María León: “Me siento atrapada en una industria machista”

Personajes

Celebrando 22 años de trayectoria, la cantante, bailarina y compositora, reflexiona sobre el papel de la mujer en el medio artístico. “En ocasiones siento que estoy agarrada con las yemas de los dedos”, asegura

COMPARTE ESTA NOTA
Durante mayo y junio María se estará presentando en el musical Vaselina, donde interpreta a Sandy, para luego iniciar una gira por varias ciudades.

Rendirse nunca ha sido opción para María León, quien, a punto de cumplir 22 años de trayectoria, recuerda sus primeros pasos sobre un escenario como un momento mágico, aunque esos pasos no fueron nada sencillos y para ella representaron un doble esfuerzo.

“Yo era una niña muy chiquita. Nací con problemas en las piernas, usaba zapatos ortopédicos, tenía pie plano y ya era candidata para una operación de rodillas... Por otro lado, mi mamá siempre fue bailarina folclórica y su sueño era que mi hermana y yo siguiéramos el mismo camino, pero el doctor dijo que no había manera de que yo caminara derecho. Así que, primero, me inscribió en ballet, para que no hubiera tanto riesgo de lastimarme, e inmediatamente me enamoré... La primera vez que entré al ballet le dije a mi mamá ¡voy a ser bailarina!”, nos cuenta la cantante en entrevista.

Esa determinación cambió por completo el que sería su rumbo profesional, al mismo tiempo que adoptó una actitud inquebrantable con la que decidió enfrentar los retos que la vida le presentara.

“Mi mamá lloraba, pero nunca me hizo saber que yo tenía un problema. Me enteré que mis papás vivieron un conflicto por mi situación hasta que hice Bailando por un sueño, en el 2014. Ya era yo una mujer hecha y derecha, cuando mis papás de pronto salieron en una entrevista llorando, contando cuando otros me bulleaban y que alguna vez mis compañeras me escondieron las zapatillas de ballet. Sin embargo, nunca viví eso. Como niña, en mi mente solo hay recuerdos de ella diciéndome: ‘mija, lo que tú quieras hacer, lo vas a hacer. Tu papá y yo te vamos a dar todas las herramientas para que lo puedas lograr, pero tienes que ser la mejor que puedas... Hasta la fecha, ella me sigue llamando para preguntarme si fui a mi clase de canto o si tomé mi lección de baile, y ese es el impulso que me sigue motivando hasta el día de hoy”, agregó.

"Nunca me he tomado un año sabático ni descansado más de dos semanas”, confiesa la cantante.

Sin detenerse

Luego vino la música, industria a la que entró como parte del grupo femenino T de Tila, y más tarde como vocalista de la popular banda Playa Limbo. Con esta última se dio a conocer masivamente y, aunque consiguió grandes éxitos compuestos por ella misma, como El eco de tu voz y El tiempo de ti, tras poco más de una década, en 2016, decidió emprender camino en solitario.

Y aunque ya contaba con varios premios internacionales, como cantante y compositora, no fue sencillo convertirse en solista.

“Yo creo que el punto más importante es ser resilientes y pienso que, gracias a eso, he sobrevivido en la industria. Digo sobrevivir porque, aparte de la falta de equidad, hay otros factores que pueden llegar a frenarnos... El tipo de música va cambiando y cada día hay que reinventarnos, hay muchos casos en que los hombres ganan más que las mujeres y, en general, siento que las mujeres tenemos menos oportunidades que los hombres. A veces me siento atrapada en una industria muy machista, pero creo que lo primordial es no detenerse jamás y seguir adelante”, comenta.

Esta convicción viene de una confianza férrea en su talento y en el discurso que quiere compartir.

“Porque incluso hay gente que no colabora contigo, a nivel autoral, solo porque eres mujer. Eso sigue pasando. Y el medio está lleno de historias de mujeres que no pueden llegar a su plenitud, debido a factores que no dependieron de ellas. Por eso digo que lo único que toca es no detenerte, seguir luchando y tener disciplina... Porque por ahí dicen que esta carrera es 90 por ciento de esfuerzo, y 10 por ciento inspiración, así que solo queda trabajar”, asegura.

De ahí que María se haya titulado como Licenciada en Artes Escénicas, por la Universidad de Guadalajara, y que se entregue en cuerpo y alma a la profesión.

María fue parte del grupo T de Tila y vocalista de Playa Limbo.

“Sigo trabajando todos los días. Llevo 22 años de mi vida trabajando diariamente, sin parar más de dos semanas. Nunca me he tomado un año sabático o cambiado de actividad. Siempre he estado dentro de la industria y, aún así, en ocasiones pienso que estoy agarrada con las yemas de los dedos. Sí estoy en una plataforma preciosa, donde estoy cobijada y apapachada, pero a veces sí siento que estoy agarrada con los dientes y me digo: ‘¡no te sueltes! ’”, nos dice.

La disciplina, resiliencia y continua lucha la han llevado a ser consciente del lugar que ha conseguido.

“Eso, y siempre mantener una inspiración que sea verdad... Estoy convencida de que, mientras lo que hagas sea bueno, bello y verdadero, siempre vas a encontrar un lugar en la industria. A veces uno amplio y otras uno mucho más chiquito, pero lo importante es que todo lo que hagas te sepa a gloria, porque lo conseguiste con tus propios esfuerzos... Porque ya es difícil y va a ser difícil. Vas a tener que defenderte el resto de tu vida, pero, si tú realmente eres fiel a lo que crees y a lo que vales, no te va a pesar esa dificultad”, afirma.

Una esencia distinta

Recién cumplió 39 años y, al hablar del camino recorrido, María asegura que está comenzando a ver la vida de otro modo.

“El último ha sido un año de cambios, logros y muchos aprendizajes. Una de las lecciones más importantes ha sido aprender a recibir. Pareciera más fácil, pero para una persona como yo, tan complaciente, ha sido realmente duro aprender a recibir y darme cuenta de que, las cosas que me han llegado, me las he ganado a pulso... Entonces, este ha sido un año de reconocerme como persona y de entender que, cuando trabajas duro, en algún momento las cosas suceden”, comenta.

Y añade que ha sido un ciclo para dejar salir su parte más sensible y femenina. “El sargento (como incluso se hace llamar en varias redes) ha sido este alter ego que tengo, y que siempre entra al quite cuando me siento incómoda, triste o vulnerable. Siempre aparece con una risa o algún comentario que desvíe un poco la atención y le reste importancia a lo que me está haciendo sentir determinada situación... Sin embargo, este año le estoy dando oportunidad a María. Y sí hay mucho más vulnerabilidad, quizá hay más riesgo, pero de alguna manera también me ha ayudado a autoconocerme más y a imprimir esta esencia distinta en la música. Siento que era otra parte mía, que también tenía medio guardada, y que ahora por fin dejé salir”, confiesa.

La cantante cumple 22 años de trayectoria este año y reflexiona sobre la importancia del descanso.

Esa mujer fatal

Sin miedo a mostrarse tal cual es, María dice sentirse en absoluta libertad para seguir creando música y continuar su camino sin darle importancia a las etiquetas o a los altos estándares colocados por otros.

“No sé, siento que de pronto, a uno como artista o figura pública, no le gusta verse vulnerable. La vulnerabilidad siempre es un foco de odio y aunque sí me da un poquito de miedo, creo que es tiempo de decir otras cosas. De pronto veía a tantas mujeres poderosas, con determinada imagen, que yo creía que debía parecerme a ellas. Pensaba que debía ser esa mujer fatal, una bomba sexual, esa mujer empoderada, esa guerrera... Y no. Ya entendí que no tengo que venir a ser ejemplo para nadie... Y la verdad eso me quitó un peso encima, porque vengo a este mundo a ser feliz, no a tener la responsabilidad de influenciar a nadie de ninguna manera... Claro, vengo a compartir y entiendo la masividad que pueden tener mis canciones. Si alguien, dentro de lo que estoy viviendo, encuentra una conexión y le funciona para sanar o generar catarsis, está genial, pero ya no me exijo más de lo que a mí me corresponde”, admite.

Y aunque siempre se auto denominó como una mujer inquebrantable, adjetivo con el que, incluso, tituló una producción musical en 2020, María ha encontrado otras maneras de definirse.

“En esa época estaba dentro de una relación muy tóxica, pero abrazo esa etapa y amo esa canción porque me sigue haciendo sentir fuerte. Sin embargo, hoy que la escucho, reconozco que estaba haciendo lo que podía, con lo que tenía. Y la vida no debe ser así, por eso celebro que hoy tengo la capacidad de sentirme vulnerable y de ponerlo en canciones, de que cada vez me da menos miedo y de que juntos lo iremos sanando así, con música”, concluyó.



Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.