Dejar la monarquía británica no fue nada fácil, fue una decisión muy complicada que el príncipe Harry se arriesgó a tomar, pero también un golpe duro para la reina Isabel que puso en duda su autoridad como la monarca más longeva del Reino Unido.
Para muchos esto fue un desaire de Meghan Markle a la monarquía británica y los malos comentarios en su contra no se hicieron esperar, incluso la prensa inglesa llamó a este acto el "Megxit", un término que el hermano del príncipe William consideró misógino. Sin embargo a pesar de todo el escándalo que se creó decidieron mudarse a California.
En una reciente entrevista con la revista The Cut, Meghan habló sobre cómo fue esta transición al dejar sus roles como miembros de la realeza sobre lo desafiante que fue buscar un nuevo hogar en California cuando no tenían suficiente dinero y no estaban seguros de poder costear una nueva casa.
Los duques de Sussex finalmente consiguieron instalarse en Montecito, California, un pueblo playero que tiene la esencia de la isla de Capri o alguna localidad de la Costa Brava, en España, gracias a su cercanía con la playa La Mariposa.
"Estábamos buscando en esta área (Montecito, California) y esta casa seguía apareciendo en línea en las búsquedas", dijo Meghan al ser cuestionada sobre su mudanza.
La esposa del príncipe Harry revela que fue complicado encontrar su nuevo hogar debido a que los precios en la zona eran muy costosos, de hecho Montecito es considerado un barrio de multimillonarios.
"No teníamos trabajo, así que simplemente no íbamos a venir a ver esta casa. No era posible. Es como cuando era más joven y estabas mirando escaparates, era como 'No quiero ir. y mira todas las cosas que no puedo pagar, eso no se siente bien'", confesó.
Sin embargo la llegada de los ex royals causó euforia en los Estados Unidos y no pasó mucho tiempo para que se hicieran de buenos contactos y las ofertas llegaran. Hoy en día tienen algunos acuerdos con importantes compañías como Netflix y Spotify.
Así es como pudieron costearse una mansión de más de 14 millones de dólares y no perder las comodidades a las que estaba acostumbrado el príncipe William.
La casa es descrita como una villa toscana clásica, un viñedo de Napa y un club de campo de Beverly Hills. La propiedad se gana los halagos de quien sea que la visite. El príncipe Harry y Meghan hicieron "todo lo que pudieron" para conseguir la casa ya que caminar entre sus jardines y habitaciones "es curativo, te sientes libre".