El Kintsugi o kintsukuroi es una técnica y filosofía japonesa que se basa en reconstruir piezas rotas de cerámica con resinas mezcladas con polvo de oro y otros metales. Esta acción logra que las piezas reparadas sean únicas y más bellas, lo que promueve la idea de la restauración física y espiritual personal, en la que cada uno estamos llenos de cicatrices que nos han vuelto fuertes y nos han permitido llegar a ser lo que somos, únicos, bellos y restaurados a cada momento.
Esta visión fue la que impulsó a Ana Camarena a emprender su propio proyecto de cerámica para crear hermosas piezas de temporada y diseños personalizados.
“Yo comencé Kintsugi, que es mi taller de cerámica, en la pandemia, como hobbie actualmente yo hago todo, desde la creación, las horneadas, esmaltadas, empaque, envíos, todo… Poco a poco fui subiendo piezas y vendiendo lo que hacía, y actualmente me va muy bien”, confesó.
Fue así como desde el caos, nació un brillante proyecto que hoy se ha vuelto inspiración para quienes rodean a esta creativa diseñadora
llena de talento.
¿Cómo decidiste crear Kintsugi Cerámica?
Hace muchos años vi una imagen de estas piezas con grietas doradas e investigue más sobre el tema. Me fascinó la idea de esta filosofía y comparto que todos tenemos heridas del pasado y esas grietas preciosas nos hacen como a esas piezas.
¿Cómo empezó tu aprendizaje en la técnica?
Mientras estudiaba Diseño de Interiores y Paisajismo, tenía tiempo y siempre he sido muy energética, entonces leía sobre el tema; empecé a ver muchos cursos, tomé un curso con una amiga y de allí hice mis primeras piezas, las subí a redes y me empezaron a preguntar amigos; mi hermana me ayudó a moverlos más en redes y con recomendación de boca en boca.
¿Cómo decides qué piezas realizar?
Lanzo colecciones, por ejemplo ahora viene todo lo relacionado con navidad, y en cuento acabe, me pongo a realizar piezas para febrero, ya que es un proceso largo. Cada pieza tiene que secar tres días, para después esmaltarla o aplicar metales o efectos, que van en una tercera horneada. Una sola pieza tiene un tratamiento de diez días.
¿Cómo te ves en el futuro?
Me gustaría tener una tienda física y dar clases y talleres personalizados, para motivar a más gente a dedicarse a la cerámica y crear con su propio estilo.