La carrera profesional de Jesús Zavala comenzó cuando apenas era un niño de nueve años. Siempre atraído por los reflectores, la mayor parte de su vida ha transcurrido entre foros, rodajes y escenarios teatrales.
Es por eso que, a sus 32 años, es uno de los jóvenes veteranos que sobresalen de su generación, gracias a proyectos en plataformas como Club de Cuervos, La balada de Hugo Sánchez y Búnker.
En cine ha participado en cintas como Cabeza de Buda, Malaventura, Obediencia perfecta, La boda de Valentina, Dime cuándo tú, Quiero tu vida y, recientemente, Familia nacional, película de Marcelo Tobar que llegó a los cines este 22 de febrero.
Acostumbrado a cambiar de rostro, Jesús no ve la actuación como una profesión demandante, sino como un auténtico gozo.
“Llevo 22 años trabajando en esto y sé perfectamente qué se debe hacer cuando dicen ‘corte’. Creo que los problemas de trabajo, del personaje o de la producción, hay que dejarlos en el set o en el camerino, para volver con más ganas al día siguiente. Siento que es necesario desconectar y, claro, seguir chambeando en el papel, pero sin llevarlo al espacio personal, para realmente poder disfrutarlo... Yo soy un Jesús a la hora de filmar y otro cuando regreso a casa, desconecto y pido comida para ver una película o estar con mis amigos, pues el secreto está en saber separar las cosas”, nos dice.
Esto le ha permitido interpretar situaciones tan difíciles como las que veremos en Cada minuto cuenta, una nueva serie que está por estrenarse en Prime Video y en la que se narra lo sucedido luego del sismo de 1985 en la Ciudad de México.
“Sí te contagias emocionalmente de muchas cosas, de ahí la importancia de que tu casa sea un espacio seguro, así como tu familia y tus amigos... Para mí es una manera de soltar lo que me afecta emocionalmente y disfrutar de esto. Pero eso es lo maravilloso de mi trabajo, que por más que tenga una rutina en la que llegas, te arreglas, te cambias, estudias tus escenas y filmas, nunca es lo mismo. Siempre hay un personaje, una temática o un equipo distinto que te permite jugar con otras emociones”, asegura.
La magia del teatro
Eso también ha quedado de manifiesto en los escenarios teatrales, en los que Jesús ha brillado en musicales como Hoy no me puedo levantar (donde interpretó el papel de Colate en sus temporadas de 2017 y 2020), y a los que ahora regresa con el montaje Siete veces adiós.
“Es increíble la magia que tiene el teatro y cómo cada persona que está ahí sentada te entrega algo diferente... Cada fin de semana, en cada función, es algo irreal lo que sucede, y yo disfruto mucho hacer teatro justo por eso, por estar alerta y consciente de la reacción de las personas al instante. Porque tú haces una película o una serie y hasta un año después, que ya ni te acuerdas de cómo iba la historia cronológicamente, ves las reacciones. En cambio, cuando estás frente al público, sucede algo totalmente distinto y, en el caso de Siete veces adiós, es un mar de emociones, una montaña rusa que te permite escuchar a la gente reaccionar, llorar y hasta respirar al mismo tiempo... es algo mágico, pues hay personas que la han visto más de seis veces y siguen llorando”, comparte.
Entre tanto proyecto, Jesús asegura que no solo él, sino toda la industria del entretenimiento, están atravesando por uno de sus mejores momentos.
“Cuando inicié en esto, se podría decir que era un mundo completamente distinto. Entonces en el cine no había más de cinco películas nacionales al año en cartelera y escuchábamos que los teatros iban cerrando, como el Pedregal, que era uno que se usaba bastante, pero lo tiraron para construir una torre de departamentos... Por eso creo que, hoy por hoy, estamos viviendo una nueva época dorada en general en el cine, las plataformas y hasta en la televisión abierta, y eso se ve reflejado en la cantidad tan grande y variada de contenidos que tenemos”, afirma.
“Obviamente la parte más vulnerable siempre ha sido el teatro, pero a raíz de la aparición de nuevas propuestas interesantes, con una temática diferente, se abrió la puerta a un público distinto que sigue asistiendo y ha mantenido algunas obras incluso durante años... Vemos el teatro Insurgentes con entradas agotadas cada fin de semana con musicales y grandes producciones, así que creo que ahora solo falta llevar toda esa visión fuera de la Ciudad de México y trabajar para que, principalmente los jóvenes, vivan el teatro y sepan que nada se compara con la experiencia de estar con actores en vivo contándote una historia”, agrega.
Y sobre el papel que juegan las redes sociales actualmente en la carrera de los actores, Jesús dice tener absoluta claridad.
“A mí no me ha pasado, pero sé de muchos compañeros a quienes les han preguntado en los castings cuántos followers tienen, y no lo entiendo, pues creo que un número en Instagram no tiene nada que ver con el talento... También está el lado padre de conectarte con la gente o seguir a la persona que admiras. Yo sigo a actores que respeto muchísimo y ver de vez en cuando cómo es su vida, me resulta muy interesante. Sin embargo, a mí me gusta poner un alto con todo eso, principalmente porque soy muy aburrido. Admiro a los creadores que suben varias cosas al día en diferentes momentos, pero yo no podría, sencillamente porque no sé crear ese tipo de contenido... Yo subo mis tacos cuando como, nada más”, concluyó entre risas.
Fotografía: @eduardoramos
Stylist: SALVADOR RAMÍREZ @sir.styling
Makeup: Alexis Rodríguez @aleromua