En 1982, una serie de muertes inexplicables en Chicago marcó el inicio de uno de los casos criminales más impactantes y desconcertantes en la historia moderna de Estados Unidos. Esto, sin embargo, no ha sido de tanto interés en México, hasta que hoy se estrenó una serie documental en Netflix al respecto.
Y es que, siete personas murieron tras ingerir cápsulas de Tylenol contaminadas con cianuro, un acto que no solo aterrorizó a la nación entera, sino que también cambió para siempre la forma en que consumimos medicamentos. Sigue leyendo y entérate de los detalles.
La historia real de "Los asesinatos del Tylenol"
Todo comenzó con una tragedia familiar: tres miembros de la familia Janus, que se volvería famosa en poco tiempo, Adam, Stanley y Theresa murieron en el mismo día y lugar.
Pronto se descubrió que las muertes estaban ligadas a cápsulas de Tylenol, aparentemente normales, pero cargadas con cianuro. El pánico se propagó como pólvora. Las autoridades recorrieron las calles con altavoces, los voluntarios iban de puerta en puerta alertando a los vecinos y las farmacias retiraban el producto.
Otras víctimas no tardaron en aparecer. Desde una niña de 12 años hasta una joven madre, el patrón era el mismo: personas sin relación entre ellas que murieron poco después de tomar el medicamento.
Las imágenes que ofrece el documental son duras y conmovedoras. Familiares de las víctimas, como la hija de Mary Reiner, reviven esos momentos de horror que marcaron sus vidas para siempre.
Este crimen no solo dejó luto. También rompió la confianza que la sociedad tenía en productos cotidianos. A raíz de los asesinatos, surgieron los sellos de seguridad en medicamentos que hoy damos por sentado. Pero, detrás del plástico que cubre una botella, persiste el trauma de un crimen sin resolver.
¿Quién fue el culpable de "Los asesinatos del Tylenol"?
James W. Lewis ha sido el nombre más repetido desde el inicio del caso. No porque se le haya encontrado en la escena del crimen, sino porque envió una carta a Johnson & Johnson exigiendo un millón de dólares para detener los envenenamientos.
Aunque fue condenado por extorsión y pasó 12 años en prisión, nunca se le acusó formalmente de asesinato. La razón: no hay evidencia física que lo vincule directamente con las muertes.
Lewis aparece en el documental dando su última entrevista antes de morir en 2023. Sonríe, evade y se burla un poco del sistema que, a su parecer, jamás pudo probar nada. ¿Era culpable o solo disfrutaba del rol de villano incomprendido? Los productores coinciden: le encantaba la atención.
El documental también explora una teoría más inquietante: que la contaminación ocurrió dentro de la planta de Johnson & Johnson. Aunque la empresa niega cualquier responsabilidad y no dio declaraciones para la serie, la presencia de cianuro en una instalación y el caso de una mujer muerta en 1986 tras ingerir un Tylenol con sello de seguridad abren la puerta a nuevas posibilidades.
¿Por qué no se ha resuelto el caso de "Los asesinatos del Tylenol"?
Lo más frustrante es que quizá nunca se sepa quién fue. El pánico llevó a muchas personas a tirar los frascos de Tylenol contaminado, lo que borró una parte fundamental de la evidencia. “Perdimos mucho en la primera semana”, explica uno de los cineastas, pues sin pruebas sólidas, todo quedó en teorías.
Ahora que Lewis ha muerto, algunos creen que es momento de dejar atrás su nombre y ampliar la investigación. “Centrarnos en un solo sospechoso no nos ha llevado a ninguna parte”, dicen los creadores.
Quizá esta serie, al estar en una plataforma global, logre motivar a alguien con información a hablar o al FBI a liberar archivos que aún permanecen cerrados, pues eso justo ha sucedido con otros documentales de la plataforma.
¿Ya conocías la historia?