Han pasado 17 años del fallecimiento de Mariana Levy, la actriz dejó tres hijos menores de edad: María, de 9 años; Paula, de 3 años y José Emilio de tan solo 9 meses. Desde entonces ninguno de los tres se ha abierto para hablar del duelo que enfrentaron tras la muerte de su madre, hasta ahora, que la mayor de los hermanos finalmente abre su corazón para revelar sus pensamientos.
María, quien ahora tiene 26 años y se desarrolla como artista visual, por primera vez habló de manera sincera por medio de una dinámica de la cuenta de la también artista visual Alice May, la cual forma parte de una colaboración llamada Wild Women Retreat, misma en el que participará el próximo agosto.
Durante su participación la hija de la actriz narró cómo vivió ese duro golpe y cómo encontró en la fotografía su manera de sanar el alama.
“La foto siempre ha sido súper importante para mí, porque como a los nueve años que me vi sujeta a enfrentar muchas situaciones de adversidad de la vida, decidí que me iba a entrenar a encontrar la alegría y la belleza de esta vida, para poder agarrarme de algo, porque si no iba a ser demasiado”, confesó.
Mariana dijo de manera honesta que el dolor que sentía en su momento era grande y que su etapa de infancia fue dura a pesar de estar acobijada por el amor de su familia y su abuela Talina Fernández, quien la adoptó legalmente y la crió como una hija más.
“Considero que tuve una infancia un poco dura, eso es completamente relativo, pero bueno, es lo que yo considero y lo que me pasó es que yo sentía tanto dolor que decidí dejar de sentir, porque era demasiado duro, yo tenía miedo de morirme de dolor”, dijo sincera.
Los años difíciles no terminaron pronto y la tristeza la invadió hasta la adolescencia hasta el punto de comenzar problemas conductuales.
“Decidí tragármelo, nunca sacarlo y a través de los años y con mi crecimiento empezó a salir de maneras muy tóxicas, como por ejemplo, trastornos de la conducta alimentaria, problemas con el alcohol, drogas, relaciones tóxicas y demás, porque estaba súper enojada y sentía mucho dolor, pero como no lo estaba externando lo estaba sacando conmigo”, mencionó.
Tras enfrentar varias crisis, un buen día, María decidió hacer un cambio en su vida y de alguna manera su pasión por la fotografía fue la que la ayudó a sanar:
“El sufrimiento nada más no se iba, estas conductas continuaban, yo seguía en un hoyo muy oscuro, dañino y doloroso", dice Mariana.
En algún momento se dio cuenta que se identificaba con su dolor y no se reconocía si no era a través de una persona con sufrimiento, por lo que decidió hacer cosas que la hicieran feliz.
"Una de las decisiones más importantes que tomé en este proceso fue dedicarme a hacer lo que me hacía sentido, lo que me hacía feliz y lo que me acercaba más a mí", señala.
Mariana confiesa que comenzó a conocerse más y a entender algunos patrones de los que ahora es consciente. La hija de la actriz narró esto con la intención de que las personas entiendan su trabajo, pero sobre todo para ayudar a quienes atraviesan una situación similar.