José Alberto Herrera pasó gran parte de su vida en un grupo de empresas familiares del sector químico. Sin embargo, había un deseo más profundo que lo atraía, algo que realmente deseaba perseguir.
José, sabemos que la cocina ha sido más que una profesión para ti, es algo fundamental de tu vida. ¿Cómo lograste transformar esta pasión en un verdadero estilo de vida?
Soy un apasionado de la cocina, para mí, es más vivir para comer que comer para vivir. Esta es una actividad que me desconecta por completo, puedo pasar horas haciéndolo sin pensar en nada más y eso justamente es lo que genera una paz interior.
¿Hubo algún momento decisivo que te llevó a adentrarte en la creación de contenido culinario?
Más que un impulso, llegó un momento en el que decidí dedicarme por completo a algo que realmente me apasionara. Hace unos años, me retiré del grupo familiar sin tener claro qué camino tomaría, pero con la certeza de que estaría vinculado a la cocina, mi verdadera pasión.
Fue entonces cuando comencé a explorar diferentes opciones, y la primera fue la creación de contenido digital, entre otras iniciativas relacionadas con el mundo culinario.
Navegar en el mundo digital puede ser desafiante. ¿Cómo fue tu experiencia al encontrar tu rumbo en las redes sociales?
Antes de comenzar a crear contenido, hablé con directivos de agencias de publicidad. Uno de ellos me dijo que ya iba tarde, que la ‘ola’ había pasado, y que si quería destacar, debía enfocarme en lo que el público quería escuchar. Sin embargo, decidí hacer lo contrario: ser auténtico y no crear contenido para complacer a un grupo específico.
Empecé a compartir mi estilo de vida en torno a la comida y el vino, siguiendo una filosofía simple: ‘El que quiera seguirme, que lo haga, y el que no, pues no’. Afortunadamente, encontré una comunidad que comparte mis gustos y así empecé a crecer en redes sociales.
¿De qué manera consideras que esto te ha beneficiado, llevándote a generar colaboraciones?
Considero que las redes sociales me han permitido compartir mi pasión por la cocina con una comunidad que comparte ese mismo interés. Gracias a esto, empresas del sector gastronómico, desde alimentos y bebidas, hasta equipos de cocina, han notado mi trabajo y me han buscado para colaborar en la promoción de sus marcas.
¿Cuáles consideras que son los elementos esenciales para crear materiales gastronómicos efectivos?
De alguna manera, padezco de TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo), lo que me lleva a prestar una atención meticulosa a los detalles. Me apasiona la estética, el orden y la simetría, y admiro la belleza en todas sus formas. Esto se refleja en el cuidado que pongo en los aspectos visuales de mis platillos, que tomo en cuenta como esenciales.
También me fascina la complejidad de lo que parece simple; por eso, el minimalismo me atrae tanto, ya que representa la abstracción de lo complejo y eleva la estética a un nivel superior, desde mi perspectiva. No quiero desviarme del tema, pero creo que esta reflexión ayuda a entender mejor mi contenido.
¿Cómo eliges qué platillo compartir y grabar para tu audiencia una vez que tienes definido tu estilo?
Mi proceso de creación se basa en la espontaneidad; a menudo cocino lo que se me antoja en el momento. Me inspiro en lo que veo en diversos medios, pero lo más importante es seguir mis deseos culinarios. Además, recibo sugerencias de mis seguidores sobre platillos que les gustaría ver, y anoto aquellos que me atraen para futuros videos.
¿Hay alguna plataforma que consideres fundamental para tu crecimiento?
Es interesante cómo se gestionan las distintas plataformas. En mi caso, Instagram ha sido la más efectiva, brindándome un alto nivel de engagement y crecimiento orgánico.
También he comenzado a crear contenido en TikTok y Facebook, donde aunque el alcance ha sido más gradual, estoy logrando consolidar una presencia significativa. Ambas plataformas están ofreciendo un espacio progresivo para ampliar mi visibilidad y conectar con una audiencia más diversa.
¿Cuáles crees que serán tus próximos pasos o desafíos en este emocionante viaje?
Mis planes incluyen seguir ampliando mi contenido en redes sociales, trabajar en un segundo recetario que lanzaré pronto, ofrecer clases de cocina, desarrollar menús y platillos para la industria, y empezar a crear contenido más extenso para YouTube.
¿Cuál es el mensaje que más te gusta transmitir mientras preparas tus platillos?
Me gusta transmitir el ‘sentido de propósito’ de mi marca personal, que es ‘Unir a las familias y amigos a través de la comida’. Mi objetivo es ofrecerte excusas para lograrlo.
Tu contenido se distingue por su falta de narración. ¿Cómo llegaste a la conclusión de que este enfoque sería fundamental para tu crecimiento continuo?
Al igual que el burro que tocó la flauta, sin querer, no me siento del todo cómodo hablando frente a la cámara. Por eso, decidí evitar la narración.
Me doy cuenta de que debo esforzarme más para transmitir mi personalidad al hablar; si no me siento auténtico, prefiero no publicar nada. Me encantaría poder comunicar mi pasión en mis videos de la misma manera en que lo hago en persona.
La pasión es el motor de esta conversación. ¿Qué consejo le darías a las nuevas generaciones para que descubran y sigan sus propias pasiones?
Una certeza que puedo compartir con las nuevas generaciones es que seguir tu pasión te llevará a ser la persona más feliz del mundo. Sin embargo, para lograr el éxito o como algunos lo llaman, la suerte, se requieren al menos 15 años de arduo trabajo, constancia, perseverancia y determinación.
Por mucho que ames lo que haces, si deseas destacar, necesitarás una dedicación profunda. Algunos jóvenes creen que las cosas han cambiado y que ahora se puede trabajar desde casa, menos horas y aún así construir grandes negocios.
Si bien es cierto que algunas dinámicas han evolucionado, lo que nunca cambia es que, para alcanzar el éxito en cualquier ámbito, se necesita disciplina y una tenacidad inquebrantable.
Ya para concluir, se puede decir que la comida es una experiencia única. ¿Cómo crees que se refleja el éxito de un platillo?
Se manifiesta cuando logras estimular todos los sentidos de tus comensales: la vista, el olfato, el gusto, el tacto e incluso el oído. Desde la presentación visual, hasta el aroma, el sabor, la temperatura y la textura, cada aspecto cuenta. Y no olvides cómo suena al ser degustado. Si logras despertar todas estas sensaciones, habrás alcanzado un éxito rotundo.