Laura Pausini nos cuenta todo sobre su nueva e inspiradora película

PERSONAJES

A punto de cumplir 30 años de carrera, la cantante italiana más conocida en el mundo hace una pausa, ayudada en parte por la pandemia y por lo que ahora ella reconoce en entrevista como la maravilla de no ganar.

COMPARTE ESTA NOTA
Fotografía: Giulio Rustichelli

Hay algo sobre la vida de Laura Pausini que no entendí al ver su biopic. Algo que me quedó más claro una vez que llegué al final de la cinta y también después de que platiqué con ella. Con más de 80 millones de álbumes vendidos a nivel mundial, miles de giras, una fortuna valuada en millones de dólares, dos Grammys, un Golden Globe, una nominación al Oscar y una unida familia con el productor Paolo Carta, a lo largo de la película tuve la sensación de que la italiana carga con un sentimiento de culpa por tanto éxito, por tanta felicidad. Un poco como si no se sintiera merecedora. “Demasiado afortunada”, dijo ella.

El documental ‘Un placer conocerte’, que recorre la vida de la cantante desde niña hasta el año pasado que ganó un Golden Globe y fue nominada al Óscar en la categoría de Mejor Canción Original (y que se estrenará en Prime Video el 7 de abril), muestra a dos Lauras en una reflexión que ella misma hace de la que pudo ser y la que es.

“Empecé con esta reflexión regresando de los Oscar: pensaba que estas cosas tan grandes que me pasaban eran señales de que mi carrera había conocido el punto máximo, que no existía más y que entonces todo había terminado. Sentí un vacío a mí alrededor: ya había escrito y cantado en cualquier lugar del mundo y ganado y sido nominada en todos los premios. Necesitaba algo que me diera luz y esperanza para el futuro. Pensé que la única manera de ayudarme era regresando a mis orígenes”, me dice vía Zoom desde Miami, en un perfecto español.

Para ello, hizo un viaje a la casa de su infancia, al pueblo donde nació y vivió hasta los 18 años, hasta el Festival de la Canción de San Remo, el cual ganó Chaqueta y pantalón: en 1993 y fue el inicio de su carrera.


Y me detengo en ese evento porque, aunque ella lo identifica como el festival que le cambió la vida y es al que le debe su fama, yo le cuestiono si seriamente cree que su voz y talento para componer hubieran podido pasar desapercibidos para el mundo aun sin este. Laura, que es toda ternura y bondad, se muestra en esta parte de la plática un poco más tajante para demostrar su punto.

 “Verdaderamente así lo creo. No es que no quisiera ser famosa, es que no era posible soñarlo porque nací en un pueblo pequeño en Italia, y en 1993 no había redes sociales ni internet. Yo ni siquiera sabía que existían los Grammy o los World Music Awards en Europa. Sí era muy soñadora, pero mi sueño era cantar en un piano-bar o trabajar en arquitectura, arte, diseño de habitaciones o cerámica. En este viaje que hice a mi casa de la infancia, visité mi habitación donde escribí cartas de amor y canciones, donde canté e hice muchas cosas, pero no soñé con ser famosa. Soy muy curiosa y esa es mi gran virtud. Por ese motivo me sentí muerta después del Oscar y pensaba: ‘¿No hay más después de esto?’. Yo me muero si no hay nada más. Entonces descubrí a la otra Laura, la Laura que no es famosa, y es curioso porque esta también es una forma de usar la fantasía”, me cuenta. 

De este modo se va narrando la película que, al principio, resulta un poco confusa porque, por un lado, va mostrando la vida que tiene y, por el otro, la que pudo tener de haberse quedado en su pueblo, cantando en un piano-bar y lidiando con los problemas de la renta, un hijo y tratando de encontrar maneras de llevar más clientes al bar.

En ambas vidas, eso sí, es la misma Laura “ordinaria, pero combativa”, como ella misma se define. “Soy muy ordinaria; quien me conoce desde antes lo sabe muy bien, pero también combativa porque sigo teniendo esa curiosidad. Si veo algo que me gusta, en el amor o en el trabajo, intento que sea mío y no me dejo vencer fácilmente. Creo que toda mi vida la pudiera resumir en esas palabras: ordinaria, pero combativa”, expresa. 


Además de ganar el Golden Globe y ser nominada al Oscar, la pandemia le ayudó a ahondar en esta reflexión acerca de la vida que no tuvo en estas tres décadas de carrera artística. Por primera vez conoció lo que era vivir en la misma casa y no viajar por más de una semana. Laura siempre ha querido sentirse igual a los demás e incluso le molesta el trato de artista.

“El objetivo de la vida no debe ser famoso. Puedes serlo y es una consecuencia afortunada de miles de cosas a tu alrededor, pero ¿para qué vivimos realmente? ¡Para sentirnos realizados! ¿Estás seguro de que para sentirte realizado tienes que ser famoso? Yo te digo que no, y estoy segura de eso porque estaría realizada igualmente, es mi carácter el que busca sentirse realizado”, afirma. 

Es descubrir que detrás de todos estos años, Laura Pausini sigue siendo Laura de Solarolo, el pueblo donde nació, y sigue sintiendo miedo. Para la película, la grabaron mientras veía en la tele su nominación al Oscar y, luego de alegrarse, menciona una batalla que sucede dentro de ella misma: una entre la emoción y la preocupación.

Que se sigue sintiendo vulnerable y que hay dicha en ello y no le teme, como cuando confiesa que al ganar su primer Grammy sintió una soledad terrible. En la última parte de la biopic destaca que para ella lo más importante de todo este año pasado ha sido enseñarle a su hija Paola que en la vida se gana y se pierde, porque así es la vida… aunque le menciono que por más que no quiera aceptarlo, ella ha ganado. 

“Gracias, pero creo que el ganar fue no ganar. Me gusta saber que hay cosas que no he ganado, comprendo que es difícil para una persona que no hace mi trabajo e incluso mi marido no lo entiende. Pero yo he tenido la suerte de ganar en tantos lados y son cosas que te hacen sentir sin aliento y conozco lo que significa dentro de mi alma. No ganar significa que hay mucho que me espera y yo necesito eso para vivir. ¿Qué le doy a la gente que me puso aquí? ¿La misma cosa? No, entonces estoy contenta así”, explica. 

Y tras esta reflexión vemos la última escena: el encuentro de las dos Lauras, la actual y la que se quedó en su pueblo, mirándose una a la otra y dándose un abrazo en señal de paz entre ambas, porque al final ser feliz ha sido una elección.

“El premio verdadero fue esa sabrosa y gigante hamburguesa en mi boca”, dice riendo acerca de una escena en la que aparece relajada, acompañada de su esposo, cenando en la limusina al salir de la fiesta de los Oscar: “Disfruto el premio si lo Look: gano o si no, pero lo disfruto”.

Fotografía: Giulio Rustichell

Styling: Andrea Mennella

Hair: Domenica Ricciardi

Makeup: Nicoletta Pinna



Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
  • Aracely Garza