Cómo reconocer rasgos narcisistas, heridas de la infancia, psicopatías y otros padecimientos y heridas emocionales es lo que Maryfer Centeno revela en su nuevo libro y del que nos comparte el por qué lo escribió en entrevista.
“Esta vez publico un libro para conocer a los demás a través de la grafología y el lenguaje no verbal, porque las apariencias engañan, la traición existe y estamos en un momento donde hay muchísima violencia. La manera en la que somos y la forma en la que escribimos está tan unida porque escribimos con el cerebro, es un proceso neurofisiológico.
El escribir no tiene nada que ver con el día que naciste, no es un factor externo, sino es algo que surge en tu cerebro y que la mano va a plasmar. Por lo tanto, es una prueba pericial que está contemplada dentro de la legislación vigente a nivel mundial. Es una neurociencia porque escribimos con el cerebro y es justamente un proceso cerebro-manos.
Los adultos no verbalizamos todo lo que sentimos ni todo lo que queremos expresar. Por eso defiendo que el 90 por ciento de la comunicación está en el lenguaje corporal y en la grafología no se trata de qué estás diciendo, sino cómo lo estás diciendo y cómo lo estás escribiendo.
No hay letra bonita, como tampoco hay letra fea. Estamos hablando de personalidad y la personalidad no es ni bonita ni fea. Entonces, no existe la letra perfecta.
Una vez alguien me preguntaba cómo escribiría Dios. La verdad no tengo idea, porque no conozco a la perfección, pero creo que sería una escritura semi angulosa, ligeramente ascendente, que es rápida, que no es demasiado grande… pero eso no existe. Porque aquí la pregunta sería: ¿perfecto para qué? A lo mejor una persona con una letra así en contabilidad sería un fracaso, pero en relaciones públicas sería maravillosa.
En grafología lo que sí existe es que hay un conjunto de rasgos en la letra que te indican que una persona es más apta para ciertas cosas que para otras”, nos compartió.
La entrevista completa con Maryfer.
¿Porqué es importante la grafología aún en el mundo digital en el que vivimos?
Este libro no solo es sobre grafología, sino también sobre lenguaje corporal y comportamiento. Los seres humanos, al ser animales sociales y tener un cerebro social, estamos todo el tiempo recibiendo información externa. Incluso aunque nada más estés en redes sociales y hagas home office, no importa. Estamos alimentados de lo que pasa afuera. Si bien es cierto que hay un factor genético en nosotros, el factor ambiental es importantísimo. Entonces este libro no trata únicamente de grafología, también trata del lenguaje corporal, pero también hay entrevistas, pero también se habla de dibujos de Mario Aburto, de Yolanda Saldívar, de Jeffrey Dahmer, de Sergio Andrade, de Keith Raniere y más. Estamos hablando de muchas cosas que nos rodean y la grafología es una herramienta muy útil que se utiliza todo el tiempo, más de lo que lo imaginamos.
Analizas la letra de Yolanda Saldívar y uno podría pensar que tiene una letra muy estética…
Otro que tenía una letra aún más estética era Ted Bundy… Es una de las escrituras más estéticas que puede haber. Cuando firmaba como Ted Bundy, porque podía hacer letras distintas. No hay letra bonita, como tampoco hay letra fea. Estamos hablando de personalidad y la personalidad no es ni bonita ni fea. En el caso de Yolanda Saldívar, es una mujer que ha sido incapaz en todos estos años, desde aquel asesinato en el hotel donde mató a Selena, donde la encontraron con cheques hasta de sesenta mil dólares que se emitía para sí misma, donde descubren sus fraudes. Esta mujer nunca ha demostrado un solo rasgo de arrepentimiento. Es asombroso. Y lo que sí vemos en esta escritura es un gran complejo de inferioridad. Dentro del libro hay una especie de crestomatía de la escritura de Yolanda Saldívar y lo que vemos es que el dinero es importantísimo, su letra es chiquitita y tiene estos empastes y angulosidades que reflejan a una persona que tiene complejos de inferioridad y que además puede ser agresiva. En otros casos, por ejemplo, en el de Mario Aburto, vemos dibujos de cuerpos muy grandes, cabezas chiquitas, una persona que es más impulsiva que racional, una persona que además la letra también es chiquitita y tiene una gran inseguridad. En el caso de Ted Bundy es una escritura totalmente apegado al modelo caligráfico, que esto le permitía también fingir esa empatía y poder ganarse la confianza de sus víctimas. En el caso de Sergio Andrade, tengo copias de sus actas de matrimonio, de 1985 y 1990, cuando se casó con María Raquenel Portillo Jiménez y Alina Hernández Poncia de León, quienes tenían 15 años al momento de casarse. Pero la firma de Sergio Andrade se fue transformando. Siempre fue una firma que reflejaba crueldad, pero con el tiempo esta aumentó y se incrementó su necesidad de reconocimiento a través del castigo.
¿Qué esperas lograr con este libro?
Todos mis libros tienen que ver con lo que estoy viviendo como persona. Cuando empecé a trabajar escribí Grafomaniáticos, cuando me casé escribí Grafología en el amor. Cuando quise entender más de los seres humanos, escribí Analizate. Lenguaje corporal y grafología. Y ahora, que me he enfrentado a la adversidad, que no necesariamente es el más bonito de la vida, pero que existe, escribí El lado oscuro de la mente humana. Es un libro que sirve para prevenir, para abrir los ojos ante una realidad donde la violencia es un hecho social porque está dentro y fuera de nosotros y que lo que busca es reconciliarte de alguna forma con el mundo. Así como hay malos, también hay buenos, y tiene que ganar siempre el bien sobre el mal.