Si los seres humanos nos dedicamos a buscar las cosas que nos diferencian, vamos a encontrar muchísimas, por eso es mejor encontrar aquello que nos hace similares para ya no querer separar por sectores a todo el mundo”.
Es gracias a esta reflexión que comienza una enriquecedora plática con la brillante Regina Pavón, una joven actriz que desde hace algunos años ha formado parte de proyectos televisivos y cinematográficos relevantes en nuestro país, pero que en sus más recientes trabajos ha demostrado tener un gran talento para la interpretación.
A sus 23 años, esta elocuente artista, que comenzó sus estudios de actuación desde que tenía 15 años, ha logrado camuflarse en diversos personajes, como en Lucía Carranza de Monarca, una joven que, aunque con algunas adicciones, es madura y responsable, o como en la rebelde y divertida Zoé Solares, de Oscuro deseo. En su realidad, Regina es una mujer a la que le interesa formar parte de proyectos que abran conversaciones sobre temas trascendentales.
Por eso es que su papel en Oscuro deseo—cuya segunda temporada está en Netflix a partir del 2 de febrero— es tan relevante para Regina, ya que entre los múltiples matices que tiene, en la primera temporada su personaje comienza una exploración de sus preferencias sexuales, tema significativo para la actriz.
“Yo soy bisexual, por eso me parece tan importante la inclusión de un personaje como este, porque nunca he tenido ningún tabú con mi familia ni mala comunicación con mi mamá o mala relación, al contrario, siempre me han abierto las puertas para hablar de cualquier tema. Sé que siempre me van a amar y a aceptar como soy, entonces he tenido el camino mucho más fácil que Zoé”, comparte.
Pero definitivamente esta no es la realidad de todos. Existen infinidad de estigmas que se ligan a la orientación sexual e identidad de género y “es fundamental hablar de esos asuntos porque hay que normalizarlos. Más allá de que en cada serie haya uno o dos personajes de la comunidad LGBT+ como cuota, es importante que esa no sea la única trama o la principal. Zoé es una estudiante de medicina forense, hija de un juez y de una doctora en Derecho, su orientación sexual no es el tema protagónico; esto ayuda para que la gente, y sobre todo los niños, crezcan viendo esos referentes” añade.
Así como este tema, Regina está interesada en dar vida a personajes con la capacidad de generar un diálogo y eso tiene que ver con otro de sus recientes trabajos, la cinta Dulce obsesión, la cual estrenó recientemente en Estados Unidos a través de Pantaya y que, en poco tiempo, podremos disfrutar en nuestro país. “Es una película que hicimos Andrés Palacios, María Elisa Camargo y yo, un thriller que es más un drama familiar”, explica, y añade que su personaje tiene mucho que ver con cómo se desarrollan los conflictos al interior de lo que parece una familia perfecta y también abre la conversación sobre los problemas mentales de los que nadie quiere hablar.