Entre risas y suspiros, y bajo la luz cálida del atardecer, Marrún Cano y Miguel Sánchez demuestran ante el lente que son cómplices de una conexión profunda; en esta sesión, la pareja nos habla sobre los lazos que los unen, los momentos más memorables y su amor en su forma más pura.
Marrún es amante del café y los perros, disfruta de una buena plática y valora la amistad y la lealtad. Por su parte, Miguel es apasionado de los deportes automotores, el endurance, el ciclismo y un buen vino. Ella, de profesión, estudió Diseño, mientras que él cursó la carrera de Ingeniero Mecánico Administrador; profesiones que más adelante los llevarían a unir sus caminos.
Se conocieron en el mismo lugar de trabajo y, dadas las responsabilidades que tenían en ese momento, la convivencia se dio de manera natural. “Compartíamos salidas y teníamos gustos en común, poco a poco, él me fue gustando, aunque yo no estaba segura si era recíproco, pero un día puse todas mis cartas sobre la mesa”, comentó Marrún. “¡Yo también tenía mis dudas! Y en una ocasión, me sorprendió al robarme un beso; las dudas se disiparon y el resto es historia”, afirmó Miguel.
Doce años después de ese evento, la pareja sigue compartiendo ilusiones y metas, una de ellas es construir el hogar de sus sueños, así como vivir muchas aventuras en nuevos rincones alrededor del mundo. “Como pareja, buscamos compartir cada logro y creación, aspirando a un crecimiento conjunto tanto personal como en equipo”, aseguró Miguel.
¿Qué áreas les apasionan además de su profesión?
Marrún: Disfruto muchísimo enseñar, cualquier cosa que pueda aportarle a alguien más me apasiona. Además, tengo un gran interés en el ejercicio y la lectura.
Miguel: Desde muy pequeño, me apasiona seguir el automovilismo en muchas de sus variantes, recuerdo que me quedaba despierto o me levantaba muy temprano para seguir la Fórmula 1. También me gusta participar en triatlones, especialmente en las medias distancias, y el ciclismo es mi fuerte.
¿Y en pareja?
Marrún: Sin duda, lo que nos unió desde el inicio es la buena comida, nos encanta probar nuevos lugares, sazones y experiencias. Para nosotros, ir a comer no solo es eso, sino que representa un espacio donde podemos reconectar.
Miguel: Otra actividad que nos unió desde que nos conocimos ha sido hacer ejercicio. Comenzamos haciendo crossfit, luego triatlón; hoy, aunque cada uno practica un deporte diferente, hay momentos en los que coincidimos y disfrutamos del reto de superarnos a nosotros mismos.
Alguna anécdota curiosa que hayan vivido juntos
Marrún: Durante nuestra luna de miel en Italia, debíamos tomar un tren a Roma, pero confundimos trenes en la estación. Al subir al equivocado, descubrimos que ya estábamos a medio camino sin vuelta atrás.
Miguel: Sin asientos asignados, nos convertimos en polizones en el fondo del tren, y al validar los tickets, temimos ser bajados, ¿cómo íbamos a explicar la confusión entre trenes?. Afortunadamente, nos asignaron asientos libres y confirmamos que, efectivamente, “todos los caminos llevan a Roma”.
Y algún reto que hayan superado:
Marrún: Justo antes de casarnos, recibí una oferta para trabajar fuera de México, lo cual desafiaba nuestros planes de boda. Tras analizarlo y reflexionar, decidimos postergar la oportunidad laboral para consolidarnos como pareja, nos casamos según lo planeado, confiando y dejando que todo fluyera naturalmente.
Miguel: Con el paso del tiempo, confirmamos que tomamos la decisión correcta, estábamos recién casados y surgieron nuevas oportunidades laborales, lo que nos permitió disfrutar de esta nueva etapa. Superamos los desafíos hablándolo con franqueza y poniendo toda la confianza en el otro.
Hablando de diferencias, ¿cómo se han acoplado en su relación?
Marrún: Hemos tenido que encontrar el punto medio entre ambas personalidades. Yo soy más creativa, dinámica, amo despertarme temprano y empezar el día, tener todo muy ordenado, Miguel, por el contrario, es más metódico, analítico y calmado, le gusta empezar más tarde, tomar sus tiempos y hacer las cosas a su modo.
Miguel: ¿Qué hemos hecho? Conocernos y ser más empáticos. Estar en pareja se trata de aportar en la vida de la otra persona: ella me motiva a entrenar, yo le aporto estructura cuando su cabeza vuela con mil ideas, y la magia surge en el equilibrio.
¿Qué consideran, es un factor esencial en una relación?
Marrún: La comunicación, pues te lleva a consolidar la confianza con tu pareja, yo sé que puedo decirle a Miguel cualquier tema y vamos a llegar a buen puerto juntos.
Miguel: Entender el punto de vista del otro y qué es lo que lo mueve, he aprendido a ser empático con las emociones de mi esposa, a saber cómo puedo ayudarla en momentos difíciles y a celebrar las victorias.
¿Qué admiran uno del otro?
Marrún: Su paciencia, su risa sincera y su pasión para lograr sus metas. Con él puedo centrarme, además de que siento mucha paz cuando estoy a su lado.
Miguel: Su tenacidad y enfoque en cada una de las actividades que se propone, esto hace que cada proyecto se cumpla y que, tanto para ella como para mí, siempre haya un siguiente paso para dar lo mejor.
Finalmente, ¿cuáles son sus metas individuales?
Marrún: Certificarme como coach de nivel 1 en crossfit, me emociona llevar este deporte a un plano donde pueda enseñarlo y aprender más de él.
Miguel: Llevo un par de años practicando triatlón de media distancia y estoy pensando seriamente en hacer una larga distancia (Ironman). A pesar de que parezcan metas individuales, son metas como equipo porque nos acompañamos en el camino.