonces ella cuidaba de un Marius de 4 años, hijo del financiero Morten Borg, quien ha enfrentado cargos por posesión de drogas.
Por si esto es poca cosa, la princesa está retirada de los actos públicos como miembro de la casa real para centrarse en la fibrosis pulmonar que le diagnosticaron en 2018.
Y, aunque Marius no está en la línea de sucesión al trono, sí forma parte de la familia real, una que para gusto de los tradicionalmente pacíficos y silenciosos escandinavos se ha convertido en una especie de reality show.
Este año, la princesa Märtha Louise (cuarta en línea al trono aunque es la hija mayor del rey Harald V), se casó por segunda vez con Duke Verrett, un autoproclamado chamán estadounidense.
La princesa, que fundó la academia Angel, donde los estudiantes aprendían el arte de la clarividencia y a hablar con los ángeles, vendió los derechos de su enlace a Netflix y a la revista Hola!, por lo que sus padres se negaron a aparecer en los momentos de la fiesta en los que eran grabados.