Diego Juárez y María Sariñana nos cuentan porqué son la pareja con la química perfecta

PERSONAJES

Juntos han construido un vínculo basado en el respeto mutuo, la admiración y el amor por el arte.

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María Sariñana y Diego Juárez: un amor que equilibra arte, pasión y bienestar. (Edgar Segura)

María Sariñana y Diego Juárez comparten más que una relación de pareja: son compañeros de vida que han encontrado, en sus diferencias y pasiones, un equilibrio único. Él, abogado especializado en materia civil y mercantil, escritor de poesía y entusiasta del ajedrez y el deporte, combina la estructura del derecho con la creatividad del arte. Ella, actriz y bailarina con formación musical, ha dedicado su vida a las artes escénicas y la enseñanza, encontrando en los niños una fuente constante de inspiración. 

Para ambos, el amor no solo se expresa en las grandes gestas, sino también en los pequeños detalles cotidianos: una canción compartida, una receta preparada juntos o una caminata que termina en risas. En entrevista, comparten no solo su historia, sino también reflexiones sobre el amor, la importancia de un estilo de vida saludable y los aprendizajes que han forjado su relación. 

¿Qué los llevó a elegir sus respectivas profesiones?

MARÍA: Desde pequeña, soñé con ser artista. Mi familia se dedicaba a la actuación y siempre fue mi inspiración para seguir ese mismo camino. Creo que la elección de una carrera está muy ligada a lo que eres en el fondo y a lo que soñabas ser de niño. No todos tienen el valor de convertirse en lo que querían ser cuando eran pequeños. Yo decidí seguir el difícil camino del arte, comentó entre risas.

DIEGO: Cuando tuve que elegir una profesión, quise que fuera una que tuviera un impacto social y que me resultara gratificante, como lo es ayudar a las personas. Me refiero a ese sentido de justicia que sentimos de vez en cuando, y que en mi trabajo, vivo día a día. 

María Sariñana y Diego Juárez: Les gusta leer juntos y, en ocasiones, crean coreografías solo para ellos.(Edgar Segura)

¿Cómo equilibran sus intereses personales y profesionales siendo una pareja tan activa?

D: Sin duda, la pasión que compartimos por el arte es el eje de nuestra relación. Nos gusta leer juntos e incluso crear alguna coreografía solo para nosotros. A ella se le da muy bien la danza…

M: ¡También tocamos el ukelele y cantamos juntos!

D: Es cierto, nos encanta tocar el ukelele. Creo que logramos compaginar muy bien nuestros gustos y pasiones.

¿Cómo se conocieron y cuál fue su primera impresión?

D: La gente sabe que Toluca es una ciudad pequeña. Ya nos habíamos cruzado en alguna ocasión. Ella estaba paseando a su perro y yo iba caminando. Honestamente, creo que nos gustamos mucho, pero no pasó nada en ese momento; ni yo me acerqué, ni ella lo hizo. Pero el destino nos hizo coincidir de nuevo, y esta vez no dejé pasar la oportunidad: decidí empezar a hablarle. Una vez que la conocí, me di cuenta de que era alguien con quien tenía mucha afinidad. Eso es clave cuando buscas una pareja: tener una sincronía cultural, intelectual y de intereses.

M: Además, coincidimos mucho en los deportes, en el gimnasio… aunque no soy fan del box como él (risas), pero el ejercicio es una parte fundamental de nuestra relación. A partir de ahí, surgieron muchos amigos en común, como: “¿Conoces a Diego?”. Mi primera impresión de Diego fue que era una persona inteligente, deportista y que, además, podía compartir intereses en el arte, algo fundamental para mí. 

¿Qué dirías que es lo que más admiran uno del otro?

D: Su disciplina y su compromiso. Es una mujer muy determinada; cuando se propone algo, trabaja duro en ello, y eso es algo que valoro profundamente. También admiro su talento: baila y canta increíble, he tenido la suerte de verla en el escenario y lo hace de manera espectacular.

M: Sin duda, yo admiro mucho su inteligencia; es una de las personas más brillantes que conozco. Además, admiro mucho su disciplina. A veces los dos nos sentimos perezosos, pero cuando nos proponemos ser disciplinados, lo logramos.

D: Bueno, creo que una señal de que estás en una relación estable es que terminas ganando unos kilitos de más. Es normal consentirse, y claro, a veces pedimos una pizza o nos salimos de la rutina. Sin embargo, somos disciplinados dentro de lo posible. 

Para Diego y María, el bienestar va más allá del ejercicio: es una filosofía de vida.(Edgar Segura)

¿Qué los motivó a adoptar un estilo de vida saludable?

D: Siempre he creído que el cuidado físico debe ser esencial. Forma parte de ese bienestar integral: cuidar tu cuerpo, tu mente, tu espíritu… En mi caso, la actividad deportiva ha sido parte de mi vida desde la infancia: jugué fútbol durante mucho tiempo, he practicado box, flag football, tenis, squash, crossfit y calistenia. Creo que María comparte esta visión de la vida conmigo.

M: Claro. Yo he seguido otro camino, el del arte y la danza, pero el principio es el mismo: el cuidado personal es fundamental, ya sea físico, mental o espiritual. Mantenerse activo es crucial como ser humano.

¿Cuál es su consejo para parejas que buscan adoptar ese estilo de vida?

D: Creo que estos propósitos funcionan mejor cuando tienes a alguien que te respalda, alguien que te apoya. Es importante fijarse metas en común, que alguien diga: “Este año nos vamos a cuidar”. Y también es clave recordarle a la otra persona ese propósito cuando, de vez en cuando, lo quiera incumplir.

M: Exacto, tener a alguien a tu lado que te apoya, sobre todo en lo bueno, para mejorar como persona, siempre es un tesoro.

D: Eso es crucial. Tu elección de pareja puede influir mucho en tu estilo de vida. Estás a solo una influencia de tu mejor versión o de la peor.

¿Qué significa el Día del Amor y la Amistad para ustedes, ya saben cómo van a celebrarlo?

D: El amor que tienes por tu pareja, o el que María y yo compartimos, debe celebrarse cada día. Es algo que debe estar presente en nuestra rutina diaria, más allá de la fecha en sí. Claro, es un buen día para aprovechar y hacer algo especial. Lo cierto es que aún no hemos hablado de cómo celebrarlo, pero disfrutamos mucho cocinar juntos; es una de nuestras grandes pasiones. Siempre llegamos con una receta nueva para hacer entre los dos.

M: Es un día para recordarle a tu pareja que lo amas y que estás a su lado. Para mí, es solo otro día más para celebrar el amor que compartimos y conmemorar lo que sentimos. Y, claro, probablemente celebremos con una cena hecha por nosotros en un lugar especial. 

Para ellos, el amor debe celebrarse todos los días, pero la fecha es una excusa perfecta para una cena especial.(Edgar Segura)

¿Cómo manejan los desacuerdos?

M: Siempre lo hablamos con la intención de que queremos lo mejor para el otro y para nosotros. Siempre tenemos esos elementos muy claros antes de compartir nuestras opiniones. Lo hacemos sabiendo que cualquier cosa que digamos será desde el amor y no desde un lugar que nos lleve a un punto sin retorno.

D: Creo que eso es lo que más nos ha funcionado. Al final, los desacuerdos y las diferencias son parte de cualquier relación. Hemos aprendido a darnos nuestro espacio, y eso a veces funciona porque, cuando enfrentas un problema en el momento, lo haces impulsado por la visceralidad y el enojo. En esos casos, es mejor tomar un respiro y hablar con un tono mucho más amable, para poder expresar lo que realmente piensas.

¿Qué aprendizaje importante les ha dejado su relación hasta ahora?

D: Este tiempo juntos nos ha servido mucho a ambos para aprender a ser más tolerantes, más pacientes, y para comunicar incluso las cosas que no nos gustan desde el amor, sin enojo y con consideración hacia el otro.

M: También hemos aprendido a ser conscientes de las emociones del otro y a ser muy amorosos en la forma en que nos dirigimos el uno al otro.

¿Qué han aprendido sobre el amor desde que están juntos?

D: Precisamente eso: el amor es aceptar, entender y ponerse en los zapatos del otro. Tenemos infinidad de puntos de convergencia, pero también muchos otros en los que no coincidimos, ¿verdad? Se trata de entender que el otro es un individuo con sus propias concepciones del mundo.

M: El respeto también. El amor se traduce en respeto y comprensión.


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