Millones de personas en todo el mundo luchan contra la salud mental, pero ¿sabías que las mujeres tienen el doble de probabilidades de ser diagnosticadas en su vida que los hombres? Marilyn Monroe fue una de ellas y aunque lo hemos visto en películas recientes, es difícil marcar la línea entre lo que ha sido dramatizado y lo que fue real.
La bomba rubia logró la fama entre los años 50 y 60 y es todo un ícono de la moda, la belleza, el cine y la fama, logrando participar en películas millonarias que hicieron historia. Todo esto hasta que murió en 1962 a los 36 años por una sobredosis. Hoy en día permanece como un ícono de la cultura pop y un sex symbol, pero detrás de la persona había una mujer que sufrió de muchos problemas, ¿los conoces?
Los problemas mentales de Marilyn Monroe
Habiendo sufrido un trauma severo por abandono cuando era niña, Marilyn Monroe tuvo problemas de imagen propia e inseguridades en su edad adulta. Y lo peor de todo es que no sólo tuvo que lidiar con sus propios problemas, sino también con los de su madre, quien lidió con depresión y tendencias esquizofrénicas.
Fue debido a estos numerosos y complejos problemas de salud mental que la periodista científica, Claudia Kalb, concluyó que Monroe sufría un trastorno límite de personalidad.
Escribiendo en su libro de 2016, Kalb declaró: “Lo que está claro es que Monroe sufría de una angustia mental severa. Sus síntomas incluían una sensación de vacío, una identidad dividida o confusa, volatilidad emocional extrema, relaciones inestables y una impulsividad que la llevó a la adicción a las drogas y al suicidio, todas características de libro de texto de una condición llamada trastorno límite de la personalidad”.
También se ha afirmado que Monroe tenía más de cinco de los nueve síntomas necesarios para un diagnóstico de trastorno límite de la personalidad.
De hecho, los medios de comunicación en el momento de la muerte de Monroe insinuaron el hecho de que las luchas mentales de la estrella eran bien conocidas, y decía: “La chica dorada recibía 5,000 cartas de fans a la semana y por esos fans nunca dejó que ninguno de sus problemas personales atenuaran glamour en la pantalla”.
Además de este trastorno, Norma Jean Monrtensen también sufría de horribles pesadillas e insomnio. Eventualmente fue diagnosticada con desorden bipolar, según el libro: "Marilyn: La pasión y la paradoja" de Lois Banner.
"Le diagnosticaron trastorno bipolar y, a menudo, no estaba en contacto con la realidad", escribió el autor sobre las luchas que "perseguían" a Marilyn, según el Times of India. "Y eso sin mencionar el hecho de que constantemente sufría de un dolor terrible durante su período".
Además, se sabía que el ícono usaba varios medicamentos para hacer frente al estrés de su vida.
Marilyn ingresó en la Clínica Psiquiátrica Payne Whitney en Nueva York después de hablar sobre sus problemas de salud mental. Según los informes, la mantuvieron en una celda acolchada y los médicos supuestamente la llamaron una niña muy enferma: “Me dijo que yo era una niña muy, muy enferma y que había sido una niña muy, muy enferma durante muchos años”, escribió la actriz en una carta.
“Tuvo un efecto muy malo: me preguntaron después de ponerme en una 'celda' (me refiero a bloques de cemento y todo) para pacientes deprimidos muy perturbados, excepto que sentí que estaba en una especie de prisión por un crimen que no había cometido."
El trastorno límite de la personalidad de Marilyn Monroe
El trastorno límite de la personalidad (TLP) es una enfermedad mental grave caracterizada por estados de ánimo, comportamiento y relaciones inestables. Debido a que algunas personas con TLP grave tienen episodios psicóticos breves, los expertos pensaron originalmente en esta enfermedad como versiones atípicas o limítrofes de otros trastornos mentales.
Si bien los expertos en salud mental ahora generalmente están de acuerdo en que el nombre "trastorno límite de la personalidad" es engañoso, todavía no existe un término más preciso. Para Monroe específicamente, el TLP se manifestó de las siguientes maneras:
- Esfuerzos frenéticos para evitar el abandono real o imaginario
- Un patrón de relaciones interpersonales inestables e intensas caracterizadas por extremos entre la idealización y la devaluación (también conocida como “división”).
- Alteración de la identidad: autoimagen o sentido de sí mismo marcada o persistentemente inestable
- Comportamiento impulsivo en al menos dos áreas que son potencialmente dañinas para uno mismo (por ejemplo, gastos, sexo, abuso de sustancias, conducción temeraria, atracones de comida)
- Comportamiento, gestos o amenazas suicidas recurrentes, o comportamiento autodestructivo
- Inestabilidad emocional en reacción a los eventos del día a día (por ejemplo, episodios intensos de tristeza, irritabilidad o ansiedad que generalmente duran unas pocas horas y rara vez más de unos pocos días).
¿Lo sabías?