Ser una de las celebridades más importantes del país conlleva consigo un lado no tan agradable, pues los rumores se desatan y crean una serie de mitos que se permanecen con el paso del tiempo.
Varias son las historias con las que ha cargado Luis Miguel durante su larga trayectoria, siendo una de las más sonadas su supuesta muerte.
Quienes aseguran esto son la vidente Deseret Tavares y el periodista Jorge Carbajal, contando la leyenda de que en los años 90 el sol de México inició un romance con la hija del entonces presidente Carlos Salinas de Gortari.
En esta versión el mandatario jamás estuvo de acuerdo con la relación pues se dice consumían drogas juntos, y en una fiesta en Los Pinos fue tanto el exceso que el cantante comenzó a sentirse mal.
Al sacarlo a tomar un poco de aire cayó al suelo, dando pie a que las multitudes se acercaran. Sin pensarlo se dieron indicaciones de sacar a todos los asistentes aquella noche.
De acuerdo con el relato se quiso evitar un escándalo mayor luego de que no reaccionara y un médico anunciara su muerte, por lo que Carlos Salinas ordenó darle sepultura cerca del asta de la bandera.
Por su parte la vidente confirma el hecho de alguna manera al compartir que murió aproximadamente 17 años atrás por disposición de un hombre poderoso, que hay dos mujeres involucradas y que después sacaron el cuerpo para depositarlo en un lugar con agua.
En sus palabras, desde ese entonces a quien hemos sobre el escenario es a un doble quien tuvo que someterse a varias cirugías plásticas, una irreal teoría que no se ha podido comprobar.
Muchos han creído ciegamente en este mito, incluso se han especulado otros más como que murió a los 22 años en un accidente mientras estaba esquiando, y otra más sugiere que pudo haber perdido la vida a causa de una sobredosis.
Estos rumores se alimentaron luego de que Luismi empezó a usar playback en los conciertos, además de que dejó de tocar el piano en vivo, sumado a un evidente cambio físico.
Lo cierto es que debemos ser conscientes de que las teorías de conspiración no tienen mucho sentido, en especial cuando se proponen hipótesis como la decisión de no revelar la noticia de la muerte de un cantante famoso o el extremo de someter a un ser humano a tratamientos caros para lograr un parecido con tal de seguir ganando dinero.