El amor por México, su campo y tradiciones, ha marcado la vida de Julio Uribe, un empresario entregado a enaltecer la cultura nacional. Este deseo lo llevó a rescatar la histórica Hacienda Zotoluca, en Hidalgo, en 2015, y a convertirla en un exclusivo hotel boutique.
Pronto esto evolucionó en HZ, su propia marca de productos y estilo de vida, en la cual conviven diseño, técnicas artesanales y calidad internacional.
“La colección Fiestas Patrias es una edición especial pensada en el campo y en la Época del Cine de Oro mexicano”, nos cuenta el ganadero.
“Nos inspiramos en un México muy clásico. Buscamos proyectar un poco de lo que queremos ver: un México elegante, con categoría y dignidad”, añade. La colección, ya disponible en su showroom, incluye faldas camperas diseñadas por Stef Uribe, pachuqueñas, sobrecamisas y bolsas de cuero, entre otras piezas.
La hechura, por su parte, corre a cuenta de artesanos mexicanos, generando un impacto positivo en la comunidad.
Háblanos de las piezas de la colección.
Para las mujeres tenemos las faldas camperas, que ya es para nosotros un icono dentro de la marca, que están diseñadas por mi hermana y confeccionadas por un taller de mujeres que son madres solteras y que nos ayudan a hacer posible estas preciosas faldas.
Para hombre tenemos una colección de pachuqueñas, que son las camisas charras con botones que se llaman tarugos, que están hechos de hueso o de plástico, dependiendo del cliente. También tenemos una serie de sobrecamisas que están hechas de textiles como algodón con un poquito de poliéster, pero muy finos, ingleses, y adicionados con accesorios en gamuza troquelada.
Julio, siempre has sido un apasionado de México…
México es maravilloso y me ha tocado vivir una faceta muy bonita del país, que es el campo. Rodeado de animales, de gente de trabajo, donde se generan y se conservan muchas tradiciones como el montar a caballo, el hacer faenas camperas, como desparasitar al ganado, curarlos y herrarlos.
Vengo de una familia muy mexicana. Mi familia paterna ha estado desde hace cinco generaciones en el mundo de las haciendas, entre otros grandes hombres y mujeres de mi familia que han sido gente de a caballo. Agricultores y ganaderos que han sabido salir adelante y sacar también adelante a las comunidades con las que trabajan. Eso para mí es inspiración pura, seguir con un legado familiar y seguir aportando cultura y tradiciones a mi país.
¿Cómo vemos tu amor por México en esta colección?
En primer lugar, que es un trabajo en familia, donde mi hermana me ayuda a diseñar las piezas para mujeres y donde los dos buscamos proyectar a través de la ropa un poco de lo que queremos ver: un México on elegancia, con categoría, dignidad y enalteciendo a la mujer mexicana, dándole esa belleza, esa alegría y ese toque muy auténtico.
Por supuesto, también, vistiendo al hombre, utilizando las prendas que a lo mejor hemos perdido a través del tiempo. Ese México que todos añoramos, de una etapa muy bonita, de campo y de grandeza cultural.
¿Cómo contribuyes a México con esta colección?
Principalmente contribuimos al generar empleos. Actualmente tenemos activados seis talleres de confección y también de manufactura por la colección de interiorismo.
Por otro lado, también buscamos generar esa proyección cultural a nivel mundial, ya que nuestros puntos de venta, dentro del hotel Four Seasons, la tienda en la colonia Cuauhtémoc, en la Ciudad de México, y en la hacienda, suelen ser visitados por gente que viene del extranjero. Así nosotros de alguna manera aportamos a esa imagen y esa proyección de nuestro país y de nuestra cultura.
¿Cómo fue el proceso de hacer esta colección?
Lo teníamos todo muy claro: hacer una colección que tuviera muy presente los colores de la bandera, verde, blanco y rojo, y resaltar también los estampados florales, pero muy elegantes.
Por ello nos fuimos por tonos muy neutros, tonos tierra, usando ocres y colores vino y verde olivo. Creo que de alguna forma lo que nos inspiró fue tener muy presente y muy en mente un México muy clásico. Nuestro showroom está más mexicano que nunca.
Platícanos de tu nuevo proyecto: la Hacienda de San Antonio Ometusco
Es algo que me ilusiona mucho y que me llena de vitalidad. A la Hacienda de San Antonio Ometusco la conocen como la reina de las haciendas pulqueras. Para mí siempre fue una referencia histórica, cultural, de arquitectura, sobre todo de liderazgo, ya que perteneció a don Ignacio Torres Adalid, que fue el rey del pulque.
Fue un hombre emblemático e importantísimo para México y para toda la región, sobre todo para la industria pulquera. Es de esos grandes ídolos que México tuvo, de esos grandes genios que impulsó al país progresista y que tuvo un cariño muy especial por el desarrollo del país.
La oportunidad de tenerla bajo nuestra custodia fue posible gracias al trabajo de casi 10 años en la Hacienda Zotoluca, picando piedra, encargándonos de cada detalle.
Ahora lo que hay que hacer es rescatarla, ya que está en ruinas, hay que hacer un proceso de restauración muy importante. No sé cuándo podremos abrir el público, pero créanme que estamos poniendo todo nuestro esfuerzo y todo nuestro empeño para que sea lo más pronto posible. Estamos muy emocionados, pero también muy conscientes, de la responsabilidad que cae en nuestras manos al intervenir un lugar como este, con tanta historia y con tanta riqueza.