Como una seguidora de la obra de Guillermo Arriaga, aunque debo confesar que me he rezagado en la lectura de su última novela, me da mucha emoción compartir esta plática con el premiado escritor, que en estos momentos debería de estar viajando por todo el mundo en una gira para hablar de su novela Salvar el fuego, Premio Alfaguara 2020, y que por la pandemia la ha tenido que hacer por Zoom.
Sin embargo, aunque este año ganó el premio, es otro tema el que nos atañe en este artículo. Son los 20 años de Amores perros, su obra más conocida, la que Alejandro González Iñárritu dirigió y que fue protagonizada por actores como Gael García y Adriana Barraza.
La historia que lo lanzó al estrellato internacional, que lo situó en las listas de los mejores escritores, que le abrió las puertas a México en Hollywood y que detonó una auténtica revolución que disparó la producción nacional de cine. México, además, tenía décadas de no competir en la categoría de Mejor Película Extranjera en el Oscar. Hay un antes y un después en la historia del cine mexicano.
La película fue vista por más de tres millones de personas en el país, algo inaudito para el 2000, consiguió más de 50 premios y marcó el inicio no solo de la carrera de Guillermo, sino de muchos otros. Pero, por más cifras y récords que mencionemos, lo mejor que hizo esta producción fue introducir la posibilidad.
Amores perros demostró que sí es viable contar grandes historias situadas en México, con su gente común y corriente, y en el ir y venir de una ciudad tan caótica como puede llegar a serlo la Ciudad de México con sus millones de habitantes. Y es que Amores perros es Guillermo Arriaga. Es su niñez y adolescencia en la Unidad Modelo, en Iztapalapa, es el accidente de auto en 1985 que lo hizo obsesionarse por las diferentes estructuras de tiempos que vemos en la obra, es las clases sociales que vio de niño en su colonia, donde sus vecinos iban a escuelas públicas, mientras él iba a una privada.
Es su obsesión por los amores prohibidos y es esa infección en el corazón que lo postró en cama por tres meses, cuando se entrenaba para competir en box y le devolvió el ímpetu de escribir. Y de ahí nunca se detuvo.
¿Cómo vas a celebrar el aniversario de Amores perros?
Aquí, en medio de la pandemia , me dio muchísimo gusto saber que mis hijos fueron a ver la película al cine. Mariana por su cuenta y Santiago por la suya. Eso me da una gran alegría; qué mejor forma de celebrar que tus hijos vean en la pantalla grande la película que vieron filmar cuando eran niños.
Son dos décadas que hacen que si vemos la película hoy, nos salten cosas como la ropa o los coches que ya sentimos anticuados. Lo que no sentimos como viejo es la división de clases, la injusticia, el crimen, que incluso podemos sentir aún más vigente. El México que te inspiró para Amores perros, ¿sigue ahí? ¿Ha cambiado algo o evolucionado?
México ha cambiado, desafortunadamente para mal, a partir del que me inspiró para Amores perros. Es una situación cada vez más compleja y creo que estamos tocando fondo.
Amores perros de alguna manera se convirtió en un puente entre ambos tiempos , el pasado y el presente , y creo que está en el vórtice de ese huracán qu e ha sido México. Tristemente creo que sí se ha agudizado la pobreza, la violencia, la corrupción y la impunidad. Llegamos a grados verdaderamente vergonzosos.
¿Hace 20 años, imaginaste la repercusión y el impacto que causaría Amores perros en México?
Por gente que lo leyó sabía que había algo, cierta trascendencia. Fui a ver a Rafael Azcona, un escritor español que es como el papá de los pollitos de los que escribimos cine en español, y aunque leyó muy renuentemente la obra, me dijo después: “ Prepárate para los cambios que va a ver en tu vida porque esto va a cambiar el cine”. Entonces eso te da confianza, aunque nunca te la debes de creer.
Nunca, nunca, nunca, nunca. Es el peor error que puedes cometer. Hay que ser humildes y decir: “ Lo pude haber hecho mejor”.
¿Hay algo que le cambiarías al guion o a la historia?
No. Es como decir que a 20 años de haberte casado te casarías con otra. Es la historia que construí y es la que está. Lo que te puedo decir es que es - toy muy orgulloso del impacto que ha tenido, no solamente en México, sino en otros países.
¿Ha cambiado la forma en la que ves tu obra?
No. La gente la sigue sintiendo cercana, se sigue analizando en universidades en todo el mundo. Acabo de dar pláticas en otros países con estudiantes de cine que me preguntan sobre Amores perros, estudiantes que ni siquiera habían nacido cuando se lanzó la película, por lo que sigue teniendo vigencia.
¿En dónde crees que radica que Amores perros se mantenga tan sólida hoy en día?
Es una historia con la que la gente se puede relacionar. Cu ando salió la película , me acuerdo mucho que una persona de Finlandia y otra de Vietnam me dijeron: “Contaste mi historia”.
Yo me quedé sorprendido pues yo estaba contando mis historias de la Unidad Modelo, pero ellos sentían suya mi historia. No sé por qué razón una historia tan chilanga la sentían tan cercana personas de estos países. Es un misterio para quienes creamos historias las repercusiones que pueden tener en otros, así como la vigencia.
¿A quién de tus personajes dirías que te pareces? ¿O cuál de ellos se parece a ti?
Todos los personajes de Amores perros tienen algo mío. Son personajes que vienen de muy adentro de mí, son parte mía. Uno los personajes tiene el nombre de mi mujer, otro el de mi hermano Jorge o de Octavio, mi amigo. Todo tiene algo mío, hasta los personajes más chicos.
¿Continua siendo inevitable para ti, como lo fue hace 20 años con Amores perros, hablar de la desigualdad de clases, de estos dos mundos que te marcaron?
Todo es historia de vida, todo lo que escribo se filtra por esta historia de vida, es como un cristal. Inevitablemente mi historia de vida se ve reflejada en la obra que escribo, la alimentan mis experiencias y la visión que esas experiencias te traen.
Es inevitable que no se filtre la persona que eres en la obra, sobre todo en mi obra que se trata de vivencias porque hay escritores que son más fantasiosos y escriben de ciencia ficción. Yo trato de que mi obra esté basada en cosas que me han sucedido y así lo transmito.
Siendo ese “muchacho callejero” que has dicho que eres y del que “la calle no ha salido de él”, pero estudió en un colegio privado y ha analizado esa división de clases en sus obras, ¿dirías que es posible el entendimiento entre dos clases sociales distintas?
Creo que ahorita sí está muy, muy marcada la separación de clases. El porcentaje de gente que vive debajo de los límites de pobreza es muy alto y no vamos a poder crear bases comunicantes a menos que esas personas tengan por lo menos acceso a oportunidades similares a las que nosotros tenemos. Me refiero a educación, trabajo, techo y alimento. Creo que es obligación de todos crear las circunstancias propicias para tener un piso más parejo.
Has dicho que una obra literaria es como un animal salvaje y peligroso. En su momento, ¿qué peligros o qué retos representó para ti escribir Amores perros?
Más que peligroso es indómito, es un animal que no puedes controlar. No hay forma de llevar la obra a donde tú quieras. Tratas de llevarla hacia algún lugar, pero de ahí a que lo logres es muy complejo, hay muy poco control sobre la obra.
Realmente si hubiera el control que todos los artistas quisiéramos , haríamos solamente obras maestras y no es así. Tambaleamos. Incluso gente que ha hecho grandes obras maestras presentan un siguiente libro que resulta ser una barbaridad. Nada te garantiza que vas a poder controlarlo.
¿Cómo te has sentido este 2020 en el que recibiste el codiciado Premio Alfaguara por tu novela Salvar el fuego?
Estoy muy contento con el recibimiento del libro. Durante casi seis meses fue el libro más vendido en México y ha estado en los primeros cinco lugares en ventas a nivel nacional durante toda la pandemia. Eso significa que el libro ha agarrado su camino y eso me tiene muy contento. He dado más de mil 200 entrevistas y he participado hasta en clubs de lectura. Ha sido un año muy provechoso a pesar de la pandemia.
¿En algún momento empezarán la gira de tu libro?
¡Más les vale porque me la prometieron! (ríe) . Va a ser distinto porque voy a hacer una gira con gente que ya leyó la novela, entonces se va a tratar de que esos que ya la leyeron traigan a más lectores después de una conversación conmigo.
Traes un proyecto con tus hijos…
A Cielo abierto es la primera parte de la trilogía que escribí. La van a dirigir Mariana y Santiago y me da una inmensa alegría que sean ellos quienes lo hagan. Estoy muy emocionado de que ellos sean parte de esta ópera prima.
yvr