Por primer vez en la historia de los Juegos Olímpicos, una mujer transgénero compitió como levantadora de pesas. Se trata de Laurel Hubbard, de 43 años, originaria de Nueva Zelanda, quien participó en la competencia de 87 kilos; sin embargo, aunque no consiguió medalla y se retiró pronto, ella se siente agradecida con el apoyo recibido al hacer historia en estas Olimpiadas.
Esto sucede años después de que el Comité Olímpico Internacional (COI) creara una política para permitir la participación de atletas transgénero.
"Sé que mi participación en estos Juegos no ha estado libre de controversias, pero ha sido maravilloso", mencionó.
Antes de la transición, en 2013, la atleta participó en competencias masculinas y es una de las atletas mejor clasificadas del mundo en su categoría.
"Creo que han demostrado que el deporte es algo que todas las personas del mundo pueden hacer. Es inclusivo. Es accesible", señaló.
Además de Hubbard, en estos Juegos Olímpicos también participa Quinn, de Canadá , quien también se identifica como transgénero, y compite en la categoría de fútbol.
Laurel Hubbard participó en el levantamiento de pesas de 87 kilos; sin embargo, luego de intentar 120 kilos y dos esfuerzos fallidos con 125 kilos en el arranque, quedó fuera de la competencia.
En esta ocasión el oro lo ganó Li Wenwen, de China, logrando un récord olímpico levantando 320 kg, la medalla de plata fue para Emily Campbell, la primera mujer británica en ganar una medalla olímpica en levantamiento de pesas y el bronce se lo llevó Sarah Robles, de Estados Unidos.
Aunque la participación ha causado controversia, la COI fue la encargada de aprobar la participación de Laurel Hubbard como mujer al confirmar que sus niveles de testosterona estaban por debajo de cierto umbral, abriendo una puerta a todos los atletas transgénero que deseen participar en los próximos Juegos Olímpicos.