Han pasado dos décadas desde que Gina Diez Barroso fundara Centro, pero el ánimo y la emoción de transformar la educación creativa en México siguen igual a las de un inicio, cuando empezó la primera clase en su ubicación inicial, en la calle de Sierra Mojada, en Las Lomas.
En este campus, diseñado por Enrique Norte en avenida Constituyentes, que se terminó de construir en 2015, la también fundadora de Grupo Diarq y la única mexicana en el C200 (Mujeres Líderes de Negocios en el Mundo), ya visualizó planes para sus siguientes 20 años.
“Es el momento de cruzar fronteras con la universidad. El crecimiento de Centro a nivel campus sería en otros lugares del mundo. Tenemos varios que te contaré cuando estemos ya con los permisos correctos”, me dice sonriendo.
Agrega que otro de los desarrollos de la institución será la creación de los dormitorios, puesto que ha crecido la cantidad de alumnos extranjeros, mismos que serán construidos en terrenos aledaños.
Eso sí, la empresaria, nieta de Emilio Azcárraga Vidaurreta (a quien le agradece el haberla empujado en su objetivo de dejar un legado en la creatividad), busca la creación de una comunidad no solo dentro de la universidad.
“Tenemos una cosa maravillosa que se logró. En vez de llegar e invadir a los vecinos de la colonia América, los invitamos a ser parte de Centro. Ellos hacen el mantenimiento, jardinería y muchos aspectos de de cocina. Tenemos 450 vecinos involucrados con nosotros que además han tomado nuestros cursos. Somos parte de ellos y ellos de nosotros”, dice orgullosa.
En esta plática, que tuvimos en la institución, Gina recuerda con nostalgia el porqué creó Centro.
“Me di cuenta que necesito dejar un legado en educación. Entre más veía, más me daba cuenta que no era posible que los alumnos creativos no unían los los dos hemisferios del cerebro y que siguieran saliendo con esta mente de devaluación por la concepción equivocada de que si estudias algo creativo te vas a morir de hambre. Empecé a ver qué se podía hacer para arreglar esta situación y así fue como comenzó la inquietud de hacer algo distinto de lo que existía”, dice y cuenta cómo el primer año de la universidad se inscribieron unos 50 alumnos, en su primera ubicación “a medio terminar”, en un edificio de tres mil metros.
Agrega además, riendo, que ella pensó que ese año solo se inscribiría una persona.
“Muchísimas personas creyeron que era una locura (crear Centro). Siempre van a existir los famosos haters y los que te dicen que no se puede, pero creo que tienes que buscar los que te dicen que sí se puede y unirte con el equipo correcto, porque sola o solo no logras nada. Ese fue nuestro éxito”, explica.
Uno de los alumnos de esa primera generación, el director de cine Marcelino Islas, expuso su tesis de licenciatura, la película Martha, en el Festival de Venecia, en 2010.
Así fue como la universidad comenzó con cuatro carreras: Cine y Televisión, Comunicación Visual, Arquitectura de Interiores y Mobiliario y Producto (ahora Diseño Industrial) y actualmente cuenta con 8 licenciaturas y 22 programas de posgrado, además de un programa de educación continua con cursos como Cómo hacer campañas en Tik Tok, creación de contenidos con inteligencia artificial y diplomados como Diseño de experiencias gastronómicas.
Mientras platicamos, se encuentran cerca en otra sala sus dos hijos varones, Billy y Fernando Rovzar, los cineastas y fundadores de la casa productora Lemon Studios, responsable de éxitos como Monarca, Matando cabos, Después de Lucía, Sr. Ávila y del próximo estreno de Apple tv, Las azules. Ambos forman parte activa en el desarrollo creativo de Centro.
Gina sonríe cuando le digo que la universidad es una parte importante en su vida familiar.
“Ellos crearon y son los maestros de un diplomado que se llama el ABC del showrunner, que es el ser el CEO de las series de televisión. Ni siquiera en Estados Unidos existe este diplomado… estuvo aquí el director general de Netflix a nivel mundial y nos comentaba que no podía creer que en México tuviéramos un diplomado así. Al principio veinte personas aplicaban, porque tienes que estar graduado ya de cine, y hoy son más de cien los que aplican, pero nada más pueden entrar 25. Ese tipo de cosas que hemos logrado con mis hijos es increíble”, comenta y agrega que su otra hija, Gina, quien es diseñadora y vive en Nueva York, formó parte del jurado para elegir la nueva imagen de Centro.