Afganistán está viviendo uno de los momentos más críticos en su historia, los talibanes que gobernaron el país a finales de la década de los 90 's han vuelto a recuperar el control del territorio en cuestión de días obligando al presidente Ashraf Ghani abandonar la nación. Los insurgentes tomaron las principales ciudades casi sin resistencia de las fuerzas armadas, siendo los ciudadanos quienes ahora temen por su seguridad e intentan escapar a como dé lugar.
Las imágenes que han inundado la red parecieran salidas de una película de guerra o un mundo post apocalíptico, lamentablemente suceden en 2021, en medio de una pandemia, y comienzan a generar pánico entre los países colindantes como Pakistán, Irán y Uzbekistán. Las mujeres son el grupo más vulnerable que teme por sus derechos y sus vidas, pues con la llegada del talibán se espera que impongan duras restricciones a los ciudadanos como una forma de autoritarismo ante el mundo.
Diplomáticos de distintas naciones han comenzado a dar mensajes de paz y a establecer sus posturas, pero llama la atención la de Malala Yousafzai, la activista pakistaní de 24 años que documentó los abusos del régimen talibán, quien vivió esa violencia en su propia piel y hasta sufrió un atentado de este grupo en 2012. En ese entonces los talibanes le dispararon por oponerse a las restricciones sobre la educación de la mujer en Pakistán, su país natal, por fortuna salió viva para defender a miles de mujeres, ahora desde Reino Unido.
“Observamos completamente conmocionados cómo los talibanes toman el control de Afganistán. Estoy profundamente preocupado por las mujeres, las minorías y los defensores de los derechos humanos. Los poderes globales, regionales y locales deben pedir un alto el fuego inmediato, proporcionar ayuda humanitaria urgente y proteger a los refugiados y civiles”, escribió la activista en su cuenta de Twitter.
Los niños y adolescentes no saben lo que significa vivir bajo este régimen, pero las personas mayores tienen en su memoria los recuerdos más dramáticos que están a punto de volverse su nueva realidad, por eso Malala hace un grito desesperado para salvar a todas las personas vulnerables que corren un mayor riesgo.
Erna Solberg, la primera ministra de Noruega atendió este llamado que ruega por la protección de los civiles. La activista espera que se apruebe una resolución para proteger a las mujeres, niñas y minorías afganas.
La situación es cruda, violenta y bélica y para Malala no es un acto para quedarse callados ni luchar por salvar las vidas de todos los que sueñan con una mejor vida.