Karime Guillén, emprendedora con visión por el green beauty

PERSONAJES

Redefine la industria del cuidado personal a través de la educación ambiental y la inclusión de mujeres en la ciencia.

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Karime Guillén: joven líder en biotecnología ambiental

Desarrollar soluciones innovadoras y sostenibles que impacten positivamente en el planeta es un reto para quienes ven más allá de lo convencional. Karime Guillén, con tan solo 24 años, ha logrado consolidarse como una líder en biotecnología ambiental y economía circular, destacando por su capacidad para transformar residuos orgánicos en productos de cuidado personal que no solo cuidan de las personas, sino también del medio ambiente. 

Desde su primera oportunidad de emprendimiento hasta la creación de Rearvora, Karime ha demostrado que la curiosidad y lapasión por la ciencia  pueden ser el motor de un cambio significativo. A través de Rearvora, Karime combina biotecnología y sostenibilidad para crear productos que valorizan los residuos orgánicos, redefiniendo el cuidado personal. Su enfoque en el green beauty atrae tanto a consumidores conscientes como a inversionistas interesados en modelos sostenibles. 

En entrevista, Guillén reflexiona sobre su recorrido como emprendedora joven, los retos y aprendizajes que ha enfrentado y cómo su experiencia internacional ha influido en su visión para el futuro. “Me esfuerzo por dejar una huella a través del emprendimiento y las grandes ideas de impacto. Siempre me ha apasionado la ciencia, ayudaba a mis compañeros con física y matemáticas. Aunque inicialmente quería estudiar petroquímica o química de alimentos, elegí biotecnología por su amplio potencial innovador. Ahora, quiero transformar la investigación en realidad para impactar positivamente nuestro planeta”, comentó. 

Karime Guillén, a sus 24 años, se ha establecido como una figura clave en la biotecnología ambiental y la economía circular.

Fundaste tu primera empresa a los 22 años. ¿A qué le atribuyes esa curiosidad por comenzar a construir tu carrera desde antes de terminar tus estudios?

Lo primero es esta curiosidad que mencionas. Desde pequeña, siempre he sido muy proactiva –algunos dirían que hiperactiva–, y eso me llevó a involucrarme en voluntariados y a trabajar en diferentes cosas desde joven. Aproveché esta oportunidad en la empresa porque sabía que debía poner en práctica toda la investigación que había hecho. Esa curiosidad me condujo al emprendimiento. Hay que ser curiosos desde pequeños e intentar todo. ¿Cómo vas a saber que algo te gusta si no lo intentas? Es la mejor forma de descubrir lo que te apasiona.

¿Qué te llevó a fundar Rearvora y cómo ha evolucionado tu enfoque hacia el green beauty y el uso de productos sustentables?

Rearvora nació como una respuesta a la necesidad de cubrir algunas deudas que surgieron durante el proceso de emprendimiento. Aunque el proyecto parecía prometedor en el exterior, como investigador y emprendedor, es fundamental entender de finanzas, leyes y administración. Hubo falta de dinero y, para solucionar el problema, salió la idea de hacer jabones. Sin embargo, sabía que no quería limitarme a eso. No estudié biotecnología solo para hacer jabones; mi objetivo es generar un impacto más amplio. A partir de mi conocimiento sobre el tratamiento de residuos orgánicos, decidí combinar ambas áreas. Empecé a investigar el impacto de los productos de cuidado personal y la cantidad de residuos orgánicos que generan los hoteles. Así nació Rearvora, cuyo nombre significa revalorizar tanto los residuos orgánicos como los productos que usamos a diario, desde desodorantes hasta bloqueadores y shampoos.

¿Cuál fue el primer paso para arrancar con Rearvora?

Metí el proyecto a una convocatoria de COMECYT (Consejo Mexiquense de Ciencia y Tecnología), llamada Programa de Jóvenes Emprendedores Innovadores. De todos los proyectos que envié, Rearvora fue el único seleccionado, y en ese momento supe que tenía potencial. Allí conocí a Roberto James, uno de los primeros mentores que creyó en el proyecto. Él me orientó para investigar el mercado y, posteriormente, me presentó a otra mentora, Leticia Telleria. Trabajé con ambos durante mucho tiempo. El proyecto ha contado con el apoyo de amigos emprendedores, mentores y empresarios que han visto el potencial de Rearvora. Aunque soy la fundadora, el éxito es gracias a la ayuda de todos ellos.

¿Cómo eliges los residuos orgánicos para tus productos?

Utilizo residuos como cáscaras de naranja, mango, pepino, limón, plátano, papaya, lavanda, rosas y aceite de cocina usado. Empecé con los residuos generados en casa, ya que cada persona produce aproximadamente 4.4 kg de residuos orgánicos al día. Luego, amigos, conocidos y vecinos comenzaron a colaborar, y más tarde me acerqué a empresas para recolectar sus residuos. Ofrezco un servicio de recolección, mientras que ellos cubren el transporte. Luego, limpio los residuos y los transformo para usarlos en nuestros productos. 

Karime valora la pasión, la perseverancia y el compromiso en su equipo

¿Cuál es el proceso completo desde que recolectas el residuo orgánico y lo transformas a un producto de cuidado personal?

Después de recolectar los residuos orgánicos, los deshidrato para evitar problemas de humedad y hongos, aunque en algunos casos las propiedades de los residuos pueden ayudar a su conservación. Los pongo al sol y, una vez deshidratados, los transformo en productos. A menudo pido residuos en cualquier lugar que visito, como limones en taquerías, que luego utilizo para hacer productos. 

¿En qué momento supiste que Rearvora estaba listo para atraer inversiones más grandes?

Al principio, algunos familiares hacían comentarios despectivos sobre vender jabones. Sin embargo, el proyecto ha crecido significativamente y ha despertado un gran interés en el mercado. Hoteles grandes y resorts en Cancún, Puerto Vallarta y Mérida están interesados en nuestros productos. Con el equipo y la capacidad de producción actuales, no puedo satisfacer toda la demanda, por lo que busco inversores para financiar la expansión necesaria.

¿Cómo convenciste a los primeros inversionistas de que Rearvora era rentable?

Detrás del proyecto hay mucho trabajo y organización que a menudo no se ve. Mi mentor, Baruch Beltrán, me ayuda con la parte administrativa, operativa y los números. Su apoyo es crucial para tener una estructura bien definida y demostrar a los inversionistas que el proyecto es viable en términos de ventas y que tiene un futuro claro en el mercado.

¿Cómo te sientes de contar con tu propia empresa y construir tu carrera a tan temprana edad?

Me siento muy orgullosa, aunque a veces parece un sueño en lugar de una realidad. Esto me motiva a seguir adelante. Es un honor ser un ejemplo para otros; por ejemplo, la persona que nos ayuda con la limpieza en casa también ha comenzado a emprender y está aprendiendo sobre ventas y negocios en distintos lugares del país. Me encanta ver el impacto que estoy teniendo en las personas. En mis conferencias, suelo decir que en la vida enfrentamos un 99% de rechazos y solo un 1% de respuestas afirmativas. Siempre debemos buscar ese “sí” porque los resultados serán excelentes. No solo se trata de premios o reconocimientos, sino del aprendizaje y la experiencia. Para mí, el emprendimiento es todo el camino recorrido y el apoyo recibido.

¿Cuál es la mejor manera de educar al consumidor sobre la importancia de elegir productos de economía circular?

Lo primero es que los consumidores conozcan y prueben nuestros productos. Las conferencias que doy son una excelente manera de acercar a la gente a lo que hacemos. Sin embargo, se necesita mucho trabajo por parte de las empresas para dar a conocer estos productos, renovar sus propuestas y avanzar hacia opciones de economía circular. Si el consumidor no está al tanto de alternativas sustentables, seguirá eligiendo productos que tienen un impacto negativo. Los líderes de la industria deben ayudar a difundir estas opciones al público general. Además, es crucial educar a los consumidores sobre el medio ambiente. Mi objetivo al dar conferencias en escuelas es enseñar a los niños desde pequeños a identificar problemas y actuar de manera responsable. 

Mirando hacia el futuro, Guillén planea expandir Rearvora a Europa

¿Cómo reacciona tu círculo cercano ante tu trabajo y has enfrentado resistencia de consumidores a prácticas sostenibles?

Mi familia ha sido un gran apoyo. Emprender puede ser un camino solitario, donde muchos no entienden lo que haces o te dicen que te rindas y busques un trabajo convencional. Siempre habrá críticas, pero el apoyo familiar es una fuente constante de inspiración. A veces, siento que mi sueño se está desvaneciendo o quiero rendirme, pero son estas personas las que me recuerdan por qué empecé y la importancia de mi propósito.

¿Qué cualidades valoras más en las personas que se unen a tu equipo, y cómo aseguras que compartan la misión y visión de Rearvora?

En Rearvora tenemos tres valores principales. Primero, dejamos huella, pero no dejamos huella; contamos con personas conscientes de que hay que hacer algo por el planeta. No pedimos que seas un experto en medio ambiente, pero sí que reconozcas la importancia de actuar. En segundo lugar, fomentamos la innovación tecnológica. Queremos que toda investigación se transforme en avances concretos y que se haga realidad lo que se sueña. Por último, valoramos la pasión, la perseverancia y el compromiso. Si te enfocas en lo que realmente te apasiona, el trabajo será más gratificante y lograrás alcanzar mayores metas.

¿Qué desafíos enfrentan las mujeres al incursionar en estos campos, y qué acciones crees que son necesarias para fomentar una mayor inclusión y equidad?

El hecho de que las mujeres tengan una profesión era muy complicado en el pasado, y hablar de que trabajaran en ciencia era aún más difícil. Aún persisten estigmas que sugieren que las mujeres no pueden dedicarse a la ciencia. Sin embargo, existen ejemplos que desmienten esta idea, siendo Marie Curie uno de los más destacados. En nuestra consultora, nos enfocamos en dar charlas a niñas sobre este tema, para mostrarles cómo pueden involucrarse y ser parte de la ciencia. Lo más importante es transmitirles desde temprana edad que tienen el potencial para formar parte de este campo. 

¿Cómo enriquecen o aportan los viajes y las oportunidades de presentar tus proyectos en Europa y otros países fuera de México?

Me han ayudado mucho a ampliar mi perspectiva sobre lo que podemos hacer en México, lo que ya existe en otros países y lo que también tenemos aquí, pero que aún necesita apoyo. Además, he aprendido lo que se busca en el extranjero. Estas experiencias me han permitido conocer a personas que me han apoyado. Siempre reciben a nuestro país con una gran sonrisa y un cálido abrazo, y esto me ha fascinado porque tienen una visión muy especial de nuestro país y de lo que podemos lograr aquí. Viajar sola por Europa, empezando en Alemania, me ha ayudado a comprender mejor mis objetivos y mi propósito, desde fundar Rearvora hasta trabajar en la consultora y ser conferencista.

¿Qué planes tienes para Rearvora a nivel internacional?

Nuestro plan es empezar a vender y comercializar ciertos productos, comenzando por cumplir con los trámites necesarios en cada región. La idea es que los productos se puedan vender en otras áreas, como tiendas y hoteles, y más adelante abrir sucursales, principalmente en Alemania, Suiza e Italia.

¿Cómo podemos apoyar el proyecto?

Lo principal es adquirir nuestros productos, compartirlos, y sobre todo, entender que el enfoque de Rearvora no es solo vender un jabón, un champú o un desodorante. La idea es que comprendan el concepto y generen conciencia sobre lo que se puede hacer con los residuos orgánicos. Una frase que usamos internamente es: “Si te preocupas por lo que comes, ¿por qué no te preocupas por lo que te pones?”. Queremos crear conciencia sobre el hecho de que ese desodorante que usas diariamente puede estar generando problemas de salud por los químicos que contiene. 


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