Hacer este shooting con Maite Perroni y Marimar Vega fue muy especial. La energía que existía entre ambas, no solo porque comparten set en el Juego de las Llaves, sino porque son amigas desde el colegio, mucho antes de que ambas decidieran dedicarse a la actuación. El destino, la vida el universo las llevó a reunirse de nuevo para este proyecto y tenerlas juntas fue ver a dos mujeres que se quieren y se admiran, que no paraban de platicar entre cada foto y que, incluso, se fueron a comer juntas al restaurante del hotel mucho antes de que comenzara la sesión.
De ahí salió la dinámica de que para esta portada se entrevistaran entre ellas sobre los temas que toca esta serie de Amazon Prime, que ahora estrenará su segunda temporada el 16 de septiembre. Sexualidad, tabúes, relaciones de pareja, la revolución sexual femenina, swingers y mucho más son los temas que abordan en su plática con total sinceridad, temas que por más “polémicos” que pudieran considerarse, como bien lo dicen en su conversación, están presentes más de lo que creemos.
Así, aunque la serie se llama El Juego de las Llaves, termina siendo un juego pero de autodescubrimiento, de quienes somos, de bajar un poco la guardia con las creencias tradicionales o preestablecidas y de la necesidad de un cambio, que es parte de lo que nos hace humanos.
Marimar: ¿Por qué aceptaste hacer una serie con temas tan polémicos?
Maite: Porque creo que la sexualidad ha sido un tabú siempre en nuestra vida, brotan muchos juicios a partir de ella, del cómo debe ser la sexualidad para la mujer o para el hombre. Hay roles que se han establecido de una forma aprendida socialmente en donde muchas veces a las mujeres nos excluyen de esta capacidad de satisfacción, de placer, de descubrirnos en pareja o con nosotras mismas. Es importante poner sobre la mesa estos temas que además son reales. Todos tenemos historias, todos tenemos relaciones que nos permiten descubrirnos y empezar a conocernos mejor. El sexo debe dejar de verse con tantos tabúes y con tantas dobles morales.
Marimar: Y sobre todo en el caso de Adriana, tu personaje, que es mamá. Socialmente tenemos esta cosa de que si eres mamá menos puedes tener deseos sexuales. Eres mamá, tienes que ser una mujer casta y buena madre. No por ser mamá o esposa se te acaba la vida ni la sexualidad.
Maite: Sí, el personaje de Adriana nos permite identificarnos en distintas historias de la vida real en donde tenemos una relación, una pareja, en donde construimos una historia, hacemos un equipo, tenemos unos hijos que adoramos, hemos construido los sueño que teníamos. Y pasan 20 años y de pronto nos damos cuenta que nos olvidamos de ser pareja, o de nosotros mismos, y es atreverse a decir: “¿y ahora que hacemos?” Empezar a descubrir este proceso de poder hablarlo, de poner este tema sobre la mesa y ahora vivir la historia.
Marimar: A mí me encanta que se hablen de temas de nuestra generación. Estamos acostumbrados a ver mucho de chavitos o grandes, pero nosotras somos un gap, estamos ahí como en un limbo rarísimo. Casi todas nuestras mamás están divorciadas y nosotras queremos ser trabajadoras e independientes para que no nos pase eso. Pero también queremos estar en pareja, entonces creo que nos estamos todos acomodando ahí. En el Juego de las Llaves tratamos de representar distintos tipos de mujeres y Gaby en ese sentido, mi personaje, es un poco la más libre porque es artista, se dedica al arte. Entonces es menos prejuiciosa en ciertas cosas.
Maite: Tu personaje en la primera temporada vivió algo muy determinante y creo que también Gaby se vuelve en ese sentido un ejemplo por el cómo decide entrar a algo tan impactante. Al final no deja de ser doloroso, pero tuvo la capacidad de poder ver más allá. Marimar: Sí, siento que a Gaby la ponemos en un estereotipo porque es ficción, es la hippie artista que hace yoga, que ha viajado por el mundo y que es muy espiritual.
Pero el cómo reacciona ante Valentín, si tienes que tener una templanza y una empatía total para realmente entenderlo y no tomárselo personal. Lo más bonito de Gaby y Valentín es que se adoran, independientemente de lo que son como pareja, y son grandes amigos pase lo que pase. Está difícil, pero eso es lo más bonito de la pareja.
Maite: Para mí lo más bonito de Gaby y Valentín es que son un ejemplo de lo valioso que es el poder hablar con la verdad, porque muchas veces lo que nos sucede es que somos consecuencia de los aprendizajes de lo que hemos vivido, de nuestras circunstancias, de la educación que hemos recibido, de lo que observamos, de lo que de pronto es del inconsciente tomado como lo correcto o de lo que se debe hacer.
Son un ejemplo muy lindo de cómo a partir del amor también puedes entender y puedes moverte de lugar. Qué importante es el hablar y el poner las cosas sobre la mesa porque no siempre vas a sentirte igual y vas a estar en el mismo proceso personal, hay una evolución. Como pareja a veces te encuentras y a veces uno está en un proceso y el otro en otro. En ocasiones, en una situación como la de Gaby y Valentín, donde una persona puede darse cuenta que realmente su vida va hacia otro lado o su preferencia es otra, hay que ser honesto y decirlo.
Marimar: El pobre viviendo una vida que no quiere por el miedo al tabú de lo reprimidos que estamos todos para experimentar nuestra sexualidad y que Siena justamente representa todo lo contrario.
Maite: Me encanta porque es la que llega a sembrar la conversación de “a ver qué pasaría si de pronto todas nos empezamos a cuestionar”.
Marimar: En nuestro propio grupo de amigas tenemos varias generaciones, lo que es muy interesante ver y las más chavitas no tienen un pedo para hablar de su sexualidad ni de si les gusta una cosa o no, si no quieren ser mamás o si no se quieren casar. Hay una libertad de hablar ya de estas cosas que me parece increíble. Creo que esta serie justamente por eso funciona, porque se hablan de cosas que a la gente le da miedo.
Maite: ¿En algún momento esta historia te hizo cuestionarte quién eres y si realmente has sido lo que quieres ser?
Marimar: Como actriz, todos los proyectos por alguna razón siempre pasa algo parecido en mi vida. Creo que llevo varios años tratando de encontrar mi autenticidad y hoy más que nunca tengo muy claro qué es lo que pienso y me vale madres lo que digan. El participar en una serie que se rebela sobre la situación me parece padrísimo. Los seres humanos como que queremos ser libres, pero no sabemos cómo hacerlo. Es muy complicado siempre que me preguntan si yo sería swinger. No, hoy te digo que no. Creo que la fidelidad para toda la vida no existe, pero sí creo que no hay fidelidad con mentiras, eso no me gusta. Se trata de la verdad, la que sea que tú encuentres con tu pareja. Si Óscar y Adriana se hubieran dicho la neta, igual y hubieran podido salvar lo suyo.
Maite: Creo que Óscar y Adriana en su momento creyeron que dar el paso implicaba estar ser honestos. Adriana en ese momento pensaba que decirlo y proponerlo era ser honesta con lo que estaba pasando, pero tal vez fue honesta desde un lugar muy equivocado. Fue honesta desde un lugar en el que ella estaba esperando y deseando encontrarse a una persona en específico.
Marimar: Claro, pero si lo hubiera dicho hace cuatro años, igual y hubieran arreglado la relación antes, pero ya estaba muy deteriorada, ya quien fuera le iba a mover el tapete.
Maite: Y eso es lo que me ha pesado un poco, a mí Maite, cuestionarme cosas a partir de todos estos temas. Al día de hoy me queda muy claro el que me gusta compartir mi pareja desde un lugar más íntimo y que esa energía no se toque y no se comparta. Eso es lo que a mí hoy por hoy me hace poder compartir esa entrega a mi pareja. Pero, al mismo tiempo, te pones a cuestionarte y a pensar muchas cosas… ¿en qué momento crecimos creyendo que solo esta persona es la que tiene la obligación de hacernos felices en nuestra vida? Ni siquiera nosotros podemos prometerle eso a alguien porque tenemos muchas cosas personales que resolver para poder compartirnos con el otro.
¿En qué momento solo tú tienes que darme todo y ya eres el único responsable? Primero te lo tienes que dar a ti mismo. Es preguntarte quién soy, qué me gusta, qué quiero y qué no quiero. Entender que hay etapas, hay evoluciones… que al final para mí la conclusión de todo esto es justamente lo que hemos estado haciendo, el ser honestas, contigo, y tener todo en claro para que haya una conversación verdadera. Que las cosas sean como tengan que ser, pero con la verdad, no con mentiras, porque sino es donde viene todo el relajo, la traición, el engaño.
Marimar: Creo que uno tiene que encontrar una pareja con la que puedas ser de verdad y que si un día tienes dudas de algo, si un día estás pensando tonteras, lo puedas hablar. Pensar que una relación va a durar para toda la vida, igual que como empezó, es imposible. Todos vamos cambiando.
Maite: ¿Y qué opinas de la revolución sexual femenina?
Marimar: Es que ¿nos queremos liberar de qué? Gran parte del machismo que vivimos está hecho por nosotras. Me pongo rebelde cada vez que oigo una historia y hay un comentario de: “bueno es que ella…” ¿Ella qué? ¿Porque se puso falda? Y creo que estamos empezando a ser, como mujeres, más empáticas con la situación porque todas hemos sido parte de eso, es una cosa social. Muchas veces lo dije, muchas veces hablé mal sin saber y dije: “bueno, pero es que…” y no. Eso es un gran cambio que es lo que podemos hacer nosotras… imponer lo que puedan hacer los hombres es tan complicado. Si nosotras empezamos a generar más empatía, esa es la revolución.
Maite: Creo que no es una guerra, la famosa palabra sororidad sí está realmente. Siento que hay un concepto mal entendido del apoyarnos entre todas, porque también como bien dices tú hay un juicio y un señalamiento constante sin realmente saber ni de dónde, ni cómo, ni por qué hay un ataque entre nosotras.
Entonces me pongo la camiseta de “yo soy feminista”, pero a la hora de la hora ¿cómo funciona eso? Si entre nosotras mismas hacemos lo contrario. Es importante que exista un conocimiento y entendimiento real y empático. Este es un tema que nos permite manifestarlo desde un lugar del entendimiento. Al hombre se le aplaude y se le premia por su sexualidad y a la mujer se le juzga por vivirla.
Marimar: Hemos escuchado todos sobre la crisis de los cuarenta de los hombres, se compran un coche y se agarran a una chavita, lo sabemos y lo festejamos y es normal. ¿Y la crisis de la mujer de los cuarenta cuál es? Porque no puede de repente sentir “¿y si me case con el correcto? ¿y sí la cagué y no tuve hijos? Es lo mismo. Es una crisis de decisiones de ir para atrás y preguntarte ¿habré tomado las decisiones correctas?
Maite: Al final hombres y mujeres no dejamos de ser seres humanos y esta división de género tiene una naturaleza obvia, pero que en identidad, en sentimientos y en emociones, aunque sean procesos y etapas distintas, hormonales, emocionales, sociales o las que sean que estén viviendo, somos seres humanos en un proceso de descubrimiento personal constante.
Entonces ahí es donde es importante que nos veamos como iguales y como un equipo, no como contrincantes ni que hagamos una guerra porque también hay hombres que se vuelven piezas fundamentales en sus espacios cotidianos que ponen el ejemplo, en saberse compartir como un hombre, como una pareja, como un hermano, etc. También hay que abrazar esa contención, ese amor y ese acompañamiento, así como las mujeres también lo hacemos.
Marimar: Y está padre que en la tele se abran estos temas, yo creo que por eso la serie funciona.
Maite: Algo que me encantó de esto es que se generaban conversaciones muy interesantes cuando ya no existía un juicio, nos pasaba que entonces había esta complicidad. A mí me pasó mucho que al ver que formábamos parte de esta historia, que queríamos contar esta historia, había personas que llegaban diciendo: “a mí me ha pasado esto” Y dices: “wow”. Es impresionante, por eso creo que es valioso poner sobre la mesa temas que no solamente sean de entretenimiento. Fue muy interesante ver el resultado y por eso estamos muy emocionadas porque ya viene la dos.
Styling: Aurora M.B.
MUA Marimar: Andrea Moreno y Erick Rangel
MUA Maite: Anayeli y Alfonso Castro
Locación: Hotel Brick
Asistente de fotografía: Ferch Ugalde
Fotografía: Alejandro Salinas