La crisis global a causa de la recesión que se vive en medio de la pandemia, afectó de manera laboral y emocional al tapatío experto en arte, José Noé Suro, director de la importante fábrica de cerámica que lleva su nombre.
Durante los meses de abril y mayo, su industria permaneció cerrada, mientras que de manera paralela, se encontraba en pleno montaje de un nuevo taller y realizaba proyectos de exportación.
Además, el pintor José Reyes Ríos Hermosillo, artista que trabajó durante muchos años con la familia Suro y era jefe del taller de decorado, lamentablemente falleció de Covid-19, dejando un lugar importantísimo dentro de la empresa y la familia.
A manera de homenaje y con muchos ánimos de seguir adelante, Suro retomó actividades y nos cuenta la actualidad de su fábrica, los proyectos que tiene en puerta y cómo, a pesar de la adversidad, la generación de empleos, la sangre joven en la manufactura y el amor al arte, lo mantienen de pie.
En sus palabras
¿Cuál es la situación actual de Cerámica Suro bajo tu perspectiva?
Desde hace unos años cambió la historia de la fábrica y lo que hacemos, de lo que era en Tlaquepaque, que era un taller de cerámica tradicional, decorativa y vajillas, migramos a hacer azulejos y proyectos muy grandes con artistas, museos, fundaciones y gobiernos, y eso es lo que estamos haciendo ahora.
Es un espacio muy sui géneris porque normalmente una fábrica de cerámica hace un tipo de producto, hace vajillas, azulejos o lavabos y nosotros hacemos de todo, entonces nos permite, en momentos de crisis o complicados, movernos a donde hay trabajo, y ahora estamos haciendo mucho proyectos de arte contemporáneo y arquitectura.
Cuéntame sobre el rescate de técnicas de producción
Durante 7 años estuve viajando a Europa a ver fábricas que estaban cerrando, y nos traíamos parte de las maquinarias. Vamos a rescatar procesos que se hacían en los 50s, 60s y70s, y haremos azulejos como ya nadie los hace. Nos tomó años armar este espacio, realizamos una arqueología industrial porque son maquinas viejas, sin manuales ni instructivos, entonces nosotros hicimos los propios y fue un proceso que me hizo muy feliz.
¿Qué otros cambios vienen en este nuevo espacio?
Vamos a mudar parte de la producción tradicional y azulejos a un show room para arte contemporáneo, así como estudios para los artistas y el área de decorado y trabajos a mano. Estos cambios se dan por el tipo de clientes que tenemos, ellos buscan hacer cosas que no encuentras en una tienda. Nuestro negocio siempre ha sido sobre diseño y esto nos permite hacer dos cosas, hacerlo bien y más rápido.
Al visitar la fábrica se puede ver mucho talento joven. ¿Cómo llegan a integrarse a tu equipo de trabajo?
Eso es algo que ha cambiado en la fábrica, es curioso que lo que hacemos le llama la atención a los jóvenes y nos ha modificado el perfil del trabajador. La mayoría son diseñadores e ingenieros industriales que quieren trabajar aquí porque les ilusiona, les gusta y buscan compartir tiempo con artistas. Son gente con muchas ideas, que propone, ¡y a mí me encanta! porque el espacio está en constante movimiento y evolución.
“Pasamos de ser un taller a ser una fábrica pero el proceso seguirá siendo artesanal, nos convertimos en un tallersote”.
- José Noé Suro –