Luego de labrar una sólida trayectoria tanto en México como en el extranjero, el conductor Max Villegas ha optado por una vida más tranquila y relajada. Es por eso que desde hace tres años decidió mudarse con toda la familia a Chiapas, donde actualmente está al frente de un hotel boutique de lujo.
Desde este nuevo refugio, ubicado en San Cristóbal de las Casas, el también productor platicó con nosotros acerca de este golpe de timón que ha dado a su carrera, de cómo ha cambiado su calidad de vida y sobre su faceta como papá de Victoria y Olivier, los dos hijos que tiene junto a la actriz María de la Fuente.
“Mi principal actividad siempre ha sido la conducción, y a la par tenía un negocio donde me dedicaba a hacer ropa. Estuve en eso por siete años, pero en 2020 tomé la decisión de soltar ese proyecto, buscar nuevos retos y nuevas historias... A los que somos de grandes ciudades, a veces nos parece una idea imposible el mudarnos a otro lugar, pero cuando te atreves a experimentar, suceden cosas increíbles y te abres todo un mundo de posibilidades”, nos compartió Max.
Y aunque su cambio de residencia sucedió en plena pandemia, asegura que ha sido muy fácil adaptarse a este nuevo estilo de vida. “Puedo decir que en este lugar ha comenzado una historia maravillosa, tanto en lo profesional como en lo personal. Obviamente cambió para bien nuestra calidad de vida y estoy disfrutando más el rol de padre... Me encanta compartir momentos con mis hijos, involucrarme en todos sus pasos, y estando en un lugar más pequeño como San Cristóbal, ahora tengo tiempo de caminar con ellos, llevarlos a la escuela, comer todos los días juntos o simplemente compartir la tarde. También estoy mucho más cercano a ellos, porque las distancias lo permiten y no estamos todo el día en el tráfico”, explica.
Es por ello que ha decidido instalarse definitivamente en Chiapas e impulsar el turismo en ese estado. “Primero que nada, buscaré proyectos que enaltezcan la región y a su gente. Soy amante de la hospitalidad y de compartir, así que se juntaron varias de mis pasiones en este mismo lugar”, comenta.
Para sus hijos, Victoria, de 12 años, y Olivier, de ocho, también ha representado un cambio positivo haber se mudado a provincia. “A finales del 2020 se paró el mundo entero por la pandemia y, de repente, de estar encerrados en un departamento tomando clases en línea, mis hijos llegan a una escuela donde no hay concreto sino bosque, en una gran casa, con un gran jardín; donde pueden cruzarse la calle y comerse una nieve. Así que no sufrieron el cambio, al contrario, han hecho nuevos amigos y disfrutan cosas tan simples como escuchar todos los días la marimba en el centro del pueblo... Se puede decir que, dentro de todo lo malo que estábamos viviendo en ese momento como humanidad, fue una transformación muy afortunada y nos ha brindado un gran crecimiento a todos nosotros”, relata.
El sentido de ser padre
La paternidad es un tema que Max se toma muy en serio, y durante nuestra charla, el conductor nos compartió cómo se ha transformado desde la llegada de su primogénita. “Todos los días sigues aprendiendo a ser papá, porque no existe un libro, manual o curso que te prepare para serlo. En mi caso, fue inesperado, porque siempre dije que quería ser papá después de los 40 y que, mientras llegaba a esa edad, me dedicaría a trabajar y a viajar. Pero en ese momento conocí a una gran mujer, María, que ahora se ha convertido en una gran amiga y con quien comparto la complicidad única de ser padres... Sin pensarlo, de la noche a la mañana, nos enteramos de que seríamos papás y ahí empezó el viaje”, dice.
Sin embargo, Max admite que no sintió un cambio en ese momento. “Sé que hay muchos papás que dicen que desde el momento que tienen a su primer hijo en brazos entienden todo de la vida, pero si soy sincero, yo no. Tuve que ir descubriendo poco a poquito el sentido de ser padre y, hoy en día, 12 años después, puedo decir que es la satisfacción más grande que me ha dado la vida y el regalo más extraordinario que puede tener cualquier ser humano”, aclara.
La comunicación ha sido parte fundamental para llevar una buena relación con sus dos hijos, de quienes dice sentirse muy orgulloso. “Hoy veo a Victoria convertida casi en adolescente, con muchos sueños, ideas, historias y talentos, y lo único que puedo decir es: ‘¡Gracias!’. Porque me cambia la forma de ver la vida todos los días y me ha llenado de alegría... Con Olivier fue todo más planeado, pero me generó la misma sorpresa, y el hecho de que todo el tiempo me esté cuestionando cosas, también me sigue asombrando. Sé que sonará muy romántico, pero diariamente agradezco a Dios estar vivo y tener a dos hijos extraordinarios que, al final, son mis compañeros de vida, como yo lo soy de mi papá... Ver a tus hijos gatear, llorar, sonreír y, más grandes, pedirte un consejo, son momentos que trascienden todo tu ser”, afirma.
Y aunque se define como un papá moderno, Max busca heredar a sus hijos los valores con los que él mismo fue educado. “Creo que lo más importante es enseñar a tener empatía y respeto hacia los demás. Entiendo a la gente que no quiere tener hijos, pero lejos de criticarlos, celebro su decisión, porque cada quien sabe qué rumbo quiere dar a su vida... Aun así, considero que la experiencia de ser padre abre lados de ti que nunca imaginaste. Por ejemplo, ser papá me ha hecho mucho más sensible y, de no haberlo sido, jamás hubiera descubierto un montón de cosas que tengo dentro de mí”.
Por último, Max nos compartió si se considera un buen papá. “Todos los días busco hacerlo bien y ofrecer a mis hijos mi mejor versión como padre, amigo, compañero y ser humano, porque, más allá del título de ser padre, yo quiero que ellos aprendan cosas con mi ejemplo. Sí quiero que digan que fui un gran papá, pero sobre todo que fui un gran ser humano, que los inspiró a ser mejores y a tomar buenas decisiones en la vida... Tengo ese reto, que apenas va empezando; sé que me falta mucho por vivir, pero eso me emociona y me motiva más. Solo puedo decir que en todos los pasos que tomo, tanto personales como profesionales, siempre mi prioridad son ellos”, concluyó.