Steve Jobs pudo haber sido uno de los líderes empresariales más inteligentes y con más aspiraciones del mundo moderno, pero su vida familiar nunca fue un paraíso. Es cierto que tuvo un enorme éxito con Apple mientras lideraba la revolución tecnológica, pero su vida personal fue un desastre absoluto.
Quizá la mayoría conozca más a Eve Jobs que al resto de su familia, pero ¿sabías que el fundador de Apple tuvo otra hija, Lisa Brennan-Jobs? La historia es más complicada de lo que suena, ¡conócela!
Steve Jobs no tuvo una infancia fácil
Jobs fue adoptado a una edad temprana, pero ni siquiera ese proceso fue bueno para él. Originalmente, lo colocaron con una “pareja católica y bien educada”, pero cambiaron de opinión y decidieron que querían una hija. Cuando lo colocaron con otra pareja, ninguno de los cuales tenía educación, la madre biológica de Jobs, Joanne Scheible, se negó a firmar los papeles.
Pero estar con esta familia resultó ser una bendición. El padre adoptivo de Steve Jobs le construyó un lugar de trabajo en el garaje donde podía jugar con sus proyectos. Y Steve Jobs amaba a su familia con todo su corazón, aunque en realidad no fuera suya.
Más tarde, Jobs se referiría a sus padres biológicos como "mi banco de esperma y óvulos", pues su verdadero hogar y familia eran los Jobs.
Jobs y su primera hija, Lisa Brennan
Steve Jobs conoció a Chrisann Brennan en Homestead High School en Cupertino, California. Los dos salieron intermitentemente durante 5 años antes de que Brennan quedara embarazada en 1977. Desde los primeros momentos, Jobs negó que él fuera el padre del niño. Como mera coincidencia, Lisa Brennan fue concebida el mismo año en que Steve Jobs fundó Apple. Todos sus esfuerzos estaban enfocados en hacer que su nueva empresa tuviera éxito y no tenía tiempo para la paternidad.
Lisa Nicole Brennan nació el 17 de mayo de 1978 en una comuna en las afueras de Portland, Oregon. Su padre, Steve Jobs no estuvo presente para el nacimiento.
¿Lisa Brennan sí era su hija?
Solo el propio Steve Jobs podría decir con certeza por qué se negaba a creer la realidad: que Lisa Brennan-Jobs era su verdadera hija biológica. Esta negación condujo a una batalla legal en la que una prueba de ADN demostró que SÍ era el padre, aunque refutó la paternidad incluso después de eso, alegando que "el 28% de la población masculina de los Estados Unidos podría ser el padre".
A pesar de su negativa a aceptarla, Jobs nombró Lisa a una de las primeras computadoras Apple. En ese momento, afirmó que "Lisa" era simplemente un acrónimo de "Local Integrated Systems Architecture". Pero más tarde admitió que "obviamente" llevaba el nombre de la hija que se negó a reconocer.
Steve Jobs y Lisa Brennan Jobs
Muchos años después, Steve Jobs se permitió pensar, por un instante, la idea de que él podría ser el padre de Lisa. Pero en ese momento, el daño a su relación era tan extremo que tomó mucho tiempo repararlo.
“Todo lo que quería era cercanía y dulzura y que él me aliviara. Para dejarme ser la estrella, probablemente. Algo como, 'Bueno, ¿cómo estuvo tu día?' Y escuchar. Y a una edad tan joven, y tan acostumbrado a ser el centro de atención y a que todos lo adularan... él no sabía cómo estar conmigo", dijo Brennan-Jobs sobre su relación.
Debito a esto, Lisa y su padre vivieron mucha confusión, angustia e incertidumbre. Pero las cosas mejoraron antes de que falleciera de cáncer de páncreas en 2011. Los dos pasaron años reparando su relación y, finalmente, aunque había sido tacaño al compartir su fortuna todo el tiempo, Jobs dejó a su hija Lisa varios millones de dólares como parte de su herencia.
Las familias son complicadas y nadie está seguro de por qué Steve Jobs negó a su hija desde un principio. Pero al menos al final hizo las paces con ella. Lisa Brennan-Jobs publicó un libro de memorias que relata el largo viaje hacia el perdón llamado "Small Fry" (el apodo que él le había dado), en 2018.
¿Ya la conocías?