Aunque su historia comenzó en Toluca, una ciudad que no suele ser reconocida por su escena electrónica, su pasión y dedicación lo han llevado a compartir escenario con grandes figuras del género y a presentarse en eventos de alto nivel, como el EDC México y la Fórmula 1. Su camino no ha sido fácil: entre la falta de apoyo inicial y la necesidad de abrirse paso en una industria altamente competitiva, Mitch ha aprendido que la constancia y la autenticidad son fundamentales para destacar. En entrevista, nos comparte sus primeros acercamientos a la música, su proceso creativo como DJ y productor, y los momentos que han marcado su carrera hasta ahora. Con un propósito claro y el deseo de seguir innovando, busca no solo consolidarse en la industria musical, sino también contribuir a la evolución de la escena local.
¿Cómo fue tu primer acercamiento con la música y qué te hizo decidir que querías dedicarte a esto?
Mi amor por la música comenzó desde muy pequeño. En mi familia, desde mis abuelos hasta mi mamá, siempre se escuchaba música, y yo crecí rodeado de los sonidos de su época: boleros, rancheras y tríos. Me fascinaba ver cómo disfrutaban la música y la bailaban. Mi abuelo solía decirme que una canción era un recuerdo y una emoción. Además, mi mamá ponía la música a todo volumen en casa, y verla cantar y bailar me impresionaba; me parecía increíble el efecto que una canción podía tener en las personas.
Durante mi etapa universitaria, empezó el auge de los festivales musicales y descubrí a muchos DJs, como Hardwell. Al ver lo que transmitía a la gente y cómo una canción podía hacer que todos gritaran y sintieran la música, pensé: “Quiero poner una canción y que la gente la coree y la viva”. Lo cierto es que en mi familia no me apoyaron mucho porque no veían esta profesión como una carrera estable, por lo que decidí estudiar negocios.
Sin embargo, cuando llegó la pandemia, viví un parteaguas muy importante. Pensé: “No tengo apoyo para ser DJ, pero estamos encerrados… ¿qué más da?”. Entonces, me dediqué a estudiar música, producción musical, teoría y todas las bases que necesitaba para desarrollarme en el medio. Tiempo después, un gran amigo que ahora es mi manager, Virgilio Rojo, me habló sobre la reapertura de un club en donde me presenté por primera vez.
Toluca no es precisamente una ciudad conocida por su escena electrónica. ¿Cómo fue abrirse camino en un entorno así?
¡Toluca y Metepec son ciudades repletas de talento! Fue vital creer en mí y empezar a tocar puertas. La gran ventaja es que estamos cerca de la CDMX, donde, me atrevo a decir, se concentra toda la industria. ¿Qué hacíamos? Nos acercábamos a amigos que eran o habían sido residentes en algún club y les pedíamos la oportunidad de tocar en esos espacios. La clave fue trabajar sin descanso y no desistir, porque muchos primero te escuchan y luego evalúan si les convienes como artista. Afortunadamente, tuvimos una gran recepción gracias a nuestra presencia y a la forma en que llevamos la fiesta.
¿Recuerdas el primer evento en el que tocaste? ¿Cómo fue esa experiencia?
Ese día fui al gimnasio con mis amigos en la plaza donde estaba el club y estaba muy nervioso. Pero los nervios son buenos porque significan que algo te importa, que te emociona y que quieres darlo todo para que salga bien. Recuerdo estar frente a las tornamesas y comenzar a llevar la noche. Fue algo inexplicable. No todas las noches son iguales: algunas son buenas, otras regulares y otras malas, pero siempre busco provocar esa sensación de euforia, porque eso me alimenta y me reafirma que esto es lo que quiero hacer. Quiero que mi música impacte a la gente, que sientan esa conexión. Esa noche toqué de 10 a 12, dos horas en las que logré crear esa conexión con el público. Fue una experiencia inolvidable.
¿Cómo describes tu música y cuál es tu proceso para leer a la gente cuando tocas?
Siempre intento mantenerme al día en la música como DJ. Las tendencias cambian constantemente, pero trato de tomar lo mejor y lo peor de ellas para afinar mi propuesta. Dedico mucho tiempo a mejorar y seleccionar cuidadosamente lo que voy a tocar. Al final, hay algo que no debemos perder de vista: cuando las personas van de fiesta, no lo hacen para ver a un DJ en específico, sino para pasar un buen rato con sus amigos. Nuestro trabajo es saber leer al público. ¿Cómo lo hacemos? Puede sonar simple, pero se trata de observarlos y proponerles nuestra selección musical. Puedes empezar con remixes de house, hip-hop, pop, entre otros, e ir analizando la reacción de la gente. Como DJ, eres el capitán de la noche: lo que pongas definirá si la pista se llena o no.
Has tocado en venues icónicos y festivales de gran nivel como EDC México y la Fórmula 1. ¿Cuál ha sido el momento más significativo de tu carrera hasta ahora y por qué?
EDC es el festival de música más grande de México, y el sueño de todo DJ mexicano es tocar ahí. Ver tu nombre en el cartel es una sensación inexplicable, un verdadero logro. Nunca olvidaré el momento en que nos avisaron. Estaba en casa cuando me marcaron y me dieron la noticia. Mi reacción fue: ¡Qué!. Fue un momento increíble.
El día del evento, los nervios estaban a tope. Salí a tocar a las 3:00 de la tarde en un escenario clave, por el que todos tenían que pasar para llegar a los demás escenarios.
Preparamos un set muy a nuestro gusto. La gran ventaja de EDC es que puedes exponer la música que realmente te apasiona, a diferencia de un club, donde debes cumplir con una lista de géneros. En EDC, el público es un nicho específico y tienes total libertad para diseñar un DJ set con mucha energía, justo como lo imaginaste.
¿Cómo es tu proceso creativo al momento de producir un track?
Es una pregunta que todos los productores nos hacemos. La música es arte, y cada quien tiene su propia forma de crear. He tomado muchos cursos donde enseñan metodologías específicas para comenzar una producción, pero personalmente no creo en estructuras rígidas.
A veces, se me ocurre una melodía en la cabeza y luego la plasmo en la computadora. El sentimiento que me transmite esa idea es lo que define el proceso. Puedo empezar con un piano, una guitarra o incluso con el coro. Para mí, hacer música es dejarme llevar por lo que más me hace sentir.
Has compartido escenario con grandes figuras. ¿Qué has aprendido de esas experiencias y cómo han influido en tu evolución como artista?
Siempre pido consejo a esos artistas que ya se han hecho de un nombre y a quienes admiro profundamente. Casi siempre me dicen lo mismo: chíngale. Como en esta escena hay muchos DJs buscando destacar, hay que esforzarse, sobresalir y no aflojar. Muchas veces tenemos días de bajón o de energía al 100 por ciento, pero no siempre vas a estar motivado. El año en que tuve la oportunidad de estar en EDC, conocí a Hugel, un DJ que admiro mucho. Lo único que nos dijo fue: “No se desanimen, salgan y sigan esforzándose, porque uno nunca sabe cuándo va a despegar”.
Es importante hacer tu propia música para que la gente reconozca tus canciones y las sienta. Cuando termino una canción, le pregunto a mi novia, a mis amigos y a mi familia qué les hizo sentir y me dan su feedback. Eso me motiva a seguir. Siempre le mando mis canciones nuevas a un gran maestro mío, Rickber Serrano. Él me da retroalimentación, nuevas propuestas y sugerencias. Lo importante es recibir retroalimentación y seguir adelante.
¿Cómo percibes la evolución de la escena musical local?
Tengo la oportunidad de conocer gente muy talentosa en Toluca y Metepec; sin embargo, lo único que nos hace falta es no desanimarnos, porque es una escena en crecimiento. Debemos seguir trabajando en conjunto. Por ejemplo, cuando tuve la oportunidad de tocar en el Festival Quimera Metepec 2024, subí a una amiga que es guitarrista, pero ella toca black metal; o sea, nada que ver con la música electrónica (risas). Le enseñé una canción, le pregunté si quería meterle guitarra y ella estaba fascinada.
¿Qué viene para mitch?
Estoy explorando con música en vivo e instrumentos, lo cual disfruto mucho. Mi música está en Spotify y todas las plataformas. Sigo trabajando en mi sonido y tocando en muchos lugares. De Mitch Flores, esperen música original y un estilo propio.