La oportunidad para considerar un deseo personal como negocio se le presentó a Leticia Herrmann durante los días de confinamiento.
En ese periodo de tiempo se adentró en una investigación relacionada a la elaboración de jabones, productos para la higiene personal que le hicieron descubrir una nueva pasión.
Luego de varias pruebas y motivada por la idea de la flexibilidad que le brindaría un trabajo en casa, lanzó su marca Lavandel.
“Empecé a trabajar en el proyecto desde abril y a la fecha me ha sorprendido bastante el resultado, no pensé que el crecimiento fuera a ser tan rápido”, confesó.
Y es que los jabones que conforman su colección han encantado por su diseño y características como es la mezcla de fragancias naturales y aceites esenciales con la que se elaboran, produciendo una experiencia única en la regadera.
Todo el trabajo es manual e incluso con la alternativa de la personalización, tal como ya lo ha hecho para eventos sociales como baby shower y bodas.
Como emprendedora también quiso contribuir en el cuidado del medio ambiente por lo que ha optado por no usar derivados del petróleo ni ingredientes que provengan de la explotación de los animales.
“Una gran pasión personal ha sido rescatar perritos por eso es que no probaría en animales, se me hace cruel”, compartió Leticia quien nació en Brasil pero vive en nuestra ciudad desde hace más de 15 años.
La creatividad juega un papel importante a la hora de elegir un próximo aroma, color o estética pues toma la inspiración de lo que ve a su alrededor y le llama la atención.
Con el objetivo de fomentar el desarrollo del proyecto, introdujo al catálogo sales de baño de lavanda que proporciona una sensación de relajación y bienestar al cuerpo.
Además de unas jaboneras de mármol y cerámica, accesorios que pueden ser utilizados como decoración del baño o cualquier parte de la casa.
“Tengo jabones hidratantes y exfoliantes, es importante que uses uno natural porque te ayuda a hidratar mejor tu piel que es tu mayor órgano”, finalizó.