Cuando Juan Diego Covarrubias decidió dejar su natal Guadalajara para trasladarse a la Ciudad de México, era solo un jovencito lleno de sueños.
Con solo 22 años, abandonó los estudios de Arquitectura y las comodidades del hogar familiar, e hizo maletas, con la firme idea de convertirse en actor.
Fue así como, sin experiencia ni contactos en el medio, pero con enorme determinación, entró al Centro de Educación Artística de Televisa, y más tarde consiguió un primer papel en la telenovela Atrévete a soñar, en 2009.
Desde entonces se ha mantenido en pantalla con un proyecto distinto cada año, aunque sin olvidar cuando grabó aquella primera escena.
“Desde el primer momento me enamoré de los sets, de la actuación, los reflectores, las cámaras y hasta del movimiento de los cables... Todo significó muchísimo para mí, y poder convertirme en otra persona en cada proyecto, me hizo pensar que quería dedicarme a esto para siempre”, nos comenta Juan Diego.
“Me siento más que afortunado y orgulloso de que soy una persona que no quita el dedo del renglón y siempre está buscando qué más hacer. Al principio mis padres no me apoyaron, dijeron que era una locura y me pedían regresar con ellos. Llegué a esta ciudad sin un peso y, aunque de entrada me las vi negras, he demostrado que esta carrera es mi pasión. También he construido una familia hermosa, así que puedo decir que fue la decisión correcta”, agrega.
De telenovela
Su enorme compromiso con la profesión lo ha llevado a protagonizar una decena de proyectos; sin embargo, Juan Diego nunca ha aspirado a convertirse en el típico galán de telenovela.
“Honestamente, nunca lo pensé. Siempre me gustó estar en el coro o en las obras de teatro del colegio, me gustaba modelar, me atraían las cámaras y todo ese tema, pero jamás soñé con ser galán de televisión. Ni considero que actualmente lo sea. Solo trabajo en lo que me gusta y me siento orgulloso de que todo lo que tengo, se debe a mi esfuerzo y a que he buscado superarme cada día. Nada más”, nos comenta.
Y aunque para muchos el melodrama ya ha pasado de moda, el actor asegura que es un género que todavía tiene mucho que ofrecer.
“Es una industria que evidentemente ha evolucionado. No podíamos quedarnos estancados en la forma de hacer las cosas, porque la gente siempre buscará nuevas formas de entretenerse, pero el tono de las telenovelas mexicanas es único, tanto así que ha sido replicado en otras partes del mundo... Creo que pueden llegar a ser aspiracionales para el público y también brindan esas ganas de soñar, de enamorarse otra vez, de reír un rato o de enojarse con algún personaje. Y al final esa es nuestra misión: divertir a la gente... Por mí que haya muchísimas más series, películas o telenovelas. Eso será mejor para todos, porque significa que va a haber mucho más trabajo por más tiempo”, afirma Juan Diego.
Una mejor persona
Pero fuera de la pantalla es donde Juan Diego realmente vive una historia de telenovela. Hace casi tres años se casó con la actriz Renata Haro, con quien tiene dos hijas: Renata, de tres años; y Micaela, de uno y medio.
Juntos aguardan a Camila, quien se espera llegue al mundo el próximo 8 de julio.
“Para mí ha sido algo soñado. Siempre supe que quería ser papá, nunca fue un secreto, y no solo papá, sino ser esposo y tener una compañera con la cual pudiera hacer equipo, amar y que me amara... Entonces, hoy que lo tengo, ni siquiera puedo explicar la emoción que me da. Es una sensación que, solo cuando estás ahí, puedes comprender, pues te transforma en lo más profundo”, dice.
Esta serie de cambios comenzó con la llegada de su primogénita. “De alguna manera, todos los padres pensamos que vamos a enseñarle a nuestros hijos cómo hacer las cosas, y no es cierto. Ellos son los que vienen a enseñarnos, en muchos aspectos. En mi caso, yo me hice muchísimo más sensible. Siempre lo fui, sin embargo, ahora con mis hijas y mi esposa, todos los días agradezco, pues me considero muy afortunado de poder compartir mi vida con la de ellas... Estoy seguro de que me han hecho muchísimo mejor persona, aparte de que me han vuelto el hombre más feliz del universo... Y yo por mi familia lo doy todo, porque ellas son quienes me han mantenido al pie del cañón, son mi fortaleza, mis pilares y mi motor”, nos compartió.
Según nos cuenta, la paternidad es una experiencia que repetiría mil veces, pese a quienes critican a las familias numerosas o el hecho de tener hijos en estos tiempos tan convulsos que vive la humanidad.
“Definitivamente el mundo cada vez está más loco, pero yo me acuerdo que mi papá decía lo mismo cuando yo era chico. No es que ahorita el mundo ya se volvió loco y se va a poner peor... Sí es complicadísimo, si la economía cada vez está peor, si la inseguridad, sí el agua, o sea, todo va mal. Pero ¡híjole!, ver a tus hijas sonreír y verlas felices, te llena de una satisfacción y de una energía incomprensible. Automáticamente se te recargan las pilas para seguirle fregando, luchando por salir adelante y trabajando por dejarles una vida mejor”, expresa.
Solo existe el ahora
Aún así, admite que la paternidad no está hecha para todas las personas. “El amor y el respeto que se le debe tener a los hijos es muy grande. Si usted no lo tiene, no lo haga. Si usted quiere tener hijos nada más por no estar solo, tampoco. No, porque se requiere de un verdadero compromiso, de muchísimo tiempo, de mucho dinero invertido y de noches sin dormir... Creo que yo no he vuelto a dormir más de cinco horas desde que nació mi hija Renata, pero ando feliz todo desvelado”, comenta entre risas.
Y continúa: “Sí, definitivamente todo está mal. Sin embargo, no por eso voy a dejar de cumplir mis sueños. A lo mejor es muy egoísta de mi parte, pero, mientras nadie me asegure que voy a reencarnar o a volver a vivir todo esto, para mí solo existe el ahora...Entonces, por eso estoy convencido de que hoy es el mero día en el que tienes que llevar a cabo las cosas que te hacen sentir feliz, las que crees que son correctas y las que te pueden servir para evolucionar o ayudar a alguien. Para mí no hay un mañana, porque nunca se tiene algo seguro, así que he decidido ser feliz hoy... Ya si despierto el día de mañana, mañana también voy a volver a ser feliz y a seguir haciendo lo que a mí me guste”, concluyó.
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