Después de más de cuarenta años imaginando su creación, Francis Ford Coppola finalmente estrenó "Megalópolis", una película que ha definido como el proyecto de su vida, pero que desafortunadamente no fue tan bien recibido por la audiencia, por lo que podría estar nuevamente en bancarrota.
Conocido por clásicos como "El Padrino" y "Apocalypse Now", el director apostó todo, literalmente, para dar forma a esta épica de ciencia ficción que mezcla historia, política y utopía en un mundo que se siente tan familiar como fantástico. Pero, ¿sabías que estuvo inspirada en una historia real?
¿De qué trata "Megalópolis" de Francis Ford Coppola?
"Megalópolis" se desarrolla en una ciudad distópica llamada Nueva Roma, que está al borde del colapso. Ahí, el alcalde Franklyn Cicero (Giancarlo Esposito) defiende una visión conservadora del poder, mientras que Cesar Catilina (Adam Driver), un brillante arquitecto, sueña con reconstruir la ciudad utilizando Megalon, un material ficticio que manipula el espacio y el tiempo.
Ambos representan polos opuestos del conflicto político y filosófico: Cicero, con una mirada pragmática y tradicional; Catilina, con una ambición futurista y casi mesiánica. La historia se complica cuando entra en escena Julia (Nathalie Emmanuel), la hija de Cicero, que se une a Catilina en su cruzada por una utopía sostenible.
Coppola presenta este triángulo como una metáfora del momento actual que vive Estados Unidos, un país que, según sus propias palabras, “es Roma, y está por vivir la misma experiencia”.
La historia real que inspiró "Megalópolis"
Detrás del relato de ciencia ficción, Coppola encontró inspiración en uno de los episodios más dramáticos de la República Romana: la Conjura de Catilina. Este intento de golpe de Estado ocurrió en el año 63 a.C., cuando Lucio Sergio Catilina, frustrado tras perder su oportunidad de ser cónsul, trató de derrocar al gobierno liderado por Marco Tulio Cicerón.
Catilina era un aristócrata endeudado, con una propuesta radical de cancelar las deudas y redistribuir el poder, lo que lo convirtió en una figura carismática, pero peligrosa.
En contraste, Cicerón representaba al orden establecido, apoyado por las élites y comprometido con preservar la estabilidad institucional. La tensión entre ambos personajes acabó con una revuelta y la muerte de Catilina, pero también marcó el inicio del fin para la República.
En "Megalópolis", Coppola cuestiona el relato tradicional: ¿y si Catilina no era el villano que la historia cuenta, sino un revolucionario incomprendido? Esa pregunta impulsa toda la narrativa de la película.
El fracaso de "Megalópolis" de Francis Ford Coppola
A pesar de las altas expectativas y del pedigrí del director, "Megalópolis" tuvo una recepción compleja. La crítica se ha dividido entre quienes celebran su audacia visual y quienes señalan una narrativa confusa, personajes desdibujados y una ejecución ambiciosa pero fallida.
Coppola invirtió más de 120 millones de dólares de su propio bolsillo en la producción, defendiendo su visión a toda costa. Su motivación era clara: quería hacer una película que no respondiera a los intereses de los estudios, sino a sus propias convicciones. En ese sentido, "Megalópolis" es tanto una obra cinematográfica como un manifiesto personal.
La película, sin embargo, no ha logrado convencer a la mayoría del público y los distribuidores dudaron de su potencial comercial. Más allá de su destino en taquilla, lo que queda es el mensaje: Megalópolis es un llamado a repensar el futuro, a cuestionar el poder, y a no permitir que “el ahora destruya el siempre”.
¿La viste?