Luis Miguel es uno de los cantantes más queridos y admirados por el público mexicano y extranjero, quienes siguen paso a paso la vida del intérprete, sus triunfos y también sus tropiezos, mismos que lo han llevado a enfrentar varias demandas y serios problemas económicos al punto de quedar en bancarrota.
Han sido varios escenarios al que se ha enfrentado el famoso cantante de “La incondicional” a lo largo de su trayectoria, rozando el precipicio de la quiebra. Sin embargo, la asesoría de empresarios, pagar a sus acreedores e incluso su serie biográfica que transmite Netflix han desahogado por mucho su difícil situación al venir saldando cuentas.
Según archivos periodísticos, los severos problemas económicos que enfrentó Luis Miguel comenzaron a partir del 2006 cuando el cantante de 51 años dejó de pagar impuestos generados por su penthouse en el edificio “Jade” de la exclusiva zona de Brickell, en Miami. Para el 2008, ya tenía una deuda que alcanzaba los 133 mil dólares.
Una misma situación ocurrió en México, pues el gobierno de Acapulco le notificó de una deuda desde 2001 por el uso de mil 300 metros cuadrados de playa en el puerto. La suma llegó casi a los dos mil dólares. Pero a esto, se agregó una deuda que le generó su incursión al mundo de los vinos.
Así, en medio de una exitosa carrera, Luis Miguel se ha visto envuelto en polémicas, cancelaciones de conciertos, giras internacionales, abandonar el escenario a unos minutos de iniciar su show, embargos, pleitos financieros con sus ex manager, pelea con el famoso cantante Alejandro Fernández; conflictos que le generó pérdidas de grandes sumas de dinero que lo han llevado al borde de la quiebra.
Por ejemplo, en el 2011, Luis Miguel le pidió a William Brockhaus que se convirtiera en su manager, el cual aceptó e incluso fundó una firma para dedicarse enteramente a la representación del cantante mexicano. Durante tres años, WB Music Management, la empresa de su ex manager dirigió los negocios, finanzas y hasta sus giras. Pero, en el 2014 dejaron de laborar porque el intérprete de “Ahora te puedes marchar” no le pagó los honorarios.
Tras una larga batalla legal de dos años, la corte falló a favor del empresario y en enero de 2017, se ordenó embargar el lujoso Rolls Royce de Luis Miguel para liquidar una deuda de más de un millón de dólares.
Además, tuvo problemas con su disquera, Warner Music, que acusó al cantante de incumplir con la grabación de cuatro discos, por lo que el hijo de Marcela Basteri debía pagarle 3 millones y medio de dólares por el incumplimiento del contrato. Sin embargo, no cumplió, por lo que enfrentó una nueva demanda, pero esta vez por 13 millones de dólares.
Otro de los conflictos que contribuyeron a llevar a bancarrota al cantante, fue el incumplimiento de contrato que tuvo con su el artista Alejandro Fernández. Recordemos que los dos celebridades anunciaron en el 2015 que darían una gira en conjunto al que llamaron “Passion Tour” y que iniciaría en abril del 2016 en el Auditorio Nacional de México y luego llevarían su show por todo México, Centroamérica y Estados Unidos.
Sin embargo, no se llevaron a cabo dicho espectáculo, por lo que Fernández decidió demandarlo por casi 7 millones de dólares, generando pérdidas monetarias al “Sol”.
Pero quienes lo ayudaron a salir de las deudas fueron sus amigos y empresarios Miguel Alemán Magnani, Carlos Slim Domit y Carlos Bremer que crearon un fideicomiso, el cual buscaba rescatar la carrera artística de Luis Miguel.
Además, de convencer al cantante de realizar un proyecto que hablará acerca de su vida, surgiendo “Luis Miguel, la serie” que transmite Netflix, lo que ayudaría a pagar los problemas financieros del cantante y evitar con ello irse a la quiebra.